BIOGRAFÍA
Francesc Blanco nació en Barcelona, en la calle Poeta
Cabanyes, en 1965.
Estudió Económicas en la Universidad Central de esta ciudad.
Ha desarrollado una larga carrera vinculada con el mundo de la empresa, la
consultoría y la auditoría financiera, desempeñando cargos directivos en firmas
multinacionales.
Una calurosa tarde del mes de julio de 1977 inició la lectura de Cien
años de soledad. Tras las primeras líneas, donde Gabriel García Márquez
describe Macondo y presenta a los Buendía, decidió que algún día sería
escritor. Treinta años después, por motivos personales, da un giro profesional:
abandona Madrid, ciudad en la que residía, regresa a Barcelona y se convierte
en consultor freelance, pudiendo al
fin compatibilizar ambas actividades.
Proyecto XI (Suma de letras, 2015), es su primera novela.
Si quieres leer la reseña sobre Proyecto XI, aquí tienes el link:
ENTREVISTA
Proyecto
XI es una novela que causa adicción a aquellos
que amamos y devoramos literatura como base de nuestra dieta. Una obra metaliteraria
que mezcla el thriller y la fantasía, junto a personajes de la literatura
clásica.
I. ¿Cuál fue la chispa que dio lugar a la historia?
¿Cómo se te ocurrió?
FB. Llevaba tiempo dándole vueltas a una
idea: escribir sobre aquellos que sienten devoción hacia los libros y se dejan
llevar por ellos, metiéndose entre sus páginas. Yo mismo he estado en el
infierno, navegando por el Mississippi o en la ópera de Rouen… de la mano de
Dante Alighieri, Mark Twain o Gustave Flaubert, por supuesto. A partir de esa
idea nació Bastian, uno de los personajes, la piedra angular sobre la que
edifiqué Proyecto XI. De alguna
forma, Bastian fue el comienzo. El resto llegó de su mano.
I. Bastian es el personaje que más nos
llama la atención y al que muchos envidiamos por sus dones. ¿En qué te has
inspirado para crearlo? ¿Cómo nació?
FB. Bastian, de manera muy metafórica y
extrema, soy yo. Pienso que cualquiera que ame a los libros y se deje cautivar
por su hechizo es, en el fondo, Bastian.
I. Muchos nombres de los personajes tienen
estrecha relación con la literatura fantástica y la mitológica, y sus
personalidades y capacidades también las tienen, solo hay que ver a Bastian,
Juan Gandalf o Mikel. ¿Qué querías mostrar con ello? ¿Es algún tipo de código?
FB. Se trata de guiños al lector. Referencias
a “La historia interminable”, “El señor de los anillos”, Shakespeare o incluso
la Biblia. Son pequeños homenajes en absoluto necesarios para seguir la trama.
I. Esta es una historia que podría suceder
en cualquier lugar del mundo. ¿Por qué Barcelona y Girona?
FB. Nací en Barcelona, concretamente en la
calle Poeta Cabanyes, donde transcurre la mayor parte de Proyecto XI. Creo que un médico o un ingeniero inician su formación
en la universidad. Pero para un autor es distinto. Las lecturas de juventud son
esenciales: la infancia es el tintero del escritor. Y esas lecturas tuvieron
lugar en Barcelona. Por eso como autor
también nací allí. Sencillamente soy incapaz de imaginar historias que sucedan
en otro lugar. Por otro lado mi mujer es de Girona, y ambos estamos enamorados
de esa ciudad… tiene una magia y misterio inigualables.
I. ¿Y Finlandia?
FB. Cuando voy de viaje suelo mandarme una
postal a mí mismo. Parece una tontería, pero al llegar a casa me gusta
encontrarla en el buzón. Luego las cuelgo en un tablón de corcho. Buscaba un
lugar donde situar un episodio misterioso y ancestral, pero no daba con él. Una
tarde se me ocurrió acercarme al tablón. En cuanto vi la de Finlandia, supe que
había encontrado el sitio.
I. Más allá de la trama, vemos mensajes y
valores ocultos en la historia: el amor a la literatura como una herramienta
para superar los problemas y ampliar horizontes; la mujer como un personaje
fuerte e inteligente, igual de capaz e interesante que los personajes
masculinos; personajes de distintas etnias que rompen con el típico
protagonista; crítica social, al poder, a la soledad, a la ceguera auto
inducida. ¿Qué querías transmitir al lector con personajes como Yago, Anna o
Néstor, entre otros?
FB. Proyecto
XI admite varias lecturas. Por un lado puede resultar interesante para el
lector que, sencillamente, pretende pasar un buen rato con una novela de
misterio y fantasía. Pero también para quien busca algo más, como reflexionar
sobre el papel que juegan los libros en nuestra vida o algunos aspectos de la
sociedad que nos rodea. Personalmente me sacan de quicio quienes evalúan a los
demás por la raza, el género, las preferencias sexuales, el estrato social y un
largo etcétera. Por eso quería que el lector entrara de forma “limpia” en los
personajes, es decir, que descubriera algunas de esas circunstancias cuando ya
los conocía desde hacía bastantes páginas, cuando ya había decidido si sentía
afecto o no por ellos.
I. Se nota el trabajo a la hora de crear
conexiones entre personajes, y entre ellos y el lector, causando empatía y
sincronicidad a la hora de resolver incógnitas. ¿Cómo trabajas los personajes?
¿Algún truco?
FB. Pienso en términos de imágenes. Prácticamente
puedo ver y sentir a los personajes como seres independientes con sus manías,
defectos y virtudes, en definitiva con una identidad propia. Contaré una anécdota.
Escribí Proyecto XI en la cocina de
mi casa, frente una pared forrada con baldosas blancas, era el único lugar
donde me dejaban fumar. A veces me pasaba diez o doce horas trabajando. Mi
mujer me preguntaba: ¿cómo consigues aguantar tanto tiempo sentado ahí? Pero yo
no estaba allí, sino con Bastian, Yago, Anna o Juan Gandalf… Parece una
patología, lo sé, lo bueno es que aún no oigo voces.
I. Arácnida se dedica a investigar y Hugo
es documentalista. ¿Cómo has llevado el tema de la documentación en la novela y
para la novela?
FB. No he tenido que hacer un gran
esfuerzo documental porqué he escrito sobre temas que ya conocía, que por lo
que sea siempre me interesaron. De no ser así, el periodo de dos años que he
tardado en elaborarla habría sido muy superior.
I. ¿Para cuándo la segunda parte? ¿Cuántas
partes va a tener la historia?
FB. Proyecto
XI termina, pero efectivamente deja algunos extremos pendientes, y será
necesaria una segunda parte. Esto sucede porque no me cabía en una sola novela
todo lo que quería contar. Definir cuándo es complicado, no depende solo de mí.
Puedo decir, eso sí, que ya la tengo completamente perfilada. No pretendo crear
una saga. No me seduce escribir muchos libros con los mismos personajes
haciendo las mismas cosas. Desde un punto de vista creativo me parece aburrido,
y me temo que terminaría aburriendo al lector.
I. ¿Cómo empezaste a escribir?
FB. Hace unos años padecí un
acontecimiento familiar trágico: la pérdida de un hermano. Yo era entonces un
ejecutivo estresado. Si la vida es un tren en marcha, mi vagón se paró. Miré a
mi alrededor y lo que vi no me gustó, así que decidí hacer cambios. Retomé un
viejo sueño de la infancia: escribir. Comenzar de nuevo no es sencillo, ser uno
mismo a veces supone pagar un alto precio. Pero la elección de tu propio camino
tiene una inercia imparable.
I. Como autor publicado, ¿cuál es tu
experiencia en el mundo editorial? ¿Qué consejo le darías a un autor novel que busque
casa para su manuscrito?
FB. Mi experiencia es breve, Proyecto XI es la primera novela que
escribo. En mi caso fue muy importante la colaboración de la Agencia Literaria
Sandra Bruna, ellos me ayudaron a encontrar a un editor valiente que apostara por
un autor nuevo: Suma de letras. Roberto Bolaño decía que la paciencia es una
cualidad fundamental para un escritor, y creo que es cierto: los tiempos que se
manejan en el mundo editorial son largos.
I. ¿Tienes algún método de escritura? ¿Qué
haces antes de ponerte con un nuevo proyecto?
FB. Mi método es que no hay método, soy
incapaz de seguir un protocolo. No me manejo bien con soportes externos, como
fichas de personajes o blocs con esquemas o anotaciones. Ni siquiera predefino
el contenido de los capítulos. Solo uso una pequeña libreta que siempre llevo
conmigo, donde capturo las frases que se me ocurren cuando voy por la calle. El
resto está en mi mente.
Tengo algunas manías. Por ejemplo vinculo
música a personajes o situaciones, la escucho siempre antes y después de
trabajar, nunca mientras escribo. Empleo un ordenador, excepto cuando me
atasco, entonces me paso a la pluma estilográfica.
Hay dos momentos críticos. El primero
es decidir cuándo comienzo a escribir: trasladar una historia al papel exige una
maduración que solo alcanzo cuando lleva un tiempo dándome vueltas en la cabeza.
El segundo decidir cuándo termino de escribir, y no merece la pena seguir
retocando el manuscrito. Ambas son muy difíciles.
I. ¿Qué opinas sobre la polémica entre el
libro en papel y el ebook?
FB. El papel posee una erótica indudable, como
la tenían los vinilos, pero también aspectos poco prácticos. Cuando nació mi
hija tuvimos que tirar algunos libros para poder meter la cuna, o tengo un
amigo que ha llegado a guardar libros en el maletero de su coche porqué ya no
le cabían en casa (lo primero es broma, lo segundo no). Creo que va bastante
asociado a la edad. A alguien de veinte años, habituado a manejarse con
formatos digitales, es complicado decirle que tiene que cargar con un ladrillo
de quinientas páginas cuando puede llevar quinientos libros en un soporte que
pesa cien gramos. Probablemente la aparición del libro en formato digital e
Internet sean los cambios de mayor envergadura en el mundo literario desde la
invención de la imprenta.
I. ¿Qué buscas como lector? ¿Qué es lo que
te engancha?
FB. Antonio Machado decía que cuando
comienzas a leer a un autor ruso piensas… qué raros son los rusos; pero al
llegar a la página veinte te das cuenta de que te hablan de ti. Pienso que un
libro es bueno si genera un espacio donde el lector puede encontrarse y hacerse
preguntas, como por ejemplo: ¿esto me ha ocurrido a mí? Eso solo sucede cuando
el autor deja algo suyo, personal, que convierte su obra en única, lejos de
esas novelas incoloras que son la fotocopia de la fotocopia de la fotocopia.
I. ¿Qué estás leyendo ahora mismo? ¿Nos
recomiendas algún título?
FB. Ahora estoy leyendo una novela en
catalán que en breve aparecerá en castellano: La vindent de la lluna plena, de Isabel del Río. Me está
encantando. De mis últimas lecturas destacaría dos perlas: El alquimista holandés, de Isabel Abenia, y El mapa del tiempo, de Felix J. Palma.
Isabel
del Río
Septiembre
2015
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