TÍTULO: El
largo viaje a un pequeño planeta iracundo
AUTOR: Becky Chambers
TRADUCTOR: Alexander Páez
EDITORIAL: Insólita
SINOPSIS
Rosemary
Harper se une a la tripulación de la Peregrina, una vieja nave tuneladora, sin
saber muy bien qué esperar de su primer trabajo. Aunque la nave ha visto
tiempos mejores, le ofrece un pequeño lugar al que llamar hogar durante un
tiempo, algo de aventura en los confines más alejados de la galaxia y, lo que
es más importante para ella, la oportunidad de dejar atrás su pasado.
La
tripulación está compuesta por individuos de diferentes planetas, especies y
géneros; desde Sissix, la amistosa piloto reptiliana, a Kizzy y Jenks, los
ingenieros que mantienen la nave en funcionamiento; pasando por Lovey, la IA de
la Peregrina. La vida a bordo es caótica, aunque bastante relajada: justo lo
que Rosemary necesita.
Hasta
que les ofrecen el trabajo de sus vidas: la oportunidad de construir un túnel
hiperespacial a un lejano planeta. Si completan el encargo, ganarán el
suficiente dinero para vivir holgadamente durante años… Pero antes deberán
sobrevivir al largo viaje a través de los confines del espacio.
Sin
embargo Rosemary no es la única persona a bordo con secretos que ocultar, y la tripulación
pronto descubrirá que el espacio puede ser vasto, pero las naves espaciales son
muy pequeñas.
Novela
ganadora del Prix Julia Verlanger en 2017, finalista de los British Fantasy
Awards a Mejor Autor Debutante, y al Premio Arthur C. Clarke al Mejor Libro de
Ciencia Ficción de 2016. Su continuación, A
closed and common orbit, ha sido finalista en los Premios Hugo de este año.
OPINIÓN
Desde
el principio de su historia, el ser humano ha alzado la vista hacia las
estrellas en busca de respuestas. La ficción ha elucubrado con lo que puede
haber más allá de la Tierra, con la tecnología que nos llevará a conocer otros
mundos, con los entes que nos esperarán en ellos.
Hemos conocido seres
extraterrestres inteligentes y bondadosos, otros temibles y hambrientos, todo
un abanico de posibilidades como reflejo de nuestras propias capacidades y
terrores humanos.
Becky Chambers, autora |
Quizá,
por esta pasión por lo lejano y desconocido, es sorprendente cómo Chambers nos
demuestra que las mayores respuestas están muy cerca, en nosotros mismos. Y que
más allá de las estrellas conocidas, lo que nos espera es el hogar; siempre que
nos aceptemos y reconciliemos con nuestro propio camino.
El largo viaje a un pequeño planeta
iracundo es una novela de ciencia ficción y fantasía, una roadtrip espacial. Pero más allá de
naves galácticas, agujeros de gusano y otras especies, la autora nos zambulle
en una novela coral donde los personajes llevan el peso de la historia, pues
son ellos, sus acciones y sentimientos lo que de verdad es relevante en la
misma.
Todo
empieza con una huida: Rosemarie escapa de su familia por motivos que
conoceremos más adelante. Ha pagado todo lo que tenía para lograr un nuevo
implante de identidad y se dirige a la Peregrina, una destartalada nave
tuneladora, donde espera encontrar no sólo trabajo, sino consuelo a aquello que
le ha hecho perder el sentido de sí misma.
Pero Rosemarie
no es la protagonista de esta historia. Como he dicho más arriba, se trata de
una novela coral, por lo que sus compañeros de nave son tan importantes como
ella, y algunos personajes secundarios también cobrarán gran relevancia,
adentrándonos en sus pensamientos y emociones tras sus retinas alienígenas.
Si bien
es cierto que Chambers ha sabido describir todo un universo nuevo —con
planetas, culturas, tecnología, historia…—, si traspoláramos la historia de la
Peregrina a la Tierra, y las distintas especies fueran seres humanos de
distintos pueblos, cuadraría del mismo modo. Aunque para mí es un placer
descubrir esta posibilidad de estrellas, planetas y satélites, de galaxias y
nebulosas, donde poder ser uno mismo libremente, apoyado por compañeros que
comprenden que “diferente” no significa “malo” o “peligroso”, sino “único”,
“especial” o simplemente “tú”.
Como
habréis podido imaginar, esta no es una novela sólo para lectores de fantasía y
ciencia ficción, sino que es más que recomendable para cualquiera que busque
una historia con un trasfondo trabajado, personajes evolutivos y adicción por
un tubo.
La
autora nos describe a la perfección las naves, planetas y especies que
encuentran la Peregrina y su tripulación, así como las costumbres y creencias
de cada uno de sus tripulantes. Y quizá no se detiene demasiado en las escenas
de acción, pero es que son las consecuencias lo verdaderamente relevante; puede
recordar a cuando tenemos un accidente, el momento del golpe pasa rápido, es
después cuando nos detenemos a sentir, pensar y reaccionar.
«Ante ella había una nebulosa, una
explosión de polvo y luz, el ardiente cadáver de un vetusto gigante. Entre las capas
gaseosas dormitaban cúmulos de estrellas nonatas que brillaban tenuemente. Hizo
inventario de su cuerpo. Sintió su respiración, su sangre, todo lo que la
mantenía de una pieza. Cada parte, hasta el último átomo, había sido creada ahí
fuera, arrojada a través del vacío en un instante de violencia, hasta que todas
formaron un torbellino y empezaron a dar vueltas y vueltas, removiéndose y
fusionándose, ganando peso, atrayéndose unas a otras. Pero ya no. Las partes
flotaban libres ahora. Habían vuelto a casa.
Estaba justo donde debía estar.»
He
disfrutado descubriendo cómo la autora pudo arreglárselas para escribir la
novela; os invito a que leáis los agradecimientos e indaguéis un poco, así como
a que os detengáis en su carta final, que a mí me hizo saltar las lágrimas.
Alexander Páez, traductor |
Insólita
es una editorial joven que, por ahora, sólo cuenta con tres títulos, pero ya ha
sabido dejar su huella en el panorama literario, y en nuestra memoria de
lectores, con los títulos escogidos.
Especial
mención a Alexander Páez, quien ha hecho una traducción impecable que nos zambulle
de lleno en el universo creado por Chambers.
Sería muy
fácil destripar la historia pues, inevitablemente, una cosa lleva a la otra y
la acción es continua, pero prefiero que la descubráis vosotros mismos.
Así
pues, no sólo os recomiendo la novela, sino que os impelo a que dejéis atrás la
Tierra, como hicieron los seres humanos de El
largo viaje, a que os abandonéis a las estrellas y así podáis encontraros
con todos esos sapientes que os esperan.
PD: No
sé qué pensaréis el resto de lectores, pero yo estoy enamorada de Sissix y ansío
la nueva aventura de la Peregrina.