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Isabel Del Rio, Isabel del Río Sanz, @IsabelDlRio y @miransaya
Terapias naturales y holísticas en ANIMA

miércoles, 5 de julio de 2017

REIKI: ENERGÍA VITAL Una filosofía milenaria redescubierta en Japón que nos invita a vivir en el ahora

REIKI: ENERGÍA VITAL
Una filosofía milenaria redescubierta en Japón
que nos invita a vivir en el ahora
por Isabel del Río
Maestra federada, fitoterapeuta titulada 
y terapeuta holística licenciada en Filosofía

Vivimos en un estado continuo de alteración acelerada. A nuestro alrededor todo va tan rápido que nos esforzamos por no quedar atrás. Queremos una vida llena de comodidades, sin tener en cuenta qué significa para nuestra salud. Finalmente, nuestro cuerpo pisa el freno y caemos enfermos.

Si definimos de forma general, y sin entrar en demasiado detalle, de qué está formado el mundo que nos rodea y nuestro propio organismo, llegaremos a la conclusión de que todo está hecho a base de energía y, al mismo tiempo, nuestras células se nutren de esa energía. Entonces, ¿qué ocurre cuando hay un desequilibrio energético; cuando el estrés o el agotamiento queman nuestras reservas? Que perdemos la salud a todos los niveles.
Últimamente es común oír hablar de terapias alternativas, pero ¿qué son exactamente? En este artículo hablaremos especialmente del Reiki, un método holístico de autosanación, es decir, una terapia que nos permite ayudarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean, tomando al ser humano como un todo, teniendo en cuenta todas sus facetas.
El Reiki es lo que denominaríamos como una terapia de apoyo, es decir, compatible con cualquier tratamiento médico, para cambiar actitudes y hábitos no-saludables. Esta técnica usa la energía que nos rodea y nos compone para armonizar aquello que está en desequilibrio y nos causa estados de enfermedad. Se trata de un método sencillo y que ha demostrado ser muy eficaz, con resultados asombrosos en todo tipo de dolencias. Tanto es así, que es reconocido como Terapia Alternativa por la Organización Mundial de la Salud.
Eso sí, hemos de tener en cuenta que el Reiki, como otras terapias alternativas, son complementarias. Como dice el maestro Johnny de Carly, terapeuta floral, especialista en botánica, teólogo, autor de Reiki Universal y de El Reiki como filosofía de vida, y presidente honorario de la Federación Española de Reiki: “La terapia energética o vibratoria  no sustituye a la medicina convencional, igual que la medicina convencional no sustituye la terapia energética; cada una actúa en campos diferentes del mismo ser humano. Ambas coexisten y se complementan en el hecho de mejorar las condiciones de vida del ser humano”.
En resumen, el Reiki busca convertir aquello negativo en positivo a través de una evolución personal que se inicia desde las emociones y la psique hacia lo físico.

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, Albert Einstein.

Pero el Reiki no es sólo eso, sino que también es de una filosofía de vida.
Un practicante de Reiki ha decidido conscientemente cambiar su ritmo de vida, llevar una dieta más saludable, meditar y sonreír… En definitiva, iniciarse y practicar Reiki significa internarse en un camino de evolución que nos convierte en personas saludables y felices.

LOS 5 PRINCIPIOS DEL REIKI

El redescubridor de la técnica Reiki, Mikao Usui, nombró estos cinco principios como la filosofía de vida de cualquier reikista. A partir de estos preceptos, el practicante de Reiki da los primeros pasos hacia el autoconocimiento y la evolución, hacia una nueva forma de verse a sí mismo y el mundo que lo rodea, cambiando las conductas que traen como consecuencia la preocupación y el sufrimiento por otras que aportan calma y alegría.

1.       Sólo por hoy no te preocupes. En lugar de preocuparte, ocúpate, traslada la energía del pensamiento a la acción, vive en el ahora.
2.       Sólo por hoy no te enfades. Debemos aprender a gestionar nuestras emociones. No existen emociones malas, sino reacciones que nos causan malestar y dolor. Por ello, lo primero es respirar profundamente y canalizar nuestras emociones hacia algo positivo.
3.       Honra a tus padres, maestros y mayores. Respetar las opiniones de los demás, aprender de lo diferente, ser amables y modestos, y practicar el altruismo son algunos de los atributos que persigue un reikista.
4.       Gana tu sustento honradamente. Si amas lo que haces, nunca más trabajarás. Pon lo mejor de ti mismo en cada cosa que hagas y sé fiel a ti mismo.
5.       Muestra gratitud por todo lo que te rodea. En nuestra sociedad acomodada, a veces olvidamos todas las cosas por las que deberíamos dar gracias. En ocasiones necesitamos una bofetada de realidad, ver a personas que no disponen de agua en sus hogares o de transporte para llegar a sus trabajos, para dejar de quejarnos porque el calentador no funciona bien o el metro va atestado. Aprende a ver el lado bueno y a disfrutar de lo que tienes a tu alcance.

QUÉ ES REIKI
El término Reiki proviene del japonés y está compuesto por rei, espíritu o alma, y ki, energía o fuerza, en conjunto: energía espiritual o energía de la vida.
Como comentábamos al principio, la energía es el componente principal de nuestro organismo y de todo lo que nos rodea. Para que nuestro cuerpo cumpla sus funciones correctamente, precisamos de esa energía —alimentación, luz solar, aire…—. Sólo para poder respirar, nuestro organismo ha de poner en marcha una serie de mecanismos que requieren energía externa y crean energía interna, que alimenta y pone en funcionamiento cada una de nuestras células. Por ese motivo, si nuestra energía disminuye nuestra salud se ve afectada.
Según podemos constatar en los tratados de medicina oriental, nuestro cuerpo es recorrido por un complejo sistema de vías y puntos por donde circula la energía. Esta energía se conoce como ki en Japón, pero en china lo denominan chi. Cualquiera que haya visitado a un especialista en acupuntura o shiatsu habrá escuchado hablar sobre estos meridianos por los que circula la energía y lo que sucede cuando hay un bloqueo. En la india, esta energía se denomina pranna, y existen técnicas milenarias de ejercicios y respiración para alcanzar el equilibrio. En la India, en lugar de los canales que utiliza la acupuntura, nos hablan de chakras y nadis, centros energéticos que recorren el cuerpo. Los básicos pasan a lo largo de nuestra columna, desde la coronilla hasta el sacro.
Estamos hablando de sabidurías ancestrales que cuentan con más de cinco mil años de antigüedad. Y todas estas técnicas y nomenclatura sirven a un mismo propósito, armonizar nuestro sistema energético y así alcanzar la mejor situación posible para estar sanos a todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual.
El Reiki usa esta energía —ki, chi o pranna—, y la enfoca a través del practicante sobre sí mismo o sobre otras personas, seres u objetos. Es decir, cuando recibes una sesión de Reiki, lo que en realidad estás absorbiendo es Energía Vital pura, o, como la llaman los Maestros Reiki: Energía Universal.

“El objetivo de la técnica es, en primer lugar, la salud mental, y después la salud física. Ejercita y fortalece la mente y el cuerpo. Sirve también para determinar nuestro camino correcto en la vida”, Mikao Usui.

El Reiki es una técnica holística que no agrede al cuerpo, no tiene efectos secundarios y no crea adicción, por lo que puede ser utilizada por cualquier persona y a cualquier edad. Un practicante de Reiki puede dar tratamiento tanto a seres humanos como a animales, plantas e incluso objetos o alimentos. Todo está formado por energía, por lo que puede ser armonizado a través del Reiki.
Antes de continuar, es necesario comprender que la enfermedad es la última consecuencia de un desajuste energético, es decir, antes suelen presentarse distintos malestares emocionales o psicológicos que nos ponen sobre aviso. Por ejemplo, podemos tener una rutina estresante que nos provoca agobio, alteraciones de humor y del sueño… Y finalmente caemos enfermos. Esta es la manera que tiene nuestro “ser” de obligarnos a que nos centremos en nosotros mismos.
Por ello, el Reiki empieza tratando los problemas físicos e inmediatos, para centrarse después en aquellas alteraciones psicológicas y emocionales que los han causado, y finalmente, ayudar a que la persona haga una limpieza de hábitos y conductas, reconduciendo su vida hacia una vía saludable y una armonía energética.  De esta manera, el Reiki es efectivo en personas sanas y en personas enfermas, puesto que lo que en realidad ocurre es que el reikista pone en manos de la persona que acude a él las herramientas para mejorar su vida.
En Reiki no existen pacientes ni sanadores, sino alumnos y maestros, personas que aprenden y adquieren conocimientos y técnicas unas de otras.
En resumen, el Reiki…
·         Reactiva y desintoxica tu sistema inmunológico.
·         Regenera tus células.
·         Elimina el dolor y el malestar.
·         Equilibra tu energía.
·         Y reduce el estrés.


“No importa lo duro y tempestuoso que pueda volverse este mundo, quiero que mi corazón continúe siendo sólido e inquebrantable, como el pino enraizado a la roca”, El Reiki como filosofía de vida.

HISTORIA
Desconocemos el origen exacto del Reiki, pues la sanación por imposición de manos se pierde en la prehistoria, y no habríamos recuperado esta técnica en concreto si no fuera por el monje Mikao Usui, quien, a través de 21 días de meditación y de previos estudios, redescubrió el método y sus símbolos.
Mikao Usui fue un monje cristiano japonés interesado por las enseñanzas y capacidades de Gautama Siddharta el Buda. Usui viajó a través de su país, así como a China e India, para descubrir los secretos de la iluminación y los métodos de sanación utilizados, según las historias, por Buda. Esta búsqueda le llevó a visitar templos y consultar antiguos manuscritos, en especial los sutras tibetanos, donde encontró simbología sagrada y teoría, pero ningún método para traducir toda esa información en práctica.
Fue posteriormente, por la pregunta que le hizo un hombre mientras estaba en el monasterio, que decidió internarse en un viaje que le cambiaría la vida. Este hombre le preguntó por la sanación que llevaba a cabo Jesús de Nazareth en sus llamados milagros, y Usui comprendió que el método de Jesús y el de Buda debían ser el mismo, aunque no encontraba el cómo.
Un amigo, abad del templo de la ciudad de Kyoto, le aconsejó que se retirara al monte sagrado de Kurama, y Usui decidió ayunar y meditar allí hasta lograr su objetivo. Finalmente, al amanecer del día 21, entró en estado de satori y apareció ante él una luz blanca que contenía una serie de símbolos en oro.
Usui perdió la conciencia, pero al despertar se sentía pletórico y lleno de energía, así que bajó la montaña deseoso de contar a todos lo que había descubierto. Como ya sabemos, las prisas son malas consejeras y el monje rodó ladera abajo, pero al colocar sus manos sobre la herida que se había hecho, ésta dejó de sangrar y doler, y pudo llegar a pie hasta el monasterio.
Mikao Usui rebautizó esta forma de canalización como Reiki y pasó su vida transmitiendo las enseñanzas y sintonizando nuevos Maestros que pudieran continuar su labor.

“Los peligros nos acechan más cuando estamos cercados de enemigos, no cuando relajamos la razón”,  El Reiki como filosofía de vida.

REIKI EN HOSPITALES

El Reiki es una técnica muy eficaz para sanar infecciones y tratar el dolor, así como para acelerar la cicatrización, por ello es utilizada en hospitales y clínicas como complemento a la medicina convencional, desde EEUU al hospital Ramón y Cajal de Madrid.
La maestra de Reiki y enfermera del Hospital de Manhattan, Marilyn Vega, asegura que "las sesiones de Reiki ayudan a los pacientes a curarse con mayor rapidez y con menos dolor".
Además, este método no interfiere con otros tratamientos, sino que los complementa y ayuda a su eficacia, paliando los efectos secundarios. Su bajo coste y flexibilidad es una ayuda ideal para mejorar y facilitar la recuperación de los pacientes tras toda clase de intervenciones, por lo que cada vez existen más médicos y enfermeras que lo utilizan como complemento al tratamiento convencional.
Un estudio realizado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid sobre los beneficios del Reiki en pacientes de Hematología, Trasplantes de Médula, Oncología y Pediatría, han demostrado que “el Reiki provocaba relajación muscular, sueño, disminución de la ansiedad y mejora del estado de ánimo, observando a la vez cómo influía la terapia en síntomas derivados del ingreso (dolor, ansiedad y/o tensión muscular y alteraciones del patrón de sueño). El Reiki es considerado por el personal sanitario de estos servicios como una terapia que puede mejorar el bienestar de los pacientes oncohematológicos”.

CÓMO PRACTICARLO
Cualquiera puede ser practicante de Reiki, no es necesario ser especial o tener un don, todos nacemos con la capacidad y sólo necesitamos aprender cómo realizar la canalización y recibir una sintonización por parte de un Maestro Reiki.
Como hemos explicado, la práctica del Reiki consiste en canalizar la Energía Vital para armonizar a la persona desequilibrada, y puede ser utilizado como terapia puntual —para un golpe, un corte o dolor de cabeza—, o para crear un estado de armonía energética.
A pesar de que hoy en día podemos encontrar múltiples libros que hablan del tema, así como manuales y vídeos por internet, el Reiki sólo puede practicarse después de una iniciación a través de un Maestro. Es decir, la teoría podemos estudiarla y reforzarla a través de distintos tipos de material, puesto que es un método que se complementa con otras terapias —homeopatía, flores de Bach, yoga, terapia metamórfica…—, pero que no puede adquirirse sin un Maestro.
El Maestro, mediante un sistema de sintonización que instala los distintos símbolos en el cuerpo y el aura del alumno, y purifica su canal energético, permite que el alumno se conecte de forma completa e ilimitada con la Energía Vital. A partir de ese momento, el reikista podrá canalizar la energía a voluntad —entrando por el chakra de la corona, atravesando los chakras superiores hasta llegar al corazón, y desde allí, dirigiéndose a las manos del emisor.
Tras la iniciación en el primer nivel, el practicante de Reiki siente que algo sucede en su vida. Suele ser un periodo de cambios, en los que la persona emprende un viaje consciente de evolución. A partir de ahí, el reikista utilizará la técnica en sí mismo y en los que le rodean, tomando confianza, aprendiendo y desarrollando sus capacidades innatas.
Pero no se detiene ahí, puesto que la fluidez y calidad de la energía depende del emisor, es decir, depende de nuestro nivel vibratorio, algo que podemos mejorar con la práctica diaria y la meditación.

INICIACIONES

El sistema, tal como lo transmitía Mikao Usui, contaba con tres niveles, pero éste evolucionó más adelante, adquiriendo más símbolos y un nuevo nivel:

·         Primer nivel: es el nivel de iniciación en que se purifica el canal energético, permitiendo al alumno conectarse con la Energía Vital. Afecta en especial al cuerpo físico. Se podrá utilizar el Reiki con uno mismo y con las personas que le rodean.
·         Segundo nivel: se muestran los tres primeros símbolos, los cuales aumentan la vibración del alumno. Actúa a nivel mental y emocional de forma más profunda. Podrá usarse el Reiki a distancia.
·         Tercer nivel: el alumno recibe el símbolo Maestro que recibió Mikao Usui en sus meditaciones. Actúa sobre nuestro ser espiritual y aumenta la capacidad sanadora del reikista.
·         Maestría: este nivel permite transmitir las enseñanzas del Reiki a otras personas, así como realizar la purificación del canal energético y las conexiones necesarias para la iniciación. Además, permite expandir la consciencia del reikista, recibiendo símbolos más antiguos que los de Usui.

Tras cada nivel es necesario que el practicante pase por un periodo de purificación de 21 días, en que realizará autotratamientos de Reiki a diario, así como meditación y cambios de hábitos.
El iniciado en primer nivel sólo podrá practicar Reiki en otras personas una vez finalizado el periodo de purificación.

BENEFICIOS
Según la filosofía del Reiki, el ser humano es perfectamente capaz de sanarse sin intervención externa, aunque eso sería en un mundo ideal en el que todos fuéramos capaces de gestionar nuestras emociones, y detectar las actitudes y hábitos que nos dañan. Este es el motivo por el que sufrimos los llamados bloqueos energéticos, causados por estados mentales y de ánimo que impiden a la energía fluir libremente por nuestro ser.
El Reiki es un método muy flexible y sirve para todo tipo de enfermedades físicas, psicológicas, emocionales y espirituales:
  • Alivia el dolor crónico, como artritis, reuma, migraña…
  •  Acelera la cicatrización y reduce la inflamación.
  • Nos ayuda aumentar las defensas, por lo que nos permite luchar contra infecciones de todo tipo.
  •  En combinación con la quimioterapia, ayuda al organismo a luchar contra el cáncer, y puede hacer desaparecer pequeño bultos.
  • Equilibra a personas que sufren distintas enfermedades mentales, como depresión, estrés o agresividad.
Incluso existen estudios que demuestran la efectividad de esta técnica para mejorar los niveles de resistencia a infecciones en personas con SIDA.
Uno de los motivos que ha hecho tan popular al Reiki es porque sus efectos no son sólo anestésicos y paliativos, sino que nos permite alcanzar nuestros sueños y ayudar a nuestros seres queridos:
·         Trata eficazmente casos de infertilidad, tanto en hombres como en mujeres, con sesiones también para parejas.
·         Ayuda durante el embarazo y el parto, asegurando el buen desarrollo del bebé, mitigando las molestias del embarazo y mejorando las condiciones del parto —en la carta que nos ofrecen en los hospitales para llevar el día del parto, ya aparece el Reiki como una optativa posible.
·         También nos permite comunicarnos mejor con nuestro bebé, ayudándonos durante su desarrollo físico, emocional y cognitivo.
·          Echa una mano a niños con hiperactividad, timidez, pesadillas, insomnio, depresión, dificultad para la concentración…
·         E incluso nos permite mejorar la vida y socorrer a otros miembros de la familia, como son nuestros animales de compañía —el Reiki es una terapia que ya se utiliza en muchos centros veterinarios, junto con la homeopatía y la acupuntura.
Es decir, que el Reiki no trata una enfermedad concreta, sino que, al equilibrar a la persona como un todo, le está ayudando a tomar las riendas de su vida.
Por lo que hay que tener clara una máxima que aprende todo reikista en su primera iniciación: “El Universo te da lo que necesitas, ¡pero no siempre lo que quieres!". Es decir, puede que te inicies en Reiki buscando un cambio concreto, quizá un nuevo piso, mejor situado y con más comodidades, pero es posible que te encuentres con que este deseo te lleva a cambiar de empleo y a dejar la ciudad para vivir en el campo, en una casa; porque el Reiki no te da lo que quieres, sino lo que necesitas; no busca un ideal material, sino lo que equilibra tu “ser” y te ayuda a encontrar tu camino vital.


“En lugar de tomar muchos medicamentos para curar tus males, cuida mejor, y con más constancia, de ti mismo y de tu cuerpo”, El Reiki como filosofía de vida



CÓMO ACTÚA

·         En primer lugar tiene un efecto paliativo, es decir, alivia los síntomas y eleva los niveles energéticos de la persona que lo recibe.
·         En segundo lugar, —en un periodo que puede variar de cuatro sesiones a varios meses de tratamiento, según el caso y la gravedad— elimina la enfermedad.
·         Y finalmente, a largo plazo, busca sanar la causa que nos ha llevado a enfermar. Es decir, para un reikista la enfermedad tiene su origen en un desequilibrio del “ser”, por lo que si logramos detectar ese origen y tratarlo directamente, dicha enfermedad no regresará.



Artículo publicado en la Revista Integral número 432