@IsabelDlRio / @miransaya

lunes, 24 de julio de 2017

Reseña de “La invasión de las bolas peludas” de Luke Rhinehart

TÍTULO: La invasión de las bolas peludas
AUTOR: Luke Rhinehart
EDITORIAL: Malpaso

SINOPSIS
Suponiendo que el universo estuviera poblado por extraterrestres, ¿qué pensarían de los humanos? Probablemente, que somos gilipollas.
La familia Morton acoge a una extraña criatura, redonda y peluda, que apareció en el barco de pesca del señor Morton. Lo bautizan como Louie y se convierte en una mascota adorable y cariñosa que enseguida se hace amiga de los niños. Pero nada es lo que parece: los Morton no tardan en descubrir que Louie tiene una inteligencia asombrosa, infinitamente superior a la humana, y que es capaz, a través de cualquier ordenador, de sembrar el caos más absoluto.
De un día para otro, la familia Morton se hace famosa para acto seguido entrar en la lista de los más buscados del FBI. Y todo por jugar a blanquear dinero, por hacer transacciones fraudulentas de millones de dólares… por buscar un poco de diversión, vaya.

OPINIÓN
Hacía tiempo que no me reía tanto con un libro. Tiendo a escoger novelas quizá más oscuras y psicológicas, que se adentran en los traumas emocionales de sus personajes o en los entresijos de una época y momento convulso, y encontrarse con una novela como la de Rhinehart supone un soplo de aire fresco bien recibido.
Dentro de una historia divertida que podríamos catalogar de ciencia ficción, con un estilo sencillo y conciso que nos lleva exactamente a donde el autor quiere y como él quiere, Luke Rhinehart aprovecha la visita de unos seres extraterrestres —de otra dimensión— para criticar la sociedad actual —en especial la estadounidense— y cebarse con la especie humana y su afición por darse de cabezazos contra un muro tras el cual sólo le esperan desgracias.
Todo empieza cuando Billy Morton encuentra una extraña bola peluda en su pesquero, algo que sus trabajadores llaman pez, pero que él sabe perfectamente que no puede ser tal cosa. Ese ser esférico sin extremidades ni cavidades parece más inteligente de lo que aparenta, así que le invita a acompañarlo a su casa.
Una vez en la granja que sirve de hogar a su familia, Morton le presenta a su mujer y sus dos hijos y, sin saberlo, se ven envueltos en una trama de robo, fraude y, según el gobierno, terrorismo.
‹‹YO: Concepto ilusorio de origen desconocido cuyo efecto es separarse de la vida.››
Por supuesto, en una crítica como la de Rhinehart, no podía faltar el levantamiento contra el abuso de poder y la sátira frente a las supuestas libertades del pueblo, así como ante la propia figura de los mandamases. Pero esta historia va un poco más allá, mostrándonos la vida como un juego donde los PES —bautizados así por los hijos de Morton— son jugadores eternos, sólo preocupados por disfrutar y divertirse, que consideran a los humanos como una especie con un gran potencial para autodestruirse pero básicamente estúpidos, pues juegan cuando son niños pero lo abandonan en la edad adulta.
Con su llegada a la tierra desde “Asquerosilandia” —como llaman a su mundo— los PES se ponen manos a la obra. Algunos juegan de forma inocente con niños y curiosos en ciudades y playas, pero otros encuentran más interesante el capitalismo o cómo se han organizado los poderosos para que aquellos que están bajo su peso se piensen que es algo natural.
‹‹CEREBRO: Órgano utilizado a veces por los seres humanos para pensar. Pero no a menudo.››
En todo juego hay más de un bando, por lo que aquello que en un inicio nos parece un ataque contra el status quo, de pronto se convierte en una guerra abierta entre varios bandos: aquellos que atacan a los poderosos, tratando de eliminar las armas y las guerras, robando a los ricos para repartir el capital entre pobres y trabajadores —muy a lo Robin Hood—; y los contrarios, quiénes ayudan a los que están en la cima de la pirámide para aplastar aún más a los que sobreviven en la base.
¿Cómo terminará la partida? Como dice Louie —uno de los PES más importantes de la novela, el mismo que Morton lleva a su casa—, es sólo un juego, por lo que si logran mejorar la sociedad se alegrarán por los seres humanos, sino, simplemente habrán acelerado lo inevitable.
Una novela que garantiza la risa y el buen humor ante algo tan serio como la realidad.
Recomendado a aquellos que disfruten de la crítica, la sátira y la ciencia ficción a partes iguales; a quiénes unas bolas peludas y juguetonas les parezcan tan monas que no puedan evitar querer conocerlas; para los que les guste leer sobre la actualidad, pero con una sonrisa.

Isabel del Río

Mayo 2017