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jueves, 15 de junio de 2017

Reseña de “Vértigo por perderme en ti” de Rebeca Bañuelos

TÍTULO: Vértigo por perderme en ti
AUTOR: Rebeca Bañuelos
EDITORIAL: Autor/Editor en Amazon y CreateSpace

SINOPSIS
Anjana es una joven perdida en el silencio de sus propios sentimientos. Empujada por sus seres queridos, viaja a Irlanda con el deseo de cumplir un sueño, y reencontrarse con la niña alegre y vivaz que una vez fue.
Rory dejó de creer en el amor cuando Bree lo abandonó y, más allá de su familia, ha dejado su corazón sellado para los demás. Junto con sus sentimientos, aquella arpía irlandesa también se llevó sus sueños.
Dos almas celtas se encontrarán para recuperar el hogar perdido y la esperanza, aunque a veces los finales no son tan fáciles como a todos nos gustaría.
Una historia de amor y romance, de aventura y arte rodeados de naturaleza salvaje. Pero, sobre todo, una novela que nos habla de los ritmos del corazón, de las personas que nos cambian la vida, y de nuestra propia fuerza interior.

OPINIÓN
Es emocionante conocer a un autor en sus inicios y seguir sus primeros pasos, en especial si tienes el honor de ser su correctora y guía literaria, de poder descubrir sus personajes antes de que nazcan, sus nuevas aventuras cuando sólo son una chispa. Por este motivo, y por la calidad personal de la autora, me siento especialmente emocionada escribiendo estas líneas.
Rebeca Bañuelos es en primer lugar una amiga, pero también es una artista con un gran corazón, cosa que, tratándose de una autora de género romántico, le viene qué ni pintado.
Reconozco que no soy de novela romántica. Aquellos que me conocéis, sabéis que rehúyo este tipo de historias, a pesar de que el cine del mismo género —así como el de humor— es mi comfort food de celuloide. Pero si una cosa tiene la pluma de Bañuelos es su visualidad, la capacidad de hacernos viajar a lugares desconocidos, apreciar sus aromas y sabores, y os aseguro que con Vértigo por perderme en ti os empaparéis en salitre y cerveza.
Siempre he sentido especial fascinación por Irlanda, y el cantábrico corre por mis venas casi en igual medida que el mediterráneo. He pasado tanto tiempo en sus aguas, playas sembradas de conchas por la bajada de la marea, en ese horizonte en que el verde de las montañas se confunde con las nubes del cielo, que comprendo la emoción de Anjana en algunos de los paisajes y momentos de la historia.
Anjana es la protagonista de la novela, una chica de apariencia frágil que se ve impelida a buscarse a sí misma, mejor dicho, a reencontrarse, tras una serie de malas decisiones y de tragedias que han apocado su brillo natural. Por ello, siguiendo el consejo de las dos mujeres de su vida, su tía y su mejor amiga, se embarca en un viaje en solitario hasta Irlanda, donde descubrirá que el amor no es algo que podamos elegir o domar.
La que en un inicio se me antojó un poco llorona, se descubrió poco a poco como lo que era en realidad: una mujer fuerte y luchadora, un alma creativa con ganas de comerse la vida.
Confieso que mi personaje preferido es Rory, ese pelirrojo tatuado que toca la guitarra mientras canta con voz ronca, bebiendo wiski en la penumbra del pub. No me extraña para nada que Anjana pierda las bragas al verle —perdón por la expresión—, pero es que Bañuelos describe la escena de tal forma, las miradas y sensaciones, que te pasas el resto de páginas que te quedan, hasta su primer encuentro en persona, deseando que se besen —y mucho más, claro.
Si bien es cierto que es una novela romántica que nos habla de la historia de amor entre Anjana y Rory —y de sus amores anteriores, que por supuesto no les van a dejar en paz tan fácilmente—, Bañuelos utiliza este decorado para hablarnos de algo más profundo: de la lucha por los sueños y del reencuentro con uno mismo.
Desde Susurros en Sachsenhausen, Rebeca Bañuelos ha crecido como escritora. Lo notamos en sus descripciones y diálogos, en personajes más profundos y en una tensión que mantiene al lector en vilo. A pesar de su evolución, ha sabido conservar su esencia, esos toques que la hacen reconocible entre otras plumas, detalles, como las voces de los ángeles del destino, los duendes traviesos y los hilos rojos del destino, que ya vimos en su anterior obra, y que continúan, como si de la mitología de su propio universo se tratara, en esta nueva novela.
Desde aquí quiero felicitar a la autora y desearle mucha suerte con sus sueños, para que nunca se rinda a pesar de los temporales, y que siga escribiendo. ¡Ya tengo ganas de leer la próxima!
Recomendada a los amantes del romance y de las historias imposibles; para aquellos soñadores que luchen por su estrella; para quien se busca y no se encuentra; y por supuesto, para l@s lector@s a quienes les pongan los barbudos pelirrojos y tatuados —Jajaja.

Isabel del Río

Junio 2017