@IsabelDlRio / @miransaya

lunes, 17 de julio de 2017

Reseña de “Lo que nos queda de la muerte” de Jordi Ledesma

TÍTULO: Lo que nos queda de la muerte
AUTOR: Jordi Ledesma
EDITORIAL: Alrevés

SINOPSIS
A principios de los noventa, la muerte de un joven altera la rutina y la convivencia entre los vecinos de una población de la costa mediterránea que ha vivido una enorme transformación urbanística y sobre todo demográfica en los últimos cuarenta años. Este inesperado suceso despierta unas sospechas que luego se convierten en conjeturas, pero las respuestas no siempre son sencillas, y menos en pueblos donde a fin de cuentas todo el mundo se conoce, por lo que el vértigo y la confusión convierte a sus protagonistas en extraños de sí mismos.
Jordi Ledesma, a través de un narrador en primera persona omnisciente, construye un texto de impacto y realista que recrea un período reciente de nuestra historia y nos relata magistralmente cómo el pueblo y sus habitantes se han transformado y esconden en muchas ocasiones un lado más oscuro. Con un estilo muy cuidado y un amplio abanico de personajes, el autor proyecta y reflexiona más allá de las conductas humanas para zambullirse en los sentimientos, el egoísmo y las discordias de una sociedad dividida donde no es lo mismo vivir en la primera línea de mar que en la segunda.

Mención de IMPRESCINDIBLE de 2016 (Biblioteca La Bòbila L´H)
Premio NOVELPOL 2017 (Asociación Novelpol)
V Premio Pata Negra (XIII Congreso de Novela y Cine Negro USAL)

OPINIÓN
Descubrí a Jordi Ledesma gracias a El diablo en cada esquina y a pesar de sentirme desencantada con el género negro desde hacía bastante tiempo, algo me empujó a leerlo y después a no parar de recomendarlo cada vez que tenía ocasión.
Ledesma escribe novela negra, pero no la típica novela policíaca en que una serie de investigadores se dedican a buscar al culpable de un crimen, normalmente un homicidio, sino novela negra al estilo más noir donde el culpable no es tan importante como el contexto, el “por qué” suceden esas cosas en una sociedad supuestamente civilizada.
Como decía, me enamoré de Jordi con El diablo en cada esquina y sus personajes, pero en Lo que nos queda de la muerte ha logrado dar una vuelta de tuerca más a su estilo, imprimiendo una vida que se sale de las páginas, una cotidianidad que, lejos de resultar anodina, nos hace cómplices de todos los acontecimientos. 
La forma de escribir de Ledesma nos pone en la piel de cada uno de sus personajes, sintiendo sus subidones y deseos, sus miedos e ira. Las emociones, la psicología y la causa-efecto son el motor de esta novela que vuelve a poner de relieve la calidad del autor.
A pesar de tener puntos en común con sus dos anteriores novelas —todos ellos relatos corales, con varios personajes que nos ofrecen distintas perspectivas de un mismo momento/lugar y acontecimiento—, esta nueva historia nos sorprende con un estilo mucho más cuidado, repleto de recursos lingüísticos y con un aura poética que nos transmite el espíritu de esa época a través de la mirada de sus habitantes.
La metáfora y el simbolismo también son parte de los juegos en los que nos introduce el autor en esta nueva obra, en una narración donde ofrece un tema tan viejo como la civilización: la confrontación entre ricos y podres, entre aquellos que ostentan el poder y quiénes han de achantar, entre los delincuentes y el orden de la ley, entre los que parecen no enterarse de nada y quiénes saben demasiado.
En cuanto al ambiente, cualquiera que haya pasado algún día en la costa catalana se siente transportado. A pesar de no haber vivido en esa época, recuerdo mi infancia en la playa, algunos edificios turísticos y casas de nuevos ricos elevándose en el horizonte, los guiris como cangrejos bebiendo cerveza, y las noches de mi juventud, que me mostraron qué escondían los rincones y pistas de baile.
Quiero hacer una especial mención a las escenas eróticas, una auténtica obra de arte que no sólo te llevan a sentir sus letras, sino que resultan pinceladas visuales de tonos oníricos en la cima del éxtasis.
Una novela plagada de imágenes poderosas y arriesgadas, donde el muerto de turno no es más que un pretexto para adentrarnos en lo que rodea ese suceso, en la vida que se sucede bajo el sol, junto a la playa, con unas vías de tren que dividen dos mundos muy distintos, pero que se retroalimentan.
Recomendada a los amantes de la novela negra noir; a aquellos que quieran rememorar una época y todo lo que se esconde tras las bambalinas; para lectores que disfruten de un libro bien escrito y desarrollado. En definitiva, recomiendo encarecidamente leer a Ledesma.

LINK Reseña El Diablo en cada esquina:
LINK Entrevista a Jordi Ledesma (2016):
LINK ‘Més que un Club!’ de Novela Negra (2017):

Isabel del Río

Mayo 2017