@IsabelDlRio / @miransaya

lunes, 4 de abril de 2016

Reseña “Maleza Viva” de Gemma Pellicer

TÍTULO: Maleza Viva
AUTOR: Gemma Pellicer
EDITORIAL: Jekyll&Jill

SINOPSIS
Maleza viva es un libro de microrrelatos, en este caso próximos al poema en prosa y al aforismo, que baraja formas sentenciosas, narrativas y poéticas con otras dialogadas propias del microteatro. Su título remite a esa maraña de vivencias y sueños que supone toda existencia.

OPINIÓN
“Si te fijas bien, ese tío que parece ir a lo suyo y no estar para nadie eres tú”.
Si tuviera que escoger un libro para llevarme a un viaje, sólo uno, sin duda sería una antología de relatos, una obra de teatro o un poemario. Siento predilección por este tipo de obras, sintéticas y emocionalmente explosivas, llenas de matices, que reducen a la mínima expresión todo un universo.
“YO QUIERO TENER una vida COMO TÚ. dEJaR De SER PALABRA, mera sintaxis ridícula, ALZARME de una maldita vez DE LA NADA, ALCANZAR EL CIELO del ser”.
Jekill&Jill, una de mis nuevas editoriales de referencia, ha publicado una antología que mezcla poesía, microrelatos y aforismos en las mismas páginas. Además, si lo unimos al buen hacer de la editorial, que crea libros realmente preciosos —incluye un paquetito de semillas y todo—, nos encontramos ante uno de esos libros que puede considerarse un tesoro estético, por dentro y por fuera.
“Luego le sobrevino la vejez y, con ella, el olvido. Todavía hoy es posible percibir en su figura maltrecha el halo de quien retuvo en sí todo el misterio”.
Gemma Pellicer tiene una pluma irónica y sutil. Pasa de criticar una sociedad dormida y confusa, a relatarnos con belleza naturista la vida de un grillo o la suerte de un árbol sin hojas. Letras metafóricas y cargadas de guiños y claroscuros.
“En su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era: completa en ocasiones por la sucesión vertiginosa de pasados indelebles que se acumulaban; irreal otras, apenas perfilada por su memoria borrosa”.
El paso del tiempo, la incertidumbre de la realidad, la insensibilidad hacia la crueldad, la vejez y los sueños, el amor y el poder, temas fundamentales, claves en la literatura, tratados desde una voz clara, que juega con el lenguaje para confundirnos o, quizá, para que seamos capaces de ENTENDER.
“Veía sin ver porque todo lo veía. Muy probablemente también comiera ya sin comer, soñara sin apenas soñar, amara sin necesidad. Sus ojos la delataban”.
Resulta complicado hablar de una obra así sin destriparla, sólo puedo expresar mis emociones, tardes en que me he apachurrado en el sofá, con taza de té en mano, leyendo y releyendo, disfrutando de los pensamientos que provocaba en mí cada frase.
“Ahora ya sólo se acuerda de su destino de hombre cada vez que reconoce, en ese niño que juega entre los arbustos, sus mismos ojos de almendra”.
Se trata de uno de esos títulos que etiqueto de “libro de mesilla de noche”, es decir, aquellos a los que vuelves una y otra vez, de forma desordenada, paladeando cada palabra y meditando sobre ellas.
“Si bien han adquirido la inexplicable costumbre de ignorarse por completo, lo cierto es que se aman. Así las cosas, prefieren fingir un desprecio mutuo que los mantenga a salvo de procelosos naufragios (…)”.
Recomendado a los amantes de la poesía y lo breve-pero-intenso, para aquellos que disfruten de los libros que pueden leerse en cualquier dirección.
“Y yo he vuelto también a la plancha. Por uno de mis ojos el niño ciego lloraba”.

Entrevista a Víctor Gomollón, de Jekyll&Jill:

Isabel del Río

Febrero 2016