Después de muchos años con ganas de leerlo, por fin he hecho un hueco y el rostro de El Otro se ha reflejado en mis retinas.
Una historia que nos muestra el horror a través de frases poéticas que ensalzan la naturaleza y la melancolía de aquello perdido, así como de un verano que parece no querer terminar.
Las muertes se suceden como si una maldición pesara sobre la familia Perry. Desde la muerte del cabeza de familia en trágicas circunstancias, todo ha ido en caída, haciendo peligrar la salud y la cordura de la señora de la casa, madre de los gemelos protagonistas.
Una novela que, según dicen, animó a Stephen King a convertirse en escritor, y una de las historias que conforman la Trinidad del terror que dio el empujón en los 70 a un género olvidado y denostado. Entiéndase como Trinidad: La semilla del diablo, de Ira Levin, El Exorcista, de William Peter Blatty, y El Otro, de Thomas Tryon.
Ha sido un placer leerla, pese a que en el fondo de mi memoria ya sonaban algunas teclas, recuerdos quizá de haber oído un cuento basado en la novela, de ésas historias que nos contábamos de noche cuando éramos críos. Cosa de niños e imaginación. Tan solo un juego...
El Otro, de Thomas Tryon con Editorial Impedimenta.

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