Una historia que transcurre entre un sanatorio olvidado y las montañas, en un campamento donde una familia sobrevive al hambre, el frío y la locura mesiánica. Narrativa que se pasea entre una narradora poco fiable y sus recuerdos, actualidad mezclada de drogas, ensueños y memoria dolida y fragmentada.
Qué sucedió con esos niños abandonados, con los hermanos y sus padres rotos, con el fantasma del bosque y los susurros bestiales que nacen del miedo y la necesidad de supervivencia.
He de decir que me costó entrar. La narradora me proyectaba hacia afuera continuamente en las primeras páginas pero, una vez acostumbrada y comprendiendo el juego que el autor nos plantea, entré de lleno y ya no he podido soltarlo.
Crisálida, de Fernando Navarro con Editorial Impedimenta.

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