El domingo, Ivan nos hizo una foto mientras Max y yo charlábamos.
Le preocupa hacerse mayor, dejar de soñar e imaginar, que entender el mecanismo del mundo le robe la magia.
Rompía con cuentos que le contaba de pequeño por la lógica que le dicta que las cosas son blancas o negras. Y yo simplemente le dije: "Cielo, tienes elección. Puedes saber que al fondo del lago no hay un monstruo que sale por las noches, cuando no hay nadie, porque ahí no cabe tal monstruo y decidir que así es la realidad. O puedes saberlo y, aún así, maravillarte de que ahí podría, porqué no, haber un monstruo que ahora mismo se ha ocultado de la gente en los canales."
Bajamos hasta la cascada y le pregunté: "Qué ves ahí?". Describió una montaña, una cascada. Yo le dije que veía la cueva de unos piratas, el refugio de unos niños que huyeron de casa a un mundo mágico y su padre añadió: "Yo veo un troll dormido".
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