domingo, 28 de diciembre de 2008

Presentación en Excellence

El pasado 23 de Diciembre se celebró en Excellence la última presentación prevista de la segunda edición de Casa de Títeres.

Allí estuvieron Eloi Puig (crítico y reseñista de La Biblioteca del Kraken) y Carmen Sanz como contertulios en la presentación.

Ahora cuelgo algunas fotos para los interesados.

Aquí os dejo otra crítica al libro:

http://josephbmacgregor2006.blogspot.com/2008/12/casa-de-tteres-de-isabel-del-ro-sanz.html



Los asistentes a la presentación tomando asiento

Carmen Sanz, Yo y Eloi Puig (por orden en la imagen)





Un abrazo,

Isi

PD: Próximamente podréis ver un par de vídeos en mi Web oficial (www.santosdelrio.com)

jueves, 25 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008


Martes 23 de Diciembre

a las 20.15h

en la librería Excellence

de Barcelona

se celebrará la última presentación

de la 2ª Edición

de Casa de Títeres.


¡¡Estáis todos invitados!!


lunes, 1 de diciembre de 2008

Bases I Concurso Cuentos de Navidad de la librería Santos Ochoa de Barcelona

Viendo la cantidad y calidad de los participantes para los premios de Halloween, la librería Santos Ochoa, con el deseo de premiar la imaginación y el talento de los jóvenes de nuestro barrio, convoca para esta Navidad el 1r Concurso de Cuentos de Navidad.

Los cuentos serán de temática libre y podrán estar escritos en castellano o catalán indistintamente.

Habrá dos ganadores. Pueden participar niños de 7 a 16 años.

Deberán ser relatos de un mínimo de 30 líneas y un máximo de 60, con letra Comic Sans tamaño 12 e interlineado 1,5.

Los cuentos podrán entregarse vía mail a la dirección unahistoriames@yahoo.es o directamente en la librería Santos Ochoa.

Los cuentos podrán entregarse hasta el jueves 11 de diciembre. El fallo del jurado (constituido por miembros del mundo literario y editorial) será efectivo el día 12, y el sábado 13, a las 13.00h, se celebrará la entrega y lectura de los dos ganadores.

El premio será un libro a escoger por el ganador de todos lo que haya en la librería.

Además, los ganadores saldrán por la radio e Internet.

http://santosochoabarcelona.blogspot.com/

martes, 25 de noviembre de 2008

Presentación del 23 de Diciembre

Buenos días a todos,

A pesar de todos los problemas que me está dando la editorial, la presentación del 23 de Diciembre en la librería Excellence sigue adelante.

Por suerte me han llamado y, otras librerías que han sabido de mi situación, me han conseguido ejemplares para que esa celebración sea posible.

Así que todos quedáis invitados. Para mí será una gran alegría veros allí en la que, seguramente, será la última presentación de este libro.

LUGAR: Librería Excellence (Barcelona)

DÍA Y HORA: 23 de Diciembre a las 20.15h

Un abrazo,

Isi

lunes, 24 de noviembre de 2008

Que empiece el juego

Hoy me ha llegado la primera remesa de relatos para el I Concurso Ovelles Elèctriques. Esta tarde me pondré a ello y sigo pensando... ¿Qué hago? ¿Los destripo o soy buena?
Un abrazo a todos y suerte a los que estáis participando.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Astrid, capítulo 28: Cuando errores desgarran felices momentos

Domingo, 23 de marzo de 2008

En Barcelona


Tío Bernard me prometió que iríamos a pasear por la ciudad, así que, con Babilonia cerrada y las cuentas y papeles en un cajón, me ha llevado al Parc de la Ciutadella.

El viento hoy parece más manso que ayer, estos días se ha comportado como si alguien le hubiera ofendido, remetiendo contra todo lo que encontraba a su paso, llevándose con él aquello que no estuviera bien sujeto. Desde la librería, colocando libros y atendiendo a curiosos, la mayoría extranjeros que han venido a España para ver la famosa Semana Santa, aunque según mi opinión para eso venir a Barcelona es perder el tiempo, podía contemplar los arrebatos del enfurecido viento y los estragos que hacía pasar a las personas que intentaban pasear por las calles grises de la ciudad; chicas con pelo revuelto corrían junto a sus novios o amigas gritando como bobas, como si eso fuera a amansar la rabia que los céfiros sentían por sus largas melenas, ensañándose con ellas.

El cielo de un azul de mil tonalidades se intercala con las nubes espesas, blancas y grises. A intervalos el Sol sonríe a los paseantes y a los niños que juegan bajo su luz. Las gárgolas y estatuas: grifos, dragones, quimeras y dioses griegos,… guardan las fuentes y a sus habitantes. Olas de luz blanca se reflejan en las alas de los colosos de piedra, los patos nadan y chapotean a su alrededor, y los niños juegan sin temor, mientras sus ojos grises, sin vida aparente, vigilantes, no dejan que ninguna sombra se aproxime. Unos metros más allá el sol ilumina la marquesina haciendo resplandecer el mármol de sus escalones, coloreando el tejado negro que protege de las inclemencias del tiempo a sus visitantes. Los timbres de las bicicletas, las risas y gritos de los niños, los distintos silbidos y gorjeos de los pájaros, el viento entre las hojas,… el canto del parque lo inunda todo enmudeciendo los coches y rugidos de la gran ciudad.

—Astrid, ¿te gusta? —pregunta tío Bernard.

—Mucho —respondo sonriendo.

Hacía ya tiempo que no sentía tanta calma. Me siento segura junto a él, apoyando mi cabeza en su hombro, sentados en un banco, observando el ir y venir del día.

— ¿Quieres que nos sentemos a comer algo en la hierba?

Asiento con la cabeza y cojo su mano alegremente. La siento, cálida y fuerte, aferrando la mía. Mi corazón se alboroza y mis mejillas toman el color de las flores de los arbustos que crecen a los laterales del camino.

— ¿Te ocurre algo? —Pregunta —Estás colorada.

—No, nada, sólo pensaba, estoy muy a gusto contigo aquí, lejos de todo y de todos.

La miel de sus ojos parece derramarse bajo los brillos del sol, sus labios me muestran que él también se siente feliz junto a mí.

Se sienta sobre el verde césped, apoyando su espalda contra un árbol, yo me acomodo a su lado y él me abraza divertido, haciéndome cosquillas.

— ¡Para, para! —me río.

El también ríe, alegre, feliz,… Ambos somos felices al estar juntos. Y entonces sucede, entonces lo hago, me equivoco, fallo, erro, soy una estúpida. Mis brazos rodean su cuello, mis ojos velados no ven su reacción cuando mis labios rozan los suyos, cuando le beso olvidando que no debería hacerlo. Él se estremece, no me rechaza, pero tampoco me corresponde. Cuando me aparto veo el hielo en su mirada, sus ojos, siempre tan cálidos, se han apagado. Lívido me contempla con los brazos a los lados. Yo me aparto espantada, ¿cómo he podido hacerlo?

No decimos nada, ni una palabra, no lo comentamos ni en ese momento, ni cuando comemos los bocadillos que preparó antes de salir de casa, ni a nuestro regreso en un incómodo silencio, ni siquiera cuando las luces se apagan.

Sola, tendida en la cama contemplo el techo. Un nudo presiona mi garganta, una terrible tristeza, una angustia asfixiante me invade. Ahogo mi llanto apretando mi cara contra la almohada. Él no ronca, no está dormido, sigue despierto, turbado por lo acontecido. Pero yo sé que ahora me odia, me odia por obligarle a pensar en esto.

Empezando a trabajar en serio para mi proximo libro

Hola a todos,

No puedo dar muchos detalles, es top secret, pero estoy empezando a trabajar mi próximo libro gracias a un par de trozos de pan mojados en tinta que son lo mejor que ha parido las letras.

Así que darles las gracias por adelantado, a ellos que saben quienes son, y a los demás dejaros en vilo, ya iré dando noticias.

Un abrazo,

Isi

sábado, 15 de noviembre de 2008

Grup Senar es un fraude

Buenas noches,

Os escribo este mensaje porque hoy me he enterado de unos hechos que lo han cambiado todo.

Me siento engañada y, lo peor de todo, es que no he sido la única. Estaba tan ciega con ilusiones alimentadas por palabras falsas que no me di cuenta de que me estaban utilizando. Por eso, lo primero que quiero hacer es pedir perdón, perdón por haber propiciado que otros también tuvieran esperanzas ante Grup Senar y sus editoriales.

Grup Senar, Maikalili y Penombra d’Argent no son de fiar. Todos los que hemos trabajado para ellos (como empleados o autores) nos sentimos engañados, timados y vapuleados. A mi, en concreto, me deben una gran cantidad de dinero y lo único bueno que ha salido de todo es un libro que, si no fuera por otro trabajador engañado, no estaría en las librerías.

Así que, por favor, pido a todos aquellos que hayáis sufrido sus embustes que no os quedéis quietos y, también, que perdonéis mi estupidez por haberlos defendido en algún momento.

Atentamente,

Isabel Del Rio

jueves, 6 de noviembre de 2008

Astrid, capítulo 27: La dama del viento

Miércoles, 19 de marzo de 2008

En Barcelona


El viento aúlla golpeándose contra los cristales. La piel de todo mi cuerpo siente cada fibra de la camiseta, mi vello erizado parece la pelusilla dorada de un bebé. Me cubro con una manta de lana azul y observo un árbol bailando frenético la danza del aire helado. Ha refrescado de un día para otro, como si el tiempo hubiera enfurecido, y la oscuridad se ha cernido sobre la ciudad. Los edificios grises han sido azulados todo el día, era como si llevara puestas unas gafas de cristales color añil.

Ha sido un día extraño, no triste, sino apagado. La gente paseaba por la calle, siguiendo sus rutinas, parándose distraídamente ante el escaparate de Babilonia, pero era como si a todos ellos les faltara la luz, la vida que ilumina sus ojos, como si estuvieran muy lejos de allí sus almas.

Cambiando de canal, tío Bernard, ve las procesiones que inundan las calles de otras ciudades y pueblos, contempla las hermosas fallas que ya habrán empezado a arder bajo llamas colosales, devoradas por demonios de fuego, o quizá ángeles. Aquí nada nuevo ocurre, ninguna virgen a picado a nuestra puerta, ni Cristo a salido a pasear cargando con su cruz, aquí ha sido un día más, sin pena ni gloria, gente trabajando, niños de vacaciones, y parados deseosos de que terminen.

Noa hoy me ha saludado, al menos algo sí ha sucedido. No me ha dicho gran cosa, sólo los buenos días y las buenas noches, pero es un paso adelante, o eso es lo que me esfuerzo por creer.

Tánit me llamó al mediodía desde el pueblo de su padre para preguntarme como llevaba la redacción de mi opinión personal para el trabajo, le he mentido, “muy bien” le he dicho, creo que se ha dado cuenta porqué ha preferido continuar la conversación hablándome de Noa. Voy a tener que presentarlos, quizá eso necesite Noa, otra chica en la que fijar sus preocupaciones, una chica mejor, más normal.

Las cartas reposan empaquetadas en su funda de seda granate sobre mi mesilla de noche, las ramas del árbol se inclinan tanto que casi parece que quieran romper la ventana y llevárselas con él.

— ¡Pues llévatelas! —grito.

— ¿Has dicho algo Astrid? —pregunta tío Bernard desde el salón al oír mi voz en grito.

—No —respondo asomándome —, sólo hablaba conmigo misma.

Sonríe y vuelve a las imágenes de la sociedad, apretadas y encasilladas dentro de esa caja cuadrada y vacía de sentimiento real.

Recuerdo las palabras de la señora Valette y siento que mi pecho se hincha nervioso con sentimientos encontrados. Tengo miedo por saber, pero también deseo conocer todo aquello que me ha sido vetado durante todos estos años. Ella asegura que mejoraré, y espero así entender por qué él me dejo, cuáles eran sus motivos, porque si no hubiera tenido motivos no se habría marchado, ¿verdad?

El viento sigue aullando, casi oigo palabras en sus lamentos, “Astrid, Aaaastriiid,..” me parece escuchar. Un rostro me observa desde el exterior de la ventana, un rostro extraño pero a la vez conocido, el rostro de una mujer, una mujer castaña de grandes ojos azules. Asustada retrocedo y me golpeo contra la pared de mi habitación. “Aaaastriiiid…” sigue susurrando el viento, pero ya no es el viento, el sonido sale de los labios de esa mujer. Empiezo a temblar, encogiéndome en un ovillo. Las manos pálidas y delgadas de la ninfa atraviesan la ventana, sus cabellos ondean dentro de la habitación como si el aire aún los acompañara. “Aaaastriiid…”, las lágrimas ruedan por mis mejillas, siento su sabor salado en mi boca, algunas abren caminos por mi cuello. Ella se acerca, sin pasos, sin tocar el suelo, sólo se acerca, vaporosa, pálida, azul como la fría luz del día marchito, y cuando llega hasta mí alarga sus dedos fantasmales, los alarga y me toca. Trato de alejarme de ella, pero yo no puedo atravesar los muros, sus dedos me acarician. “Aaaastriiid…”, no entiendo, no me daña, sus manos son frías como el hielo, pero no su voz. La miro fijamente, sus ojos me sonríen, así también su gesto, y algo musita, algo que no entiendo, pues se evapora en el aire como un suspiro cuando tío Bernard entra en la habitación.

— ¿Quieres cenar algo? —pregunta sin haberse percatado todavía de que estoy tiritando y llorando encogida contra la pared.

Llegir en cas d'Incendi

Aprovecho que estoy preparando el capítulo de Astrid para recordaros que podéis visitar el enlace del programa de radio Llegir en cas d’Incendi donde colaboro con reseñas, entrevistas, artículos, etc. No dejéis de escuchar el programa literario por Internet.

Isi

miércoles, 29 de octubre de 2008

Mi propia Web oficial ^__^

¡¡Tengo Web!!

Lo que leéis, desde ayer la Web oficial de Isabel Del Rio está colgada en la red. Allí podréis escuchar los programas donde aparezca, leer noticias y recortes de prensa, ver fotografías, enteraros de mi agenda y publicaciones… Bueno, espero con ilusión vuestra opinión.

www.santosdelrio.com

Un beso,

Isi

martes, 28 de octubre de 2008

I Premi Relats Ovelles Elèxtriques

Buenas noches a todos amigos, lectores y compañeros de letras,
Aquí os dejo las bases del certamen que hace unos meses anuncié: I Premi Relats Ovelles Elèctriques.

¡Animaos y participad!




I PREMIO "OVELLES ELÈCTRIQUES" DE RELATOS

CIENCIA FICCIÓN, FANTASÍA Y TERROR

BASES:

1.-Los trabajos podrán presentarse en catalán o en castellano.

2.-Los relatos tienen que ser inéditos* y de una extensión mínima de 800 palabras i máxima de 1500.

3.-La temática de los relatos será ciencia ficción, fantasía o terror.

4.-Se aceptarán un máximo de dos relatos por autor.

5.- Se enviarán dos archivos de texto en formato .doc al correo ovelleselectriques@gmail.com como archivos adjuntos con el siguiente asunto: Primer Premio Ovelles Elèctriques. El primer archivo adjunto contendrá el relato (con el título i el seudónimo o lema escogido). El segundo archivo adjunto contendrá la plica, donde se incluirá: título, seudónimo, nombre completo fecha de nacimiento del autor, dirección y teléfono de contacto.

6.- El jurado estará formado por aficionados al género fantástico en cualquiera de sus temáticas (ciencia ficción, fantasía o terror) y áreas (literatura, cine, cómic, música... ).

7.-Los autores dan su consentimiento para publicar vía web o en papel sus relatos, sin que esto impida que el autor los pueda publicar en otros medios.

8.-Los derechos de las obras seguirán siendo en todo momento propiedad de sus autores.

9.-El ámbito del concurso se limita a la península.

10.-El envío de los relatos supone la aceptación de estas bases.

FIN DEL PLAZO DE PRESENTACIÓN DE LOS RELATOS:
31 DICIEMBRE 2008

PUBLICACIÓN DE LOS RELATOS FINALISTAS:
primera semana FEBRERO 2009

VEREDICTO:
domingo 15 FEBRERO 2009

DOTACIÓN:

>1er Premio: Lote de libros valorado en 300 euros
>2o Premio: Lote de libros valorado en 180 euros
>3er Premio: Lote de libros valorado en 130 euros

*Nota: se entiende como inédito al hecho que no se haya publicado ni en formato papel (libros, revistas...) ni en formato electrónico (blogs, webs...) ni que se encuentre pendiente de resolución en cualquier otro concurso.

Más información:

I PREMIO "OVELLES ELÈCTRIQUES" DE RELATOS DE CIENCIA FICCIÓN, FANTASÍA Y TERROR



Un abrazo,

Isi

PD: Shhh... No se lo digáis a nadie, pero soy parte del jurado.

Astrid, capítulo 26: Un té con pastas

Martes, 18 de marzo de 2008
En Barcelona

Diga, ¿quién es? pregunta la voz de la señora Valette a través del interfono.

Soy yo, Astrid. He venido a ver como está y a traerle unos libros.

Un zumbido mecánico me indica que puedo pasar. Subo los escalones que quedan al fondo de la gran sala sin ascensor. Poso mis pies en ellos, uno a uno, estudiando sus imperfecciones, todos de piedra, pero cada uno con alguna impureza que lo hace distinto del resto. La fachada del edificio me había engañado, la han restaurado hace poco y al entrar tienes la sensación de estar viajando en el tiempo. Me dedico a contemplar los distintos felpudos piso por piso, puerta por puerta: un gatito sonriente, un “welcome”, un Sol rojo,… El atardecer se cuela por las ventanas, tiñendo de rojo y violeta las viejas paredes del edificio surcadas por arrugas agrietadas en su piel vainilla. Finalmente llego al tercer piso. La señora Valette me espera en la entrada, la luz ilumina su rostro pálido y ojeroso, está más delgada y parece cansada.

Hola mi vida, que alegría me da dos besos contenta al verme.

Me hace pasar. La casa está completamente en penumbra.

¿Te apetece un té? pregunta en susurros.

Sí -respondo algo incómoda con la oscuridad —, he traído unas pastas.

Entramos en la cocina, grande pero estrecha, y enciende la luz de la campana para poder ver al calentar el agua.

Señora Valette, ¿por qué está a oscuras? pregunto sin poder reprimirme.

Coloca las pastas en un platito, allí, en ese cajón me indica el mueble blanco al lado del microondas —. Llevo unos días con jaqueca y no puedo soportar la luz explica.

Lo siento, si quiere me voy, no quiero molestarla.

No cariño, no me coge del brazo, reteniéndome, casi suplicante —. No sabes lo feliz que me ha hecho que vinieras.

Cojo un plato color hueso con flores doradas y coloco las pastitas en forma de flor, pétalos de almendra y chocolate. La tetera silva al hervir el agua y la señora Valette la retira del fuego llenando una teterita de cerámica que tapa con cuidado.

Ya lo llevo yo digo al ver que coloca en una pequeña bandeja plateada dos tazas a juego con la tetera y el platito de pastas.

Sonríe sirviendo el té y guiándome hasta el comedor.

A un lado del lúgubre salón una mesa circular de roble barnizado nos está esperando con un mantelito blanco de puntilla decorándola que parece hacerla resplandecer en la negrura.

Siéntate me indica encendiendo unas velas que coloca sobre la mesa —. Bueno, ¿y por qué has venido?

Muerde una galletita y se relame golosa sus finos labios.

A ver como estaba. Hacía días que no se pasaba por Babilonia y temía que pensara que estoy enfadada Sus vivos y brillantes ojos verdes me observan —. También le he traído unos libros digo sacándolos de mi bolso y dejándolos junto a su taza de té; no sé porqué razón me siento cohibida —. Son las antologías poéticas que pidió.

Asiente complacida y los hojea distraídamente. De vez en cuando dirige sus dedos a su sien derecha y la masajea en círculos frunciendo el ceño.

Yo… Una ramita de té da vueltas y vueltas, girando en un torbellino de aguas embravecidas No dejo de tener visiones, estoy preocupada.

Al fin se interesa por mí, eleva la mirada y deja los libros. Siento que mi corazón acelera y mi estómago se encoje, estoy nerviosa, más de lo que debería, conozco a la señora Valette, pero algo me hace estar intranquila en este ambiente cargado y oscuro.

Nadie te habló nunca de tus dones, ¿verdad? pregunta conocedora de la respuesta —. Conocí a tu padre cuando era un niño, era un chico muy especial, guardaba dentro un horrible secreto, algo que no compartía con nadie y que le corroía las entrañas. Tu padre sufrió mucho, no sé el qué, pero sí sé que fue terrible, y esa experiencia le abrió a un mundo que le asustaba casi hasta enloquecer. Si no hubiera tenido el apoyo incondicional de tu tío no habría sobrevivido da un sorbo al té, lo saborea, se aclara la voz y continúa —. Tú también viviste algo horrible mi niña, y eso ha hecho que la sensibilidad que ya había en ti despertara de forma grotesca.

Pero el otro día sentí que estaba allí, estaba en el pasado… y después vi mi cuerpo, desde arriba… sentí mucho dolor, creía que mi cabeza iba a partirse en dos y… esas cosas me ocurren más al tirar las cartas no soy capaz de levantar la mirada de mi taza, me siento mal, como si la acusara de lo que me ocurre.

Es normal responde ella. Sorprendida la miro con los ojos muy abiertos, ahora la sala parece más iluminada, ¿cómo puede decir tan tranquila que sus cartas me causan esos episodios? —. Cuando tiras las cartas abres las puertas de tu subconsciente, dejas que todo fluya y los recuerdos regresan a ti vívidamente; son cosas que bloqueaste come otra galleta. Se obliga a detenerse de vez en cuando, como si las palabras resonaran demasiado y magullaran sus oídos, a pesar de que hablemos en susurros —. Cuando las cosas estén en su sitio, cuando te descubras a ti misma, el dolor cesará explica.

Pero no puedo aguantarlo… mis manos empiezan a temblar derramando el té sobre el platito de porcelana.

Tienes que aprender a controlarlo, a no temer tus dones dice recogiendo mis manos entre las suyas, acariciándolas y calentándolas —. Yo te ayudaré, te enseñaré lo que sé, todo mejorará.

Salto de la silla y, de rodillas sobre el parqué, la abrazo por la cintura. Ella da un respingo, no sé si de dolor o sorpresa. Después acaricia mi pelo, relajándome. Su olor a violetas y naftalina me tranquiliza. Tararea una canción, como una nana, que me transporta a un lugar mejor, un lugar que recuerdo sin haberlo conocido.

Ahora sí creo que todo puede mejorar.


martes, 21 de octubre de 2008

Astrid, capítulo 25: Lo comprenderá

Lunes, 17 de marzo de 2008

En Barcelona

Finalmente ayer no fui a merendar con la señora Valette, si no viene hoy tendré que pedir permiso a tío Bernard y pasarme por su casa mañana. Después de la reacción de Noa a mi extraño episodio me quedé muy preocupada, no por mí, sino por él. Tío Bernard me contó que a mi padre ya le ocurrían estas cosas cuando era niño y, como vio que exaltarse no servía de ayuda, había decidido actuar de distinta manera conmigo.

—Te ayudaré a encontrarte y a seguir adelante, y mientras buscas estaré aquí, protegiéndote —dijo abrazándome al verme claramente afligida —. Yo hablaré con Noa, es inteligente y abierto, lo comprenderá.

Eso dijo, pero Noa no me había dirigido la palabra en todo el día. "Paciencia, necesita tiempo para digerirlo", repetía una y otra vez tío Bernard, pero yo creo que el problema está en otro sitio: en cómo me ve.

— ¿Y qué piensas tu de la historia? —pregunta Tánit redactando el borrador del trabajo.

— ¿Cómo? —Frunce el ceño, ha vuelto a pillarme despistada —Ah, sí, sí, muy bien, muy interesante —respondo; la verdad es que ni siquiera he llegado a leerlo entero.

—Astrid, no podemos hacer el trabajo si tienes la cabeza en otra parte —sigue mi mirada que yo creía perdida —. La parte más complicada ya la tenemos hecha, si quieres escribes tu tú opinión y otro día las ponemos en común, ¿qué te parece? —Asiento, no se merece que me comporte así, pero el trabajo es lo que menos me importa ahora mismo —. Es muy guapo —dice sorprendiéndome.

Vuelvo en mí y me doy cuenta hacia dónde apuntaban mis ojos, su diana era Noa.

— ¿Te gusta Noa? —pregunto con la boca abierta.

—Bueno, un poco —se sonroja —. Es un chico muy amable y simpático, además de guapo. Tienes suerte de que con su edad se fije en ti.

— ¿Qué? —Debe pensar que hay algo entre nosotros —Sólo somos amigos, ¡eh!

Me observa, cree que le estoy mintiendo. Se quita las gafas, sus ojos negros son profundos como pozos, hipnotizantes. Sonríe y se las vuelve a poner.

—Ya veo —cierra la libreta —. Pues tienes suerte de que sea tu amigo, los chicos de su edad no se juntan con las chicas de la nuestra. ¿Sabe ya a qué universidad irá?

Es cierto, Noa tiene 17, el año que viene será su último curso en el instituto y tiene que ir pensando qué quiere hacer con su vida.

—No te preocupes —dice Tánit como si leyera mis pensamientos —. Se nota que te quiere mucho, como amiga, no pasará de ti.

Aquella mueca extraña y ensayada, mala réplica de un gesto de alegría, se dibuja en mi rostro.

—Sí, supongo —respondo —. ¿Te apetece un café? Vamos, te invito a mi casa.

Tánit recoge las cosas guardándolas, ordenadamente, en su mochila y bajamos las escaleras de Babilonia.

— ¿Ya estáis? —pregunta tío Bernard.

—Casi —contesto —. Subimos a casa a tomar un café.

—Bien hecho, hay que reponer fuerzas. Tenemos galletas en la despensa —se despide con la mano.

Al salir siento la mirada de Noa clavada en mi nuca, cuando trato de sorprenderle ya ha desaparecido de nuevo en la trastienda.

"Casa de Títeres" en el ADN de La Rioja

Buenos días amigos y lectores,

Aquí os dejo el link para poder visitar el ADN de La Rioja de hoy. Han publicado una entrevista y una foto que me hicieron en la presentación (pág. 21).

http://www.adn.es/pdf/ADN-2008-10-21-LRI.pdf

Un beso,

Isi

domingo, 19 de octubre de 2008

Presentación en Logroño

Buenas noches a todos,

Ya de vuelta en Barcelona os escribo para agradeceros vuestro apoyo en Logroño. Doy las gracias a Emilio del Río por su presentación y ayuda, a los dueños y miembros de Santos Ochoa por ofrecerme su preciosa librería y sus atenciones, a los medios que vinieron a cubrir el acto, y a todos aquellos que se pasaron por la celebración.

También he de disculparme porque empezara más tarde, pero a veces hay inconvenientes y uno no puede saltarse el protocolo.

Aquí os cuelgo entonces las fotografías que conseguí y un par de links de dos de los diarios donde apareció una mención a la presentación al día siguiente, en cuanto tenga más aquí mismo os las dejaré.



Pilar (una amiga de Logroño que vino a la celebración) y yo antes de la presentación


Con Emilio



Fernando, Verónica, Mónica, Emilio y yo tras el acto de presentación


Posando para uno de los fotógrafos

http://www.larioja.com/20081018/cultura/presentacion-libro-casa-titeres-20081018.html

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20081018/rioja/presenta-libro-casa-titeres-20081018.html

Un abrazo,

Isi

miércoles, 15 de octubre de 2008

Reseñas, críticas y comentarios

Podéis seguir leyendo las críticas literarias y los comentarios de presentaciones y acontecimientos que subimos, mis compañeros del programa y yo, a las páginas:

http://llegirencasdincendi.obolog.com/

http://participarencasdincendi.obolog.com/

martes, 14 de octubre de 2008

Entrevistando a la escritora Marta Biarge

Buenas noches amigos y lectores,

Mañana, a las 21h, entrevistaré a Marta Biarge, autora de Petra, en el programa Llegir en cas d’incendi

http://llegirencasdincendi.obolog.com/

Podréis escucharnos en el 102.4FM o desde la página Web de la radio:

http://www.alternativabarcelona.com/principal.htm

Un abrazo,

Isi

Astrid, capítulo 24: Imágenes viajeras

Domingo, 16 de marzo de 2008

En Barcelona


Barajo, mezclo las cartas entre las manos, sintiéndolas, me gusta ver como los soles dorados dibujados en su dorso parecen sonreírte cuando las mueves rápidamente; corto y hago tres montones.

—Pasado, presente y futuro —digo en voz alta dando la vuelta a la carta que hay sobre cada montón.

— ¿Has aprendido otra forma de tirarlas?

Tío Bernard me contempla sonriente desde el umbral de la puerta de mi habitación.

—Sí, esta se supone que es más fácil y rápida. No sé, voy probando —observo los dibujos y vuelvo a mirarle a él -. ¿Has visto a la señora Valette últimamente?

Tío Bernard niega con la cabeza.

—No, y empiezo a preocuparme, nunca se había ausentado tanto —la felicidad se borra de su cara.

—Quizá piensa que estoy enfadada por como me habló el otro día —comento —. Podría ir a su casa con unas pastas para tomar el té por la tarde, eso la alegraría, ¿no?

Asiente complacido y saca su cartera del bolsillo trasero de sus tejanos.

—Toma —me extiende un billete de cinco euros —. Ah, por cierto Astrid —dice cambiando de tema —. Estos días que no tienes clase me gustaría que me ayudaras en la tienda, por supuesto te daría una propina, ¿qué te parece?

—Claro que sí —respondo, me gusta ayudarle en Babilonia —, pero no hace falta que me pagues, para eso tienes a Noa, ¿no? —Los ojos negros de Tánit asaltan mi mente —Pero el lunes no podré —me mira sorprendido —, tengo que hacer un trabajo para “Refuerzo y técnicas de estudio”, una compañera vendrá a estudiar a la librería.

—Muy bien —contesta —, lo primero es lo primero.

Y nuevamente alegre desaparece camino a la cocina.

Mi atención regresa a las cartas, me concentro en los dibujos, pero sólo veo colores mezclados, neblinosos, imágenes ofuscadas que se apelotonan en mi cabeza, las sienes empiezan a palpitarme; duele, duele mucho…

—Mamá —La luz de su mesilla de noche se enciende y la veo, despeinada y tapada hasta el pecho con la sábana, junto a ella, mostrando su torso peludo y desnudo, está Arman.

— ¡¿Qué quieres ahora Astrid!? —ruge molesta.

—Hay un hombre en mi habitación, ¿puedo dormir contigo? —pregunto asustada.

— ¡Astrid, no! Ya hemos hablado de esto mil veces, ¡vete ahora mismo a la cama! Que no tenga que repetírtelo —grita señalándome con el dedo índice de su siniestra.

—Pero mamá, hay un señor, tengo miedo de que me haga daño… —los ojos empiezan a arderme y las lágrimas corren por mis mejillas.

— ¡No hay nadie en tu cuarto! ¡Deja de inventarte cosas! —La vena de su cuello se hincha y palpita frenética por la rabia — ¿Cuándo vas a crecer y dejar de comportarte como una cría? Casi tienes once años, por el amor de Dios.

Arman ni se inmuta al verme llorar, alarga el brazo y apaga la luz. En la oscuridad puedo ver como su tenebrosa figura hace desaparecer la de mamá bajo su peso.

Salgo del dormitorio y miro el mío al fondo del pasillo. Él me espera allí, no hay prisa, permanecerá acechando cuánto sea necesario. Me acurruco junto al marco de la puerta del cuarto de mi madre, oigo sus suspiros y los muelles de la cama.

—No sé que le ocurre —escucho al cabo de un rato —, antes no era así, era casi normal, pero desde lo de su padre… —silencio.

— ¿Por qué no te deshaces de ella? —pregunta la voz grave y profunda de Arman.

—No podría, es la niña de Ivan —responde mamá.

—Exacto, de Ivan.

Abrazo mis rodillas y me balanceo suavemente de alante atrás apretando mi frente contra ellas. Siento sus ojos sin luz vigilándome, tiemblo por el frío y el pánico que me produce estar allí sola; porqué estoy sola.

El timbre de la puerta me devuelve al mundo real. Mi habitación todavía está lejana, y la niebla hace que me cueste regresar. No siento mi cuerpo, allí abajo, sentado en la cama. Noa aparece con la caja de Catan en sus manos, palidece al verme. Grita algo y se acerca a mi envoltorio dejando el juego sobre el edredón color hierba, balancea el cascarón. Tío Bernard entra corriendo y también se acerca a mi cuerpo. Noa sigue gritando, no sé el qué. Entonces sus ojos color tierra me encuentran, eleva la vista y me mira fijamente.

—Vuelve Astrid —me dice Bernard sin mover los labios —. Por favor, regresa conmigo.

Siento la mano de Noa en mi hombro, ¿está llorando?

— ¿Qué ocurre? —pregunto confusa.

Tío Bernard sonríe.

—Ya nada, tranquila —me da un pañuelo y limpio la sangre de mi nariz

— ¿¡Cómo que nada?! —Noa parece estar fuera de sí — ¡No puedo más! —Grita — ¡Esto no lo entiendo! Astrid estaba ida, ¡joder! ¿¡Y eso no es nada?! ¡Os comportáis como si todo esto fuera normal!

Lagrimones, como gruesas gotas de lluvia, resbalan por su rostro haciendo círculos negros en su camiseta gris.

—Vamos Noa, tranquilo —dice tío Bernard acercándose a él.

Noa le separa de un manotazo. Me mira, pero todavía no soy capaz de decir nada coherente. Sale corriendo y un portado le despide.

viernes, 10 de octubre de 2008

Participar en cas d'incendi

Ahora podéis participar directamente en el programa de radio barcelonés Llegir en cas d'incendi. Sólo tenéis que ir al blog Participar en cas d'incendi, especialmente creado para sus oyentes, y colgar allí todo lo que queráis, siempre que tenga que ver con el mundo literario.

http://participarencasdincendi.obolog.com/

Animaos.

Isi

jueves, 9 de octubre de 2008

Presentación en Logroño

Buenas noches a todos, amigos y lectores,

De aquí a una semana, el viernes 17 de octubre, tendrá lugar en Logroño, en la librería Santos Ochoa de la C/ Doctores Castroviejo nº19, la presentación de la 2ªEdición de Casa de Títeres.

La presentación correrá a cargo del Portavoz del Gobierno en La Rioja, Emilio del Río, y empezará a las 19.30h.

Todos aquellos que podáis acercaros estáis más que invitados.

Un abrazo muy fuerte,

Isi

miércoles, 8 de octubre de 2008

Astrid, capítulo 23: Cuestiones legales

Sábado, 15 de marzo de 2008

En Barcelona


Las cortinas amarillas ondean con el viento matinal. Me tapo hasta la nariz con el edredón; ha refrescado. El sol empieza a despuntar, mi habitación de paredes grises en penumbra se colorea, veo sombras bailando en el techo, en la puerta cerrada a los pies de la cama.

Finalmente, ayer, el cumpleaños de Noa fue alegre y divertido. Exilié la visión y sus palabras al baúl de los recuerdos y haciéndome la despistada procuré que la fiesta fuera eso y no un velatorio. Noa parecía muy feliz, y el estúpido enfado que arrastraba desde que se fue de casa desapareció al ver como reían juntos él y Blanca. A pesar de mi gran actuación sé que tío Bernard se percató de que me había ocurrido algo, pero tampoco lo mencionó.

Los sábados se levanta a las ocho, pero son las siete y ya se ha duchado, está preparando tortitas y eso, me temo, significa que quiere que me quede sentada a la mesa más de cinco minutos; quiere hablar.

Me levanto perezosa, me gusta cuando el ambiente es frío y las sábanas parece que te estén abrazando. Me estiro, la espalda me cruje, siento un tirón en el cuello, debo haber dormido en una mala postura. Abro la puerta y salgo al pasillo, tío Bernard me saluda desde la cocina:

—Buenos días Astrid, lávate la cara y ven a desayunar.

Entro en el baño y hago lo dicho. Unas ojeras gris-azuladas bordean mis ojos.

—Qué fea estás —me digo a mi misma. Me doy un par de palmadas en las mejillas y fuerzo una sonrisa; no mejora.

Camino pesadamente hasta la cocina y dejo caer mi peso en la silla que ya he hecho mía.

—Mmmm… —refunfuño como buenos días.

Tío Bernard ríe.

—Eres simpatiquísima por las mañanas, ¿eh? —Vuelvo a hacer ese gesto extraño ensayado ante el espejo del baño —Déjalo, prefiero tu mala cara mañanera, así das miedo.

Mejor, así no tengo que esforzarme.

—Oye Astrid, tengo que hablar contigo, pero por favor, déjame que te lo diga todo antes de reaccionar, ¿vale?

Me pregunto cómo narices se puede hacer eso.

—Vale —farfullo.

Tío Bernard sirve las crepes, pone rodajas de plátano por encima y un chorrito de chocolate. Coloca los platos en la mesa junto a una taza humeante de té y se sienta en la banqueta, en frente de mí.

—Verás Astrid, tenemos un problema —No he de reaccionar —. No soy tu tutor legal, esa función es de tu madre, y eso significa que muchas decisiones que han de tomarse sobre tu persona la necesitan a ella, yo no puedo tomarlas —Sintomatiza tu ansiedad en el tenedor, eso es, lo coges y golpeas el plátano, lo pinchas, lo descuartizas,… buena chica —. Tu madre está muy enfadada conmigo porqué no acaté sus órdenes —Respiro profundamente y doy un trago a la infusión, me quemo la lengua, pero al menos eso me aleja de la imagen de Laura —. He encontrado una solución y ella está de acuerdo, pero antes de hacer nada quiero saber si a ti te parece bien — ¿Una solución? Levanto la vista del puré de plátano y la clavo en sus ojos castaños —. Me gustaría adoptarte —Adoptarme, ¿pero entonces nuestra relación cuál sería? ¿Él sería mi padre? No, yo ya tengo uno —. Ejercería como tu tutor legal y podría encargarme de las decisiones importantes hasta que cumplas la mayoría de edad.

Mi tutor, es decir, seguiría siendo Bernard pero sin tener que consultar con Laura. Una amplia sonrisa se dibuja en mis labios.

—Me parece bien —digo llevándome un trozo de crepe a la boca.

— ¡Genial! —Exclama —Hoy mismo llamaré a nuestro abogado y lo pondremos todo en orden.

—Al menos el día ha empezado bien —me digo untando mi dedo en el chocolate y chupándolo pensando en mi nueva condición de Lázaro sin Laura.