BREVE BÍO
Tras estudiar diseño e ilustración, ha
trabajado para empresas como Dear Deer, No Time Comunicación, y colaborado con
revistas como SPY, Finerats Magzine, Exclusive, Oh! Dear Zine y Zunder.
Entre las exposiciones en las que ha
participado se encuentran: la “Hunger for today, breart for tomorrow”, para La
Mano Zurda en Madrid; “No hay Crisis Creativa”, para la Universidad de la
Cultura de Sevilla; y “13”, exposición de láminas serigrafiadas en el Palacio
Provincial de Cádiz, bajo la organización de Estudio Gráfico Malla.
Actualmente, podemos encontrar sus obras en
las galerías No_Lugar y Red House en Sevilla, y en Artevistas Gallery de
Barcelona.
La Cura es su primer libro en solitario.
Link a la
reseña de La Cura:
ENTREVISTA
La Cura es un recetario que nos
muestra cómo sanar uno de los mayores males a los que está expuesto el ser
humano: el miedo al miedo. En él, María Melero, autora e ilustradora de la
obra, muestra su propio camino terapéutico, una especie de viaje chamánico en
que enfrenta a sus demonios para poder asimilarlos y, con el auto-reconocimiento,
descubrirse a sí misma y dar un nuevo paso en su evolución personal.
IDR. ¿Cómo fue la gestación y el
parto de esta obra?
MM. En principio, ni siquiera iba
a ser un libro. Ilustré toda la historia para sanar un problema interno,
personal, y así acabé encontrando la cura. Luego me pareció que quedaría bien
como libro y Víctor, de Jekyll & Jill, me dio esa oportunidad.
IDR. ¿Crees en lo que aseguraba
Jung de que ‹‹la sombra es el origen de la creatividad››? (en el Prólogo de
Jessica Aliaga)
MM. En mi caso, la mayoría de las
veces sí, yo no lo llamaría sombra, pero sí.
IDR. ¿Qué se siente al mostrarte
desnuda ante los lectores?
MM. Creo que la gente agradece que
la obra de un artista sea sincera, yo no he pensado en el público a la hora de
llevar a acabo La Cura, ni suelo
pensar en eso cuando trabajo en algún proyecto personal, al final, la gente lo
capta y les gusta. Además recibo correo de gente dándome las gracias por tanta
sinceridad, gente que se ha sentido identificada y se han sentido más arropados
sabiendo que no son bichos raros, y eso es el mayor regalo que el libro me está
dando.
IDR. Has trabajado como ilustradora
para diarios, revistas y otros autores, pero, si no me equivoco, esta es tu
primera obra en solitario. ¿Cómo te sientes ante tal reto?
MM. Me sorprendo a mi misma al
darme cuenta de que no me asusta, lo estoy disfrutando muchísimo, pero no me
planteo mucho más. La Cura es mi
trabajo más personal e importante hasta ahora, pero una vez hecho, paso a
centrarme en otra cosa, le doy mucha importancia y me hace feliz, por supuesto,
pero tengo más proyectos en la cabeza con los que tengo y quiero seguir a
delante.
IDR. La Cura no es un libro fácil, ni pretende serlo. ¿Cuál ha sido la
reacción del público? ¿Y de los medios?
MM. Probablemente habrá gente que
no termine de entenderlo o digerirlo, pero ha sido sorprendente la facilidad
con la que el público ha captado el mensaje, pensé que pocos lo entenderían,
pero muchas más personas de las que imaginaba se sienten identificadas. Por ahora, las críticas son buenas.
IDR. ¿Cómo fue tu muerte
metafórica?
MM. Fue un proceso duro y lento, no
sabía a donde me llevaría, de ahí la necesidad de recrear toda la historia a
través de la ilustración. Cuando llegué a una conclusión, me di cuenta de que
tenía un final, que comenzaría siendo el principio de un nuevo yo en muchos
aspectos. La Cura me ha dado la
capacidad de conocerme y entenderme a mi misma como nunca antes lo había hecho
y eso es un regalo, ¿no crees?
IDR. Háblanos sobre tu proceso
creativo. ¿De dónde nace la inspiración? ¿Cuándo y cómo te pones ante el papel
(o la pantalla)?
MM. Ahora tengo que hacerlo a
diario, tenga o no ganas, ¡y que suerte la mía! Pero normalmente, si tengo
ganas de expresar algo que ya no quiero ni necesito tener más dentro, está
lloviendo y suena la música que más me apetece escuchar en ese momento, ya
está, ya está todo perfecto para comenzar a pintar.
IDR. La Cura es un libro que recomiendo a mis pacientes por su capacidad
de despertar del letargo al subconsciente y hacernos reaccionar ante ciertos
aspectos de nuestra vida que necesitan un buen meneo. ¿Pretendías crear una
obra de “mesilla de noche”? ¿Un libro al que recurrir en distintas etapas
vitales?
MM. No lo pretendía, ¡ni siquiera
pretendía publicar un libro! Pero ojalá La
Cura acabe siendo eso, un libro al que recurrir cuando alguien lo necesite.
¡Buah, sería genial!
IDR. “El Veneno” tapa toda
situación difícil. ¿Crees que nuestra sociedad ha confundido el veneno con el
antídoto y vive adormecida a la realidad, y a ellos mismos? ¿Qué tratan de
insensibilizarse y expulsar toda responsabilidad?
MM. Sin duda. Me duele aquí, me
tomo una pastilla; estoy triste, me tomo otra pastilla; tengo ansiedad, me tomo
otra pastilla. La mayoría de la gente no se para a pensar en por qué le duele
la cabeza, está triste o tiene ansiedad. La realidad es que queremos una
solución rápida y fácil que tape todo aquello que no nos gusta, y yo no creo
que esa sea solución alguna. Entiendo que no es fácil pararse a analizar
nuestra propia persona y situación, que a veces es duro y angustioso, pero el
camino es así, complicado y hermoso a la vez, y al final hay un regalo sí o sí.
IDR. Una pregunta más
autobiográfica: ¿cuándo empezaste a dibujar? ¿Cuál fue el momento de inflexión
en que decidiste que querías dedicarte al arte?
MM. Dibujo y pinto desde pequeña,
nunca he parado, pero me planteé dedicarme a esto en serio a los 19 años. Yo solo
quería pintar, al principio nadie pensaba que podría ganarme la vida con la
pintura y la ilustración, así que eso me dio más fuerza, en plan: “lo consigo
por misma”. Ahora miro hacia atrás y me digo: “Bien María, bien”.
IDR. ¿Crees que actualmente el arte
precisa de discurso? ¿Que el público no puede llegar a él sin comprender el
contexto? ¿O crees que “una imagen vale más que mil palabras”?
MM. Yo soy de las que piensa que la
obra de un artista está completa cuando hay un discurso detrás, si lo que pintas
es pura estética, se queda vacío. Mi trabajo es mi forma de expresión, es muy
necesario para mí. No importa que no todo el mundo lo entienda, pero yo siempre
intento contar cosas.
IDR. ¿Cuál crees que es el papel
del artista en nuestra sociedad? ¿Y la del editor?
MM. Creo que cada vez se valora más
al artista y a los editores les interesamos por lo mismo. De todas formas, yo
tuve la suerte de toparme con Jekyll & Jill, Víctor, su editor, es un tío
que ama lo que hace y sabe lo que quiere, pero sobre todo, respeta al autor
tanto como a la obra, y encima se lo curra tanto…, es tan cuidadoso y creativo
con cada edición, ¡que el resultado es aun mejor que el que tenía en la cabeza!
¡¡Me lo como!!
IDR. ¿Cómo ha sido tu experiencia
trabajando con Jekyll & Jill?
MM. Maravillosa. Víctor entendió a
la primera el mensaje de La Cura. Le
gustó tanta sinceridad y se la jugó, y encima me ha tratado en todo momento
fenomenal, ha hecho que sienta que mi libro es aun más importante de lo que yo
pensaba. Jekyll & Jill es conocida por lo cuidadoso de sus ediciones y así
lo he podido comprobar.
IDR. ¿Qué consejo le darías a un
artista que busca casa para su trabajo?
MM. Que llamen a la puerta de
Jekyll & Jill, jajaja. Es importante que tengan primero un proyecto de
peso, que se lo tomen en serio y que exijan sus derechos como autor/a y
artista.
IDR. ¿Algún nuevo proyecto del que
nos puedas hablar?
MM. Ahora mismo estoy trabajando
para una editorial de Nueva York, ilustrando la novela de una escritora que
pronto verá la luz.
También ando preparando mi próxima exposición, que será en
febrero de 2017 en Madrid, junto con la ilustradora alemana Angela Dalinger.
IDR. ¿Qué estás leyendo
actualmente?
MM. Estoy leyendo por segunda vez: El héroe de las mil caras de Joseph
Campbell.
IDR. ¿Nos recomiendas alguna
lectura?
MM. El
gran mensaje de David Hockney (conversaciones con Martin
Gayford) y Hombres que comen cebolla y
cantan nanas al amanecer de Sara Herreras Peralta.
Isabel del Río
Octubre 2016
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