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Isabel Del Rio, Isabel del Río Sanz, @IsabelDlRio y @miransaya
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lunes, 30 de septiembre de 2019

Reseña de “Casa Volada”, de Gemma Solsona


TÍTULO: Casa Volada
AUTORA: Gemma Solsona
ARTE: Marta Orlowska
EDITORIAL: Huso

SINOPSIS
Este es un libro lleno de casas. Casas aisladas con un siniestro columpio como única compañía, casas de agua y casas insatisfechas. Casas que más vale la pena dejar atrás y otras que esconden secretos que no siempre son lo que esperábamos encontrar. Los diez relatos que conforman Casa volada hablan de desencuentros, de malentendidos, de amores y anhelos frustrados. De la perspectiva infantil sobre el mundo adulto y de esas pequeñas catástrofes cotidianas que nos pueden cambiar la vida. Sus tramas, como la propia existencia, se deslizan imperceptiblemente hasta que, de pronto, nos damos cuenta de que todo es distinto para los personajes que las “habitan”, aunque ellos mismos, a veces, no sean conscientes de ello.


OPINIÓN
Mi obsesión con las casas viene de largo. Son refugio, lugar de reunión y escondite, obra de arte en muchos casos y constructo que entorpece el paisaje en otros. Hogar.
Cuando veo una casa, imagino lo que sucede tras sus ventanas y puertas, si alguien o algo la habita, qué habrán vivido y escuchado sus paredes.
El ambiente en una historia es primordial, al menos en las mías, es allí donde se suceden las acciones, pero también es un personaje más que da pie al resto a transitarla, rodearla, evitarla o caer en ella.

Con Casa Volada, su autora ha logrado precisamente eso, que el espacio sea el personaje en mayúsculas, el motor que arranca y nos sumerge en la historia.
Gemma Solsona ha escrito una antología en la que todos nos podemos sentir identificados y transportados. Fantasía y realidad se unen en sus páginas, con momentos hilarantes, irónicos y de lágrima viva.
En su día, yo misma fui expulsada de una casa, obligándome a continuar en otros lugares, con otras personas, a seguir adelante sin conformismos, como les sucede a muchos personajes de Casa Volada.
No voy a ahondar más porque, si me pusiera a ello, seguramente destriparía demasiados secretos, sólo insistiré en que lo leáis y disfrutéis cada relato como se merece, porque después querréis volver a muchos de ellos.
Recomendado a los amantes de las casas, de lo que ocultan y muestran. Para lectores de relato y para quienes deseen iniciarse. A aquellos que disfruten de la buena narrativa.

Isabel del Río
Julio 2019