TÍTULO: Ofrendas
AUTOR: Ana Martínez Castillo
PROLOGO: David Roas
EDITORIAL: Eolas Ediciones
SINOPSIS
Ana Martínez Castillo lo ha vuelto a hacer. Tras su excelente primer libro Reliquias (2019), un auténtico descubrimiento en el proceloso mundo de la narrativa fantástica y terrorífica española, la autora nos entrega en estas Ofrendas un nuevo cargamento de horrores y delirios.
Quien se haya asomado a sus Reliquias (si no es así, que Zghoehsssgha le castigue), reconocerá algunas de las armas que allí utilizó con excelentes resultados: la exploración de nuestros horrores (y monstruos) más próximos, la siempre difícil combinación de lo fantástico, la ironía y la parodia sin que las historias pierdan (o atenúen) su efecto inquietante, los juegos con el humor negro y lo grotesco, la maestría en el uso de la oralidad…
En un juego de títulos nada azaroso, aquellas reliquias —objetos del pasado con propiedades mágicas— se han convertido ahora en ofrendas, es decir, dones y sacrificios que se ofrecen a los seres sobrenaturales por un beneficio recibido o solicitado o en señal de rendimiento y adoración. Junto a esos monstruos que exigen ser adorados, este carromato de seres y fenómenos imposibles que tan diestramente conduce la autora explora otros tipos de ofrendas, pues también hay sitio para formulaciones de lo inquietante con la exploración del revenant, del tema de la crueldad infantil y del juego con la religión pasando por la oscura distopía, sin olvidar los homenajes literarios.
Avisados y avisadas estáis si os sumergís en estas Ofrendas: aquí os esperan monstruos imposibles, situaciones delirantes, horrores (más o menos) cotidianos… Encarnaciones de nuestros miedos y deseos, la otra cara de lo que somos. O de lo que creemos (¿queremos?) ser.
David Roas
https://www.eolasediciones.es/catalogo/coleccion-las-puertas-de-lo-posible/ofrendas/
OPINIÓN
Si ya me sedujo con RELIQUIAS, con OFRENDAS me he vuelto devota de la escritura de Ana Martínez Castillo.
Con su lenguaje directo y claro, y con esas situaciones reconocibles que todos hemos vivido en algún momento, Ana se sirve de nuestras emociones y flaquezas para aterirnos de terror mientras el olor a podredumbre invade nuestras fosas nasales.
HUECOS es uno de mis preferidos y el que abre el libro, un relato de terror en que una mujer regresa a un episodio de horror de su adolescencia, cuando creyó ver a una criatura alta y extraña en la casa encantada del pueblo. La mujer va a visitar a su madre, cuando decide parar para fumar un cigarrillo y todo se trunca, quedando atrapada en un oscuro sótano donde se siente observada, con su hijo pequeño atado en la sillita del coche, solo en la noche. La ansiedad de lo oculto, de lo terrible, se nos mezcla con el terror maternal ante la indefensión y los gritos desesperados del niño.
En CATOPROMANCIA nos encontramos con la historia de Alicia a través del espejo, pero explicada desde el punto de vista de la madre, que desea recuperar a su hija y acude incluso a una vidente para que abra un portal y así recuperarla.
La Muerta se nos presenta en LA DANZA, la historia de una vampira, una revivida, que en su aniversario decide acechar, dar cazar y alimentarse de una joven, mientras recuerda cómo empezó todo.
Religión, creencias, aquello que mueve y teme la gente. El poder y qué hacemos con él: vengarnos, mostrarlo, ajusticiar a quienes nos han ofendido... Cuando la muerte no tiene un sentido claro, ¿qué somos capaces de hacer para encontrar razón a la vida?
En OFRENDAS, relato que da nombre al libro, nos encontramos con el credo a un conejo gigante y carnívoro, un ser omnipotente proveniente de otra dimensión —claro guiño a los dioses primigenios y Cthulhu, de Lovecraft—. La ironía y el humor negro hacen una mordaz crítica de la sociedad de ese pueblo —reflejo de nuestra sociedad—, donde los pueblerinos ofrecen a sus “enemigos” a su nuevo dios, sin comprender que en cualquier momento todos pueden ser una ofrenda.
El relato de LLENA ERES DE GRACIA nos muestra las consecuencias de una supuesta visión de la Virgen, que salva a una niña de morir congelada, perdida en la noche. Tras ese suceso, la enfermedad, la locura, el hambre y bebés muertos que salen de los cajones para ir al monte, se apoderan de la casa. Una historia que apesta a desesperación, perdición y fanatismo, a podredumbre, con escenas que me han recordado a los relatos de Algernon Blackwood.
Por supuesto, en un libro de Ana Martínez Castillo no podía faltar un relato que nos recordara a Ray Bradbury y Aldous Huxley, con sus Farenheit 451 y Un Mundo Feliz. En MADRE LARVA nos encontramos en el futuro aséptico de 1067, donde una pareja de antropólogos va a estudiar a “los sucios” para escribir un informe para que la Comisión haga cumplir las leyes de Limpieza Moral. Es un poblado alejado de la tecnología y la ciencia moderna, algo considerado antisocial e ilegal, pues además fomentan la creatividad y la fantasía —habiendo salvado libros de terror, fantasía y ciencia ficción de su destrucción—. La cosa se tuerce cuando el compañero de la protagonista desaparece en el bosque y se inicia un vórtice donde las drogas, el sexo ritual, y las ofrendas humanas muestran un lado oculto, el culto a la Madre Larva.
La humanidad monstruosa, la infancia terrible, la inocencia truncada. La aterradora potestad de la fe y del descreimiento, de aquello que mora donde no vemos, que nos parece divino, horrible, pesadillesco…
En CÁNTICO, las niñas que se aproximan a la iglesia, con sus vestidos y rostros dulces, guardan un oscuro deseo. En un pueblo con aires post-apocalípticos, donde la guerra ha dejado ruinas y personas maltrechas con capacidad de obrar milagros, el aburrimiento lleva a tres niñas a pedir un prodigio para sentir algo. En este relato, la crueldad infantil se nos muestra con una crudeza brutal, donde la inocencia rota y la necesidad de estímulo, junto con la desaparición del miedo a la muerte, empuja a los niños hasta límites insospechados para sentirse “vivos" y demostrar su supremacía ante los demás.
Historias que, inevitablemente, nos recuerdan a la infancia en el pueblo, a la abuela y su rosario, a la Misa del Gallo y los rezos en susurro sumergidos en la noche.
Dejo para el final mi relato preferido, CINCO, en que, a partir de una manía con el número cinco, su protagonista infantil nos explica la historia de un fantasma y una casa encantada. Una historia distinta de fantasmas, donde el protagonista se queda encerrado en la casa para cuidar de su mamá muerta y de su mamá sombra. Es una historia que causa pavor al lector a través de sus imágenes, pero que también nos resulta extraña por estar contada con tanta ternura e inocencia.
Recomendado a lectores de terror y relato, pero también a todos aquellos que deseen descubrir la cara oscura de una realidad que nos es muy cercana. Para lectores que no teman descubrir a una de las grandes autoras de lo oscuro de la actualidad.
Enlace a la reseña de Reliquias:
http://laodiseadelcuentista.blogspot.com/2021/03/resena-de-reliquias-de-ana-martinez.html
Isabel del Río
Julio 2021
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