@IsabelDlRio / @miransaya

lunes, 25 de septiembre de 2017

Entrevista a Marc Pastor

Marc Pastor (Barcelona, 1977) es criminólogo y explorador culturalmente disperso. Combatió contra los nazis en Montecristo (Proa-2007) y trazó el perfil criminal de la Vampira de Barcelona en La mala mujer (RBA, 2009), historia que le valió el prestigioso premio de novela negra Crims de Tinta. Con El año de la plaga (RBA, 2010) dio la voz de alerta acerca de una inminente invasión de los ultracuerpos. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, italiano y francés. Actualmente trabaja en la policía científica de los Mossos d'Esquadra.

ENTREVISTA
¿Quién te inició en el mundo de los libros?
En mi casa había siempre libros. Mis padres estaban suscritos a Círculo de Lectores y mi abuela tenía un montón de clásicos Bruguera, que es de los primeros recuerdos que tengo como lector.
No me inició nadie en especial, que yo recuerde: siempre estuvo ahí.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo decidiste que querías ser escritor?
Desde que sé escribir que sé que quiero contar historias. Tampoco hay un momento en concreto. En el colegio escribí el guion para una “peli” (que no llegaba ni a corto) que era un remedo de los Critters y los Gremlins. También escribí una novela negra titulada Àlex, sobre un policía que se enfrentaba al loco del chándal en la Barcelona preolímpica (y cuyo clímax era un salto desde lo alto de la Sagrada Família), con cameos de Pasqual Maragall entre otros.
De adolescente empecé una novela de viajes en el tiempo entre el presente y la época artúrica, pero nunca llegué a terminarla.
Farishta no es tu primera novela, ¿cómo ha sido la experiencia con esta y las anteriores? ¿Qué puedes contarnos de las editoriales? ¿Y de la acogida?
Pues ha habido de todo. Conseguí publicar mi primera novela (Montecristo) bastante más rápido de lo esperado, aunque tuvo la repercusión que tuvo. Cuando gané el Crims de Tinta con La mala dona el boom fue instantáneo. Realmente no soy ejemplo de nada, porque lo que me ha ido pasando es muy raro. Las editoriales están interesadas en lo que escribo (a pesar de cambiar de género literario a cada obra) y parece que los lectores también. Las novelas se han ido traduciendo y en general la crítica ha sido (sorprendentemente) benévola conmigo.
¿Por qué escribiste Farishta? ¿Cuál fue el detonante y qué buscabas con este libro?
Quería hablar sobre la adopción. Tanto desde el punto de vista de los padres como, sobre todo, desde el punto de vista de los hijos. Quería que fuera una niña adoptada la que explicara en primera persona, con todo su bagaje y experiencia, sus traumas, sus heridas abiertas y su fortaleza.
¿Cuánto de Marc Pastor hay en Farishta y el resto de personajes? ¿Te consideras un ladrón de historias (en el sentido de que utilizas las vivencias de otros para tus novelas)?
Mis novelas son bastante autobiográficas. Acostumbro a reflejar momentos personales muy muy MUY disfrazados. En el caso de Farishta es evidente que mi experiencia como padre adoptante es el núcleo de la novela. Tanto en los miedos como alguien que espera como en las experiencias con una criatura que depende totalmente de sus nuevos padres. El hecho de haber vivido durante tres meses en Madagascar, lejos de casa, influyó mucho en la planificación de las vivencias de las famílias de las islas Clarke.
El final puede dar pie a distintas interpretaciones, ¿podrías darnos la del autor?
SPOILER Hemos visto la última de las líneas temporales. Una línea temporal que es el resultado de la acumulación de decenas, centenares, miles o millones de líneas corregidas una y otra vez. Una línea que por fin ha dado un cambio radical respecto a todas las anteriores: el nacimiento de Nemo Melville. A partir de aquí, todo se vuelve imprevisible.
Hasta entonces, los cambios de una línea a otra eran casi insignificantes. Este, sin embargo, tiene la capacidad de alterarlo todo. FIN SPOILER
Y quien sabe, quizá no sea la última vez que nos encontremos con Farishta Drakonova…
Farishta puede leerse como novela única y autoconclusiva, pero además forma parte de todo un universo propio marca del autor, ¿qué puedes contarnos sobre ello? ¿Qué libro nos recomiendas leer después de Farishta?
De momento, vinculado directamente con Farishta, está Bioko. En Bioko hablo de la Woodsboro Field y en Farishta de la Yefremov-Strugatski. De hecho, en el primer párrafo de Bioko está condensado todo lo que se describe en Farishta. Me hacía mucha gracia poder modificar el tiempo hasta el punto de hablar de lo mismo en 500 páginas o en diez líneas. Aunque aún quedan muchos puntos para unir que refuercen este vínculo entre Farishta y Bioko.
Con las anteriores tres novelas también hay conexiones, que se harán más fuertes cuando tengamos más novelas. El Víctor Negro de El año de la plaga es el que recopila el diario de Farishta cuando lo encuentra en…, ya veréis. Abdoulaye Moreau es su amigo en la misma novela. André Gireaux es una figura misteriosa que ya salía en Montecristo. Y otras conexiones que no puedo revelar a riesgo de hacer spoilers. 
¿Tienes un método prefijado? ¿Cómo y de dónde te inspiras? ¿Cuándo empiezas a escribir?
Tengo una primera imagen sobre la que construir una historia. A partir de ahí voy pensando qué quiero contar y empiezo a documentarme sobre ello, lo que retroalimenta la historia. Entonces pienso el tono que quiero para la novela, el cómo. Hasta que no tengo muy claro quién la explicará y de qué manera no me pongo. Cuando está decidido, solo se trata de ir siguiendo el esquema que me he hecho y modificarlo poco en función de las necesidades de la novela.
¿Fue difícil para ti publicar tu primera novela? ¿Cuál fue tu experiencia? ¿Podrías aconsejar a aquellos que están buscando casa para sus manuscritos?
Como te he dicho antes, soy muy raro. Entregué Montecristo a Proa un viernes a las 12 del mediodía y a las dos me llamaba el director editorial porque la quería publicar. Otra cosa es que luego tardáramos dos años en que saliera al mercado y por el camino aprendiera a las bravas lo que significa editar un libro.
Mi consejo es que los autores noveles busquen premios literarios. Los pequeños, los humildes, no los que copan titulares. A partir de ahí, ir haciendo un nombre y ganar oficio.
¿Puedes desvelarnos alguno de tus proyectos futuros? ¿Tienes fecha de publicación próxima?
No tengo ninguna fecha de publicación. Me crea demasiada ansiedad y ya he sufrido algunos problemas de salud por culpa de estos deadlines. Decidí que escribiría las novelas a mi ritmo, que no podría forzarlo, y que las terminaría cuando las terminara. Suelo escribirlas en un par de años, dependiendo del volumen de trabajo que tenga por otros lados o de si la promoción de la anterior me absorbe mucho.
¿Proyectos futuros? Seguir con el Corvoverso y sorprender. No quiero que el lector se acomode. Quiero que cada novela sea una experiencia diferente que no se espere.
¿Cuál sería tu autor de referencia?
Richard Matheson, autor de Soy leyenda y de infinidad de guiones de Twilight zone. Sabía escribir de forma visual y tenía punch en sus relatos, siempre imprevisibles.


¿Qué géneros lees?
Leo de todo, no solo género. Quizá la poesía es lo que menos me atrae, sinceramente.
Cualquier novela o ensayo que caiga en mis manos y me parezca atractivo pasará por el test de la mesita de noche. Algunos los devoraré y otros los arrastraré durante meses. Muchos caerán por el camino. Pero no me gusta cerrarme a un solo género.
¿Nos puedes recomendar algún título?
Como recomendar es siempre muy difícil, te diré los libros que estoy leyendo ahora mismo en paralelo:
Ciudad ocupada de David Peace, que me está decepcionando un poquito porque me parece muy repetitivo y el estilo de Peace entra o no entra. Con Tokyo Año Cero disfruté muchísimo más.
Waterloo, de Bernard Cornwell. O como montar un wargame documentadísimo de forma tan amena que parezca una novela.
El hombre en el castillo de Phiilp K. Dick, que no es de lo que más me está gustando de Dick, aunque aún llevo muy poco para valorarlo.
John Muere al final de David Wong. Una marcianada divertidísima. De esos libros que solo quiero encontrar el momento para abrir, aunque sea en las escaleras automáticas del metro.

Reseña de Farishta:

Isabel del Río

Septiembre 2017

No hay comentarios: