@IsabelDlRio / @miransaya

martes, 10 de marzo de 2020

Isabel del Río, escritora i llibretera de La Font de Mimir

Reseña de “Las Furias”, de Katie Lowe


Título: Las Furias
Autor: Katie Lowe
Traducción: Virginia Maza
Editorial: Siruela

SINOPSIS
En 1998, una chica de dieciséis años —vestida de blanco y meciéndose en un columpio— aparece muerta en el elitista colegio femenino Elm Hollow, emplazado en una pequeña localidad costera con un tenebroso pasado vinculado a los procesos por brujería del siglo XVII.
Un año antes, tras la muerte de su padre y su hermana en un trágico accidente, Violet comienza sus estudios en la prestigiosa institución, donde enseguida se siente fascinada por tres de sus compañeras y por su carismática y misteriosa profesora de arte, quien la invita a formar parte de un selecto y secreto grupo de clases sobre mitología. Muy pronto, la figura de las furias, divinidades romanas de la venganza, empieza a ejercer tal magnetismo sobre las adolescentes que estas se ven arrastradas sin control hacia su lado más oscuro. ¿Hasta dónde llegarán para protegerse mutuamente... o para destruirse?
Con su impecable dosificación del suspense, el estremecedor de­but de Katie Lowe desarrolla una adictiva historia en la que la novela de iniciación y sus ritos de paso conjugan con el mejor thriller.

OPINIÓN
Este libro cayó en mis manos con el lema “es la nueva Shirley Jackson”, así que no pude evitar lanzarme a por él y si, por respeto a la verdad, he de decir que no se parece a la autora mencionada más arriba, también he de confesar que me ha enganchado y me ha sorprendido el final.
Lowe juega con las brujas y el misterio, pero no tiene el tono de Shirley Jackson, ni lo trata en torno a los mismos aspectos, ni siquiera la crítica social —que esta obra también tiene a raudales— es la misma; tampoco son autoras del mismo tiempo, por lo que el espíritu de su época se deja entrever en su narrativa.
Pero no parecerse a Shirley no le resta valor, pues tiene su propia voz, su propia manera de ver la magia y el terror que preexiste en la realidad cotidiana, y sus propias reivindicaciones.
En especial me ha encantado su forma de documentar al lector sobre la brujería y el poder innato de las mujeres, esa fuerza más visceral que aparece cuando reclamamos venganza o justicia, ya sea por nosotras o por nuestras amigas; por nuestro akelarre. La mujer como bruja, como diosa, como demonio, como víctima y como agresora.
«Les enseñaré todo lo que sé y todo lo que mis predecesoras han sabido: la fuerza de las mujeres llevadas por la ira, los destinos que tenemos reservados y las furias que poseemos. Les ayudaré a desplegar las alar y a sacarles los ojos a los que nos miren; les enseñaré a quemar con fuego justo y a purificar el mundo a través del conocimiento. Les hablaré de belleza, venganza, locura y muerte, y si lo calcinan todo y vuelven a empezar, cuanto más, mejor.»
Su forma de iniciar, así como el tono de sus musas, me ha recordado a Las Vírgenes Suicidas; las protagonistas y sus primeros cameos con la brujería me han llevado de cabeza a la película Jóvenes y Brujas; y la relación de la protagonista y Robin me hacía volver una y otra vez —con imágenes y frases— al videojuego Life Is Strange. Pero más allá de estos toques, que le han dado color y rostro a personajes y escenas, las cuatro jóvenes, sus situaciones personales y a las que se ven abocadas, son todo un misterio que deberéis descubrir.
¿Creéis en la magia y la brujería? ¿Pensáis que las Furias pueden acudir ante vuestro grito de venganza? O, como Violet —la protagonista—, ¿pensáis que todo es fruto de la imaginación híper-excitada de la infancia y la adolescencia, un mundo con leyes propias que determinan los sucesos en torno a tus propias creencias? Ya me diréis que opináis del final de la lectura.
Recomendado a l@s que busquen un thriller diferente, a l@s amantes de las brujas y aquell@s que disfruten de una historia de adolescentes con muy mal leche.

Isabel del Río
Enero 2020