Ressenya de ROJO SOBRE NEGRO a Tribuna Maresme

Rojo sobre negro
De Isabel del Río. Il·lustrat per Jenni Conde. Apache Ediciones

Del bon ofici narratiu de l’autora Isabel del Río (Barcelona, 1983), la il·lustradora Jenni Conde i l’editorial emergent Apache Libros, especialitzada en gènere fantàstic, sorgeix Rojo sobre negro. La veu narrativa de Isabel del Río afegeix una nova baula a una ja sòlida trajectòria en la qual prima la fantasia, reinventada i abeurant-se de nombroses fonts –antigues i més contemporànies. Un cop més, el seu nou treball, pren la forma d’una obra que captiva i sedueix el lector, l’atrapa fins al final i el convida a passar una immillorable estona llegint. Precisament, l’autora té d’altres títols de narrativa destacats publicats com són Casa de Títeres, La Vidente de la Luna llena o Las Bocas de la Montaña (El Señor del Viento). Entre les claus d’aquest nou treball, bellament il·lustrat, uns codis molt clars de modernitat (els lectors hi trobaran el QR amb la playlist de la banda sonora), però que invoquen els terrors de sempre ocults en la nostra ment. S’hi explica la història de Carrie –clar homenatge a Stephen King–, que va aprendre del seu avi a entrar en negre, una dimensió que ens envolta però escapa dels nostres sentits; i de la seva mare, a passar desapercebuda. Fins que a l’institut vol deixar de ser invisible i el seu passat conflueix amb el present, en el marc d’una gran història d’amor impossible. Tots els ingredients que donen com a resultat una gran història pensada per a un públic sense barreres d’edat, que tant pot ser jove com adult. “No sé cuándo descubrí que podía ver con los ojos cerrados. Así es como aprendí que existen distintos tipos de persona, incluso algunas que no están ahí cuando vuelves a abrirlos. Mi abuelo se quedó totalmente ciego a los cuarenta. Yo siempre le conocí así, con los ojos cerrados. Él me explicaba historias de cómo era el mundo cuando podía ver, aunque las que más me gustaban eran aquellas que trataban sobre Negro. Así es como llamaba a todo lo que percibía sin poder usar los ojos como el resto de personas”. 
Tribuna Maresme:

Entrevista a Thais Duthie por MATICES (LES Editorial)


BIOGRAFÍA
Nací en Barcelona en los noventa y crecí rodeada de libros. Con los años acabé encontrando mi vocación en la literatura, y a eso me dedico actualmente. Compagino mi trabajo con la gestión de mi blog, Bajo el edredón, donde hablo del erotismo con naturalidad y desde una perspectiva empoderadora. También escribo para otros medios de comunicación, como Hay una lesbiana en mi sopa o Volonté, el lugar donde están publicados todos mis relatos eróticos.
Me encanta viajar (en mi Instagram doy fe de ello), la historia inglesa, las películas lentas y las poetas norteamericanas del siglo XX.
Texto extraído de la web de la autora:

ENTREVISTA
Esta es la segunda obra publicada de la autora, en la que podemos comprobar la evolución de su voz como narradora, así como personal por el trasfondo de las emociones transmitidos por sus personajes.
Antes de entrar en materia, ¿por qué género erótico? ¿Qué te aporta trabajar con él? ¿Te supone algunas limitaciones? ¿Te has planteado trabajar con otro género?
No hay un motivo en concreto por el cual me decantase por el género erótico. Empecé a escribir erótica porque quería leer erótica lésbica y no encontraba cómo ni dónde hacerlo, así que lo solucioné yo misma. Aun así, creo que el hecho de que exista un género para el erotismo indica que nos hace mucha falta trabajar en cómo lo plasmamos en la literatura. Narrar actos sexuales no debería ser exclusivo del género erótico: todos tenemos sexo, pero para muchos sigue siendo un tabú, incluso en los libros.
Sí, no descarto trabajar con otro género. Por el momento me siento cómoda con la erótica, pero tengo entre manos algo que podría acabar siendo una novela intimista.

MATICES nos cuenta la historia íntima y amorosa de su protagonista, una joven sinestésica que desea dar un paso más en sus relaciones, pero que se encuentra con un muro frente a ella, una mujer que la deslumbra y con la que no logra conectar (Alma).
Y es precisamente, a través de aquello que la hace “extraña”, de sus sinestesia, de una charla sobre el color y la luz, sobre las emociones y la forma de sentirlas y vivenciarlas, que empiezan a Verse la una a la otra.
Tú eres sinestésica, en este sentido ¿se trataría de una novela autobiográfica? ¿Por qué hacer, no sólo un personaje, sino una novela que gira en torno a ello? ¿Es cierto que las emociones e impresiones se traducen  en sensaciones cromáticas?
No, no es una novela autobiográfica, pero Vega tiene mucho de mí. Tenía que tenerlo para poder hablar de la experiencia de ser sinestésica.
La sinestesia es la excusa para escribir relatos conectados entre sí y también con la historia central. Buscaba un hilo conductor, algo que los uniera… y me pareció que este fenómeno podría ayudarme.
Totalmente cierto J En mi caso, al tratarse de sinestesia grafema-color, se debe a las letras que componen esas emociones e impresiones.

Leyendo las experiencias de Vega, no podemos evitar pensar de ti. ¿Cuánto de Thais hay en Vega y en el resto de personajes? ¿Y en sus experiencias?
En Matices hay relatos basados en hechos reales, pero, sobre todo, hay muchos guiños a pequeñas cosas que son importantes para mí. Por ejemplo, en uno de los relatos del principio aparece una Vespa. Durante mis primeros años estudiando italiano las Vespa me volvían loca… así que decidí hacerle un pequeño homenaje en forma de guiño el libro.

El color eléctrico del orgasmo empapa sus páginas, ¿cuán importante es el sexo para conocer al otro? ¿Y para conocerse una misma?
A mi modo de ver, el sexo es fundamental. Primero, para conocerse a una misma. Aunque en este caso recomendaría primero darse amor, es una de las prácticas más saludables que te permite explorarte, liberarte y descubrirte. También es fundamental para conocer al otro, porque es la forma en que nuestros cuerpos conectan por puro instinto.

Nos conocimos hace una década y te he visto evolucionar como lectora, autora y mujer. Cuando nos conocimos en aquella presentación literaria, ¿creíste que llegarías a publicar, no uno, sino dos libros, además de tus relatos y artículos? ¿Cómo te sientes ahora, con MATICES entre las manos? ¿Cómo ha sido trabajar con LES? ¿Ha sido difícil tu camino en la publicación?
La verdad es que no, en aquel momento lo veía muy lejano e incluso ahora todavía hay veces que cuesta creerlo. Es un sueño cumplido. Matices fue un reto tan grande que tenerlo entre las manos tiene muchísimo más valor; de modo que, además de la felicidad de verlo publicado, me recuerda que el esfuerzo merece la pena.
Trabajar con LES ha sido una maravilla, desde el principio y hasta ahora. Todo el equipo se vuelca para que el libro quede perfecto y el proceso es transparente. Como autora he podido participar en la mayoría de decisiones acerca de Matices, y eso me ha dado mucha confianza en la editorial y me ha demostrado que una editorial sin autores conformes con su proyecto no es nada.

No sólo eres escritora de ficción erótica, sino también filóloga, redactora y sexblogger. Trabajas para medios especializados y escribes en tu propio blog, ¿cuánto de este trabajo y documentación se ve reflejado en tus letras? ¿Dirías que se alimentan mutuamente?
Por lo general no suelo utilizar mis conocimientos en esos campos a la hora de escribir más allá de lo práctico (evidentemente, una formación como filóloga me ayuda mucho a redactar de una forma óptima), pero en Matices sí he jugado un poco con ello. Antes te hablaba de guiños, pues hay unos cuantos más que hacen referencia a la literatura inglesa, en concreto a mis clásicos favoritos.

FUGACE PIACERE nos habla de las relaciones sadomasoquistas, mientras que MATICES sale a la calle y nos habla de relaciones más cotidianas, más cercanas a nuestro día a día, aunque no por ello menos complicadas, ¿por qué ese cambio de escenario? ¿Qué te empujó a escribir una y otra?
Escribí Fugace piacere en un momento muy concreto de mi vida: estaba aislada en un caserón danés y me dio por leer novela erótica BDSM. Empecé por lo más reciente y fui yendo hacia atrás: Historia de O, La Venus de las pieles… y luego me apeteció leer una novela así, pero entre mujeres. No encontré nada, y la creé yo misma.
Con Matices buscaba una historia más fresca, desenfadada, que, si bien no deja a un lado los sentimientos, se centra más en no darle tantas vueltas a las cosas y dejarse llevar. El cambio ha sido extraño, pero agradable.

Para el libro anterior debiste realizar un extenso trabajo de documentación, ¿cuál es tu rutina como escritora? ¿En qué te fijas para inspirarte?
No tengo ninguna rutina y es justamente una de mis preocupaciones como escritora. Escribo cuando tengo un hueco y trato de aprovechar el tiempo al máximo.
Para inspirarme lo que mejor me va es salir de casa. Ir a lugares nuevos, aunque sea a la cafetería que acaban de abrir en el barrio. Hacer cosas distintas, descubrir calles por las que nunca he pasado… es infalible.

¿Cuáles son tus referentes? ¿Nos podrías recomendar algún título o autor?
Pienso que cada uno de los libros que he leído me ha influido de algún modo. No podría decir cuál lo ha hecho en mayor y menor medida: he bebido de todos ellos.

He de confesar que he leído algunas escenas más de una vez —como la escena en los probadores, por ejemplo—, ¿cómo te inspiras y entras en materia a la hora de escribir? ¿Eres autora de método, vivencias aquello que experimentan tus personajes?
Depende de la historia y de la experiencia que viven los personajes. Por lo general no, aunque en ocasiones son situaciones que ya he vivido y eso me ayuda mucho a contarlo. En otras, me gusta hacer lo que han hecho mis personajes, pero esto ocurre de forma posterior.

Y para finalizar, ¿algún nuevo proyecto del que nos puedas hablar?
Estoy trabajando en mi proyecto más íntimo desde hace varios años. Tengo que contar una historia que no es sencilla y me roba mucha energía. Pero confío en que este año sea el año y pueda terminarla.

Isabel del Río
Diciembre 2018