TÍTULO: L'ALTRE
COSTAT DEL MIRALL
AUTOR: Iñaki Rubio
EDITORIAL: Pagès Editors
IDIOMA: Català
L Premi Recvll de Narració <
SINOPSIS
(original de pageseditors.cat)
Els
protagonistes dels contes de L’altre costat del mirall són personatges
aparentment normals amb qui qualsevol de nosaltres pot sentir-se identificat:
estudiants, treballadors, pares, mares, fills, pediatres o banquers són els
habitants que pul·lulen per les pàgines d’aquest llibre com pels carrers de
qualsevol ciutat. I les seves vides quotidianes, les seves històries
predefinides, que parteixen d’un plantejament gairebé costumista, es veuen
trencades per l’aparició d’elements fantàstics i humorístics que ens indiquen
les múltiples fissures de la realitat per on podem evadir-nos de la rutina,
dels maldecaps i de les crisis. L’autor, fugint de tot sentimentalisme,
aconsegueix fer un retrat de l’Andorra contemporània a partir de temes o
situacions actuals on tots ens podem reconèixer, com les nostres dèries amb els
telèfons intel·ligents o amb les xarxes socials, els viatges, les relacions de
parella, les frustracions laborals i personals, les festes nadalenques o els
estius d’anunci.
OPINIÓN
Me considero una lectora de toda forma y género, me apasiona el teatro, me deshago en poesía y pierdo la noción del tiempo con las novelas, pero si hay algo que me enamora son los relatos. Soy de las que piensa que no hay nada más difícil que escribir un buen relato y que, al mismo tiempo, los relatos son lo mejor para aprender a escribir.
La
antología de la que voy a escribir en esta ocasión es L'altre costat del mirall, un librito que incluye 15 relatos en los
que se mezcla realidad, romance, mundos fantásticos, oníricos y ciencia
ficción, con terror existencial, humor e ironía. En apenas 125 páginas podemos
encontrar desde la narración de un primer amor hasta un terrible GPS que no
sólo guiará nuestros movimientos por carretera.
Algo
que me ha encantado ha sido esa manera de mezclar realidad y ficción de tal
modo que, a veces, no sabes muy bien qué es qué y te hace dudar si el personaje
desvaría o de veras podría ocurrir algo así.
El
juego de espejos, ya sea de forma directa o metafórica, nos muestra una
realidad escindida en la que intentamos negarnos o esconder aquello que muestra
nuestro reflejo, ya sea individualmente o como sociedad.
Los
personajes son tan cotidianos que el lector se identifica al momento. Del mismo
modo, los paisajes y situaciones, excepto por los toques surrealistas y de
ficción con los que juega el autor, son tan cercanos que dan credibilidad y
coherencia a historias que, de otro modo, resultarían totalmente increíbles.
Los
relatos son en catalán, con un lenguaje sencillo y cercano, y construcciones
que agilizan la lectura. Ideal para aquellos que nos vemos obligados a leer a
trompicones y en momentos robados al reloj.
Un
libro que recomiendo a los amantes de las historias inverosímiles del día a
día, a aquellos que disfruten de los buenos giros argumentales y de los finales
truculentos, y para los que creen en aquello de que "Si lo bueno es
breve...".
ENTREVISTA a Iñaki Rubio
SOBRE EL LIBRO
IDR: L'altre costat del mirall es una
antología de relatos entre los que podemos encontrar fantasía, ciencia ficción,
dosis de terror existencial, humor e ironía, romanticismo y realismo. ¿Con qué
género te sientes más cómodo y por qué esa mezcla en la que tanto podemos
encontrar el relato de un adolescente enamorado como el de un GPS diabólico?
IR: Yo
concebí este libro como un conjunto de breves cápsulas literarias, pequeños
divertimentos literarios y la ventaja del relato breve es que puedes ir
variando de género, puedes combinar estilos muy diversos y la flexibilidad de
los cuentos te permite cambiar de registro o de tono. Esa es tal vez una de las
grandes ventajas del cuento con respecto a la novela. Ahora bien, lo difícil es
conseguir un volumen variado y diverso pero a la vez cohesionado, coherente y
que tenga un cierto sentido unitario. Precisamente para mí este era uno de los
retos del libro: que a pesar de tanta variedad hubiera una cierta unidad y uno
de los elementos para conseguirlo es esa mirada un tanto distanciada que
relacionamos con la ironía pero que no se limita solo a la ironía. Y otro
elemento es que todos los relatos se mueven en el terreno de lo cotidiano pero
al final deberían proyectarle al lector alguna reflexión. Espero que al leer el
libro, el lector sonría y a la vez que piense, dos cosas que creo que son cada
vez más necesarias.
Y
respondiendo concretamente a tu pregunta, me encuentro especialmente a gusto
con los relatos en los que intento provocar una fractura con la manera de
encarar la vida cotidiana, a menudo mediante el humor o elementos fantásticos.
IDR: Muchos
desvalorizan el relato por creer que la novela es de mayor complejidad,
mientras otros consideran el relato como el maestro del escritor. ¿Qué opinas
de él? ¿Cómo te sientes escribiéndolos?
IR: A
veces se considera el cuento como un género menor por ser breve pero en
realidad en la brevedad del cuento es donde hallamos su verdadera complejidad.
Por ejemplo, nadie considera la lírica como algo menor y la poesía suele ser
incluso más breve que un cuento. Yo creo que el relato está a medio camino
entre la poesía y la novela: es asequible como la prosa pero encierra una
densidad que se parece a la de un poema. Y siempre permite más de una lectura.
Yo creo
que el relato es muy exigente e incluso el lector muestra una predisposición
distinta con los cuentos. Por ejemplo, inconscientemente, con una novela
siempre tenemos paciencia si pierde fuerza en algún momento y no la dejamos
aunque tenga diez páginas más flojas; sin embargo a un cuento que solo tiene
diez páginas no le permitimos que baje la tensión en ningún momento. En muy
poco espacio debes atrapar al lector, hacer que entre en la historia, que
sienta que ahí dentro, en esas pocas páginas, va a encontrar algo que le hable
de él, que le diga cosas de su propia vida. Por eso es un género que me parece
muy difícil y a la vez fascinante. La intensidad y la concisión imprescindibles
en los cuentos van mucho con mi forma de ser, por eso me encuentro tan a gusto
escribiéndolos.
IDR: Conozco
autores que consideran más complicado escribir un relato que una novela de 300
páginas y otros que se desenvuelven en él como pez en el agua. ¿Entre cuáles te
encuentras?
IR: Como
te decía hace un momento, yo me encuentro muy cómodo con el género corto. Me
gusta tener el control de todos los elementos narrativos y poder crear pequeños
mundos autónomos, echar un vistazo como si mirara a través de una cerradura,
espiar momentáneamente a los personajes y sus vidas y dejarlos allí, encerrados
en su mundo. Es como si pudieras espiar a los vecinos de una escalera pero solo
pudieras estar un rato en cada piso. El cuento sería como una carrera de cien
metros y tienes que dejarlo todo, exprimirte al máximo en ese poco espacio. En
cambio la novela sería como un maratón, en el que vas pasando por diferentes
paisajes y tienes más tiempo.
IDR: ¿Cuál
o cuáles son las claves de un buen relato?
IR: A
mí me parece que los relatos tienen que ser intensos y contundentes, no
deberían dejarte indiferente. Tienen que remover algo ahí dentro. Cuando digo
intensos quiero decir que deben tener una cierta condensación especial, que
haya algo que los comprima. Además la concisión me parece inherente al género:
creo que un relato al que se le añaden historias secundarias o que se alarga
innecesariamente siempre pierde fuerza. En un cuento debe estar todo lo
necesario y solo lo necesario. Dicho de
otro modo, no debe sobrar nada.
A mí
particularmente me gusta concebir los relatos por capas, como quien cocina un
buen plato: necesitas una base, que sería el argumento, la trama y los
personajes, pero luego necesitas añadir ciertos ingredientes cada vez más
sutiles, quizás imperceptibles para el paladar en una primera lectura. Por eso
creo que un buen cuento siempre acepta o requiere más de una lectura para
disfrutarlo del todo. Y saborearlo por segunda o tercera vez, como si fuéramos
rumiantes.
Además
me encanta plantear el relato como una especie de juego con el lector en el que
le voy dejando ciertas pistas o indicios que en el fondo le dirigen
inevitablemente al final y que solo en el final tienen sentido. Pero sin hacer
trampas: si hay una sorpresa al final, tiene que encajar con el resto de piezas
y no tiene que ser gratuito.
IDR: Muchos
de los finales son oscuros y trágicos. ¿Qué pretendías con esos cierres
dramáticos del destino?
IR: Es
cierto que hay muchos relatos en los que al final hay un cierre un poco
existencial, con un tono de desengaño pero para mí lo importante era el
contraste entre esos temas más serios pero tratarlos con un tono ligero, con
humor, sin pretensiones grandilocuentes. Por eso digo que son cuentos que
intentan hacer sonreír pero también pretenden hacer reflexionar.
IDR: Entre
todos los relatos ha habido uno que pienso robarte para mis talleres de
narrativa. ¿Cómo se te ocurrió 'Exercicis d’estil'? ¿Fue complicado
escribirlo?
IR: En
realidad no fue complicado en cuanto tuve la idea. Este es un buen ejemplo de
lo que te decía antes de que hay una serie de “pistas” que te llevan al final y
en realidad desde la primera línea, el final es previsible aunque en la primera
lectura te coge desprevenido.
La idea
original era escribir un cuento de género negro. Me lo plantee como un reto
conmigo mismo porque jamás he escrito ni he leído mucha novela negra. Pero me
parecía un juego divertido aunque no pude evitar recurrir a la literatura para
escribirlo: junté el libro de Raymond Queneau titulado Ejercicios de estilo
con Continuidad de los parques de Cortázar. Son pequeños homenajes que
el lector puede descubrir (o no), juegos en los cuentos con variaciones y
mutaciones de otros libros. Lo divertido para mí fue manejar esos dos
referentes y a la vez trasladarlos al género negro. A la vez tuve que
informarme sobre armas y otros métodos policiales. Fue divertido.
IDR: Laltre costat del mirall hace referencia
directa a un par de relatos de la antología, pero también, de forma metafórica,
a todos los demás, pues todos reflejan realidades escindidas que, muchas veces,
intentamos ignorar. ¿Cómo se te ocurrió el tema?
IR: Creo
que la sociedad contemporánea nos empuja un poco a todos a ese tipo de vida un
poco desdoblada entre lo que somos y lo que queremos ser o queríamos ser, y
como bien dices intentamos ignorar esa distorsión porque nos incomoda.
Procuramos desviar la mirada pero los espejos son implacables porque te
devuelven la realidad. Si te fijas, muchos de los personajes del libro viven en
cierta incomodidad consigo mismos, intentan huir de sus rutinas, cambiar de rutinas
pero se sienten atrapados, encallados y no acaban de saber cómo encajar en su
propia vida. Me interesaba abordar este tema pero hacerlo sin grandes
digresiones ni un tono grandilocuente, sino todo lo contrario porque en el
fondo el relato de nuestras vidas lo construimos a partir de pequeñas
costumbres del día a día, nuestras rutinas cotidianas que parecen
intrascendentes pero que en el fondo acaban dictando nuestro destino. Y me
gustaría que el libro también actuase como un espejo con los lectores y les
hiciera reflexionar sobre sus propias vidas y no dejar que los hábitos o las
costumbres diarios nos marquen el camino. A muchos nos ha pasado que vas
pasando de día en día, de año en año, y al final, algún día te encuentras en
escenarios vitales que te desconciertan y te preguntas “¿y yo qué narices hago
aquí?”.
IDR: Debe
ser complicado reunir 15 relatos que sean originales y distintos, pero a la vez
compartan un nexo que los una. ¿Cómo lo hiciste? ¿Lo decidiste de antemano o
reuniste algunos ya escritos con otros de nueva cosecha?
IR: El
origen del libro está en mi blog (www.inakirubio.com) donde voy publicando
pequeños cuentos de forma regular y al preparar un par de cuentos para el blog
me vino la idea del conjunto, una idea más o menos precisa de lo que quería. En
aquel momento tenía sentido así que abandoné momentáneamente el blog y me puse
a escribir el libro con la estructura general en la cabeza. En cuanto me puse a
trabajar en serio en el libro, un cuento me llevaba a otro y así los fui
encadenando todos. Fue muy intenso, pero también agotador.
IDR: La
mayoría de relatos, por no decir todos, ocurren en Andorra. ¿Querías jugar con
ese marco o eres de los autores que creen que mejor hablar de aquello que
conocemos de primera mano?
IR: En
realidad ambas opciones son válidas. Para empezar, y aunque en los relatos más
fantásticos parezca que no sea así, yo parto de la realidad inmediata, la que
observo en las calles, en el centro comercial, etc. Parto de la realidad
inmediata aunque procuro transformarla pero precisamente por eso muchos relatos
ocurren en Andorra, porque es donde vivo y puedo partir de detalles reales.
Por
otra parte hablar de la Andorra actual, superando el localismo o el
costumbrismo me parecía atrevido y era otra forma de cruzar la frontera del
espejo. Andorra ha cambiado mucho en pocas décadas, y coexisten la vieja
Andorra rural, con la ciudad de negocios y comercio o el destino turístico.
Pero también una Andorra de trabajadores que a veces parecen invisibles. Es una
sociedad condensada, comprimida (casi como un cuento) en la que los extremos se
tocan y coexisten, a veces yuxtaponiéndose o ignorándose. Es cierto que eso
también ocurre en casi todos los lugares pero Andorra es tan pequeña que estos
extremos son muy visibles. Aunque solo para quien quiera verlos, claro.
IDR: Las
nuevas tecnologías están muy presentes en las narraciones, tanto que, en más de
una ocasión, son protagonistas. ¿Es algún tipo de crítica o una manera de hacer
que los relatos sean más cercanos y actuales?
IR: Otra
vez ambas cosas: la tecnología y los múltiples gadgets tecnológicos se
han instalado en nuestra forma de vivir de una manera fascinante y si retrato
la vida cotidiana es normal que aparezcan en los cuentos. Ahora bien, en
algunos casos el cuento pretende provocar una reflexión crítica sobre el uso
que hacemos de estas tecnologías.
IDR: La
antología fue ganadora del L Premi Recvll
de Narració <>, 2014 . ¿Te lo esperabas? ¿Cómo te
sentiste al recibir el premio? ¿Ha supuesto alguna diferencia de cara a tus
lectores?
IR: Cuando
tenía el libro casi acabado, me pregunté “¿y ahora qué haré con este libro?” Y
se me ocurrió buscar concursos. De inmediato me encontré las bases del Premi
Recvll, nada menos que en su edición nº 50 y me volqué en acabar el libro de
modo que lo presenté casi sin tiempo para digerirlo. Al principio estaba
convencido de que era un volumen con posibilidades aunque a medida que pasan
los meses empiezas a realizar que siempre es difícil ganar así que cuando supe
que había ganado me llevé una sorpresa porque ya me había preparado mentalmente
para lo contrario. Y un premio así, con una tradición tan larga y con nombres
ilustres en su palmarés, a un autor que empieza y que va por libre, que escribe
cuentos y encima los escribe desde una supuesta periferia como es Andorra, pues
como puedes imaginar me ha servido mucho para conseguir un poco de visibilidad
y empezar a conseguir más lectores.
SOBRE EL AUTOR
IDR: ¿Tienes
alguna metodología a la hora de escribir? ¿Trabajas con guión o prefieres dejar
libres a los personajes y las situaciones?
IR: Suelo
tomar notas y apuntes en papelitos y libretitas aunque luego raramente los
consulto. Eso sí, si un tema o anécdota se repite mucho entonces sé que ahí
tengo una historia por explicar. Entonces siempre me hago un esquema, pero ni
siquiera lo escribo, lo voy trabajando y madurando mentalmente y cuando ya
tengo claro el plan de trabajo empiezo a escribir. El primer borrador suele ser
el más largo. Las sucesivas revisiones las dedico a condensar, sacar lo
prescindible, y así quedarme con lo esencial.
IDR: ¿Prefieres
alguna hora o ambiente concreto para escribir? ¿Eres de los que espera a las
musas o, como Picasso, la inspiración te pilla trabajando?
IR: Intento
ser disciplinado y aprovecho los espacios de tiempo que tengo para escribir.
Pero necesito ponerme una especie de horario aunque raramente lo cumplo: cuando
no estoy escribiendo nada concreto, la noción de tener ese tiempo para la
creación me obliga a trabajar (revisar textos, escribir cuentos para el blog,
artículos para la prensa andorrana o simplemente leer), y entonces sí que
cumplo el horario. Pero cuando estoy enfrascado en algún proyecto concreto,
como que tengo un punto obsesivo, pues entonces me paso del horario. Aunque no
le haga caso, la noción de horario, de límite, sirve para que no me pase
demasiado.
IDR: ¿Eres
de relatos o te gusta jugar con distintos formatos?
IR: Soy
sobretodo de relatos pero también me gusta escribir novela. Ahora estoy
acabando la que debería ser mi primera novela. Aunque sigo escribiendo cuentos.
IDR: ¿Tienes
predilección por algún género? ¿Existe alguno que no tocarías nunca?
IR: Soy
muy prosaico (es broma), quiero decir que lo mío es la prosa y seguramente los
lectores de poesía agradecerán que no me meta en ese género. Me gusta leerla y
aprender a jugar con la sonoridad de las palabras (en realidad a menudo me leo
mis cuentos en voz alta para oír cómo suenan), pero escribir buena poesía me
parece muy difícil. Es quizás el único género en el que no me veo.
IDR: ¿Cuánto
de Iñaki hay en tus personajes?
IR: Aunque
muchas anécdotas puedan partir de mi vida cotidiana, en realidad procuro que no
haya mucho de mí en mis personajes por una razón muy sencilla: como te decía
antes, en un cuento tienes muy pocas páginas para captar al lector y yo quiero
que el lector se sienta identificado. Si en un cuento breve, en unas pocas
páginas, el lector no reconoce algo de su vida, dejará de leer. Por eso, en
esas páginas a mí no me tiene que ver, sino que se tiene que reconocer a sí
mismo, las páginas del cuento tienen que devolverle una imagen de sí mismo,
como en un espejo.
IDR: Para
hallar las situaciones y personajes sobre los que escribes, ¿en qué te basas? ¿Con
qué te inspiras? ¿Te documentas sobre los temas que vas a escribir o trabajas
sobre la marcha?
IR: Yo
me inspiro de la vida cotidiana, del día a día. Creo que lo primero que tiene
que hacer un escritor es observar la realidad, y a mí me encanta hacerlo pero a
la vez mirar las cosas desde un punto de vista distinto al habitual, para
romper con el discurso preestablecido, con lo ya sabido y que hace que la
rutina se convierta en algo tedioso. En cambio me parece que lo que determina
que la vida sea aburrida o pura poesía es la propia mirada. Quizás no podemos
cambiar la realidad pero sí la forma de enfocarla.
Por
eso, de momento, no necesito
documentarme porque escribo sobre la vida real y cotidiana.
IDR: ¿De
qué fuentes bebes?
IR: Hay
muchos autores aunque muchos tienen en común esta visión diferente de la
realidad: El Quijote es imprescindible, Cortázar, García Márquez, Ramón Gómez
de la Serna, por ejemplo. Y entre los autores catalanes, Pere Calders o
Francesc Trabal, autores un tanto olvidados pero muy interesantes. Además en el
libro hay múltiples referencias a otros autores como Nabokov.
IDR: Si
tuvieras que recomendar algún título y autor ahora mismo, ¿cuál/quién sería?
IR: Ante
estas preguntas un poco comprometidas (escoger solo un libro es dificilísimo),
acudiría a la seguridad confortable de los clásicos para no equivocarme: Cien
años de soledad de García Márquez. ¡Quién pudiera escribir un libro así!
Isabel del Río
Mayo 2015