TÍTULO:
La invasión de las bolas peludas
AUTOR:
Luke Rhinehart
EDITORIAL:
Malpaso
SINOPSIS
Suponiendo que el universo estuviera poblado por
extraterrestres, ¿qué pensarían de los humanos? Probablemente, que somos
gilipollas.
La
familia Morton acoge a una extraña criatura, redonda y peluda, que apareció en
el barco de pesca del señor Morton. Lo bautizan como Louie y se convierte en
una mascota adorable y cariñosa que enseguida se hace amiga de los niños. Pero
nada es lo que parece: los Morton no tardan en descubrir que Louie tiene una
inteligencia asombrosa, infinitamente superior a la humana, y que es capaz, a
través de cualquier ordenador, de sembrar el caos más absoluto.
De un
día para otro, la familia Morton se hace famosa para acto seguido entrar en la
lista de los más buscados del FBI. Y todo por jugar a blanquear dinero, por
hacer transacciones fraudulentas de millones de dólares… por buscar un poco de
diversión, vaya.
OPINIÓN
Hacía
tiempo que no me reía tanto con un libro. Tiendo a escoger novelas quizá más
oscuras y psicológicas, que se adentran en los traumas emocionales de sus
personajes o en los entresijos de una época y momento convulso, y encontrarse
con una novela como la de Rhinehart supone un soplo de aire fresco bien
recibido.
Dentro
de una historia divertida que podríamos catalogar de ciencia ficción, con un
estilo sencillo y conciso que nos lleva exactamente a donde el autor quiere y
como él quiere, Luke Rhinehart aprovecha la visita de unos seres
extraterrestres —de otra dimensión— para criticar la sociedad actual —en
especial la estadounidense— y cebarse con la especie humana y su afición por
darse de cabezazos contra un muro tras el cual sólo le esperan desgracias.
Todo
empieza cuando Billy Morton encuentra una extraña bola peluda en su pesquero,
algo que sus trabajadores llaman pez, pero que él sabe perfectamente que no
puede ser tal cosa. Ese ser esférico sin extremidades ni cavidades parece más
inteligente de lo que aparenta, así que le invita a acompañarlo a su casa.
Una vez
en la granja que sirve de hogar a su familia, Morton le presenta a su mujer y
sus dos hijos y, sin saberlo, se ven envueltos en una trama de robo, fraude y,
según el gobierno, terrorismo.
‹‹YO: Concepto ilusorio de origen
desconocido cuyo efecto es separarse de la vida.››
Por
supuesto, en una crítica como la de Rhinehart, no podía faltar el levantamiento
contra el abuso de poder y la sátira frente a las supuestas libertades del pueblo,
así como ante la propia figura de los mandamases. Pero esta historia va un poco
más allá, mostrándonos la vida como un juego donde los PES —bautizados así por
los hijos de Morton— son jugadores eternos, sólo preocupados por disfrutar y
divertirse, que consideran a los humanos como una especie con un gran potencial
para autodestruirse pero básicamente estúpidos, pues juegan cuando son niños
pero lo abandonan en la edad adulta.
Con su
llegada a la tierra desde “Asquerosilandia” —como llaman a su mundo— los PES se
ponen manos a la obra. Algunos juegan de forma inocente con niños y curiosos en
ciudades y playas, pero otros encuentran más interesante el capitalismo o cómo
se han organizado los poderosos para que aquellos que están bajo su peso se
piensen que es algo natural.
‹‹CEREBRO: Órgano utilizado a veces por los
seres humanos para pensar. Pero no a menudo.››
En todo
juego hay más de un bando, por lo que aquello que en un inicio nos parece un
ataque contra el status quo, de
pronto se convierte en una guerra abierta entre varios bandos: aquellos que
atacan a los poderosos, tratando de eliminar las armas y las guerras, robando a
los ricos para repartir el capital entre pobres y trabajadores —muy a lo Robin
Hood—; y los contrarios, quiénes ayudan a los que están en la cima de la
pirámide para aplastar aún más a los que sobreviven en la base.
¿Cómo
terminará la partida? Como dice Louie —uno de los PES más importantes de la
novela, el mismo que Morton lleva a su casa—, es sólo un juego, por lo que si
logran mejorar la sociedad se alegrarán por los seres humanos, sino,
simplemente habrán acelerado lo inevitable.
Una
novela que garantiza la risa y el buen humor ante algo tan serio como la
realidad.
Recomendado
a aquellos que disfruten de la crítica, la sátira y la ciencia ficción a partes
iguales; a quiénes unas bolas peludas y juguetonas les parezcan tan monas que
no puedan evitar querer conocerlas; para los que les guste leer sobre la
actualidad, pero con una sonrisa.
Isabel del Río
Mayo 2017