Inicio colaboraciones en Libros Prohibidos con una entrevista a mi querida Gemma Solsona. ¡Espero que la disfrutéis!
«Para mí son insólitas muchas de las cosas que nos suceden en nuestra vida diaria. O al menos a mí me gusta pensar en eso, en lo extraordinario (lo fabuloso, lo extraño) que se oculta en la cotidianeidad. Sino la vida sería tan aburrida…»
Entrevista a Gemma Solsona, por Isabel del Río
Gemma Solsona Asensio es profesora y autora de relato. Entre sus obras podemos encontrar CASA VOLADA (2019, Huso Editorial) y, la más reciente, BLANCOGRAMAS (2021, InLimbo). Como antóloga, destacaré su última participación en DONDE LAS HADAS NO SE AVENTURAN (2020, Apache Libros).
Además, tras su fascinación cuentista, encontramos a una ávida lectora que disfruta compartiendo su pasión, por lo que ofrece charlas temáticas, dirige clubes de lectura (como el Club de Lectura UN TÉ CON DAMAS OSCURAS, en la librería La Font de Mimir) y es la conductora de las entrevistas en UN DESVÁN PROPIO (en la librería Gigamesh).
(...)
I: Si te parece, pasemos a un tema fascinante y que, además, hoy en día está en boca de todos.
¿Qué piensas sobre la visualización de la mujer en el mundo de la escritura?
G: Sobre la figura de la mujer en la literatura, hasta hace muy poco, me quedo con la frase de Virginia Woolf en “Una habitación propia” que dice: «Me atrevería a aventurar que Anónimo, que tantas obras ha escrito sin firmar, era a menudo una mujer». Sin embargo, creo que esto está cambiando (y mucho) en los últimos tiempos. Se reivindica a autoras clásicas, publicando de nuevo sus obras, en muchos casos con ediciones cuidadas y bellísimas (creo y defiendo los “libros joya” los “libros objeto”). Y en el panorama actual literario diría que las autoras, a mi entender, tienen un espacio igual de importante que el de los autores. Esto es siempre una percepción, claro, la que poseo como lectora (sesgado por mis gustos personales). Y en este sentido, tengo que admitir que de diez obras que leo, últimamente, siete pueden pertenecer a autoras. Pero no es algo que busco, que hago de forma voluntaria. Simplemente me encuentro con obras que me llaman más la atención y que están escritas por mujeres. Al fin y al cabo, lo que espero es que, en un futuro, lo único importante sea la obra y su calidad, no el género de quien la ha escrito (o el género temático en el que la incluimos).
I: Podríamos decir que tu obra (y también tus gustos literarios) se mueven en un terreno entre-mundos, entre el terror, la fantasía oscura, la ciencia ficción y el realismo mágico, que podríamos llamar “lo insólito”.
Oscuridad y feminismo, ¿qué lazo hay entre la feminidad y lo insólito?
G: No me atrevería a decir que lo insólito se vincula solo a la feminidad, porque yo creo que lo insólito está en todo lo que nos rodea (y en quienes nos rodean, con independencia del género). Para mí son insólitas muchas de las cosas que nos suceden en nuestra vida diaria. O al menos a mí me gusta pensar en eso, en lo extraordinario (lo fabuloso, lo extraño) que se oculta en la cotidianeidad. Sino la vida sería tan aburrida… Y esa extrañeza que me causan muchos de los sucesos que no comprendo (o las situaciones a las que me encanta darles la vuelta) son el punto de partida de algunos de mis relatos.
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Lee las reseñas de Casa Volada y de Blancogramas.
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