@IsabelDlRio / @miransaya

lunes, 13 de febrero de 2017

Reseña “Más allá del viento del norte” de Geroge MacDonald



TÍTULO: Más allá del viento del norte
AUTOR: George MacDonald
TRADUCCIÓN: Joan Eloi Roca
ILUSTRACIONES: Arthur Highes
EDITORIAL: Ático de Libros

SINOPSIS
Diamante vive en el Londres victoriano junto a su familia en condiciones muy precarias. Un día, decide tapar los agujeros de la pared que hay detrás de su cama con heno para evitar que entre aire frío. Enfadado, el Viento del Norte, transformado en una hermosa dama, lo visita para reprenderlo. Pero se hacen amigos y Viento del Norte decide que el joven lo acompañe en un viaje en el que vivirán increíbles aventuras y Diamante aprenderá cosas sobre el bien, la generosidad y el destino. 
Más allá del viento de norte es una obra maestra de la literatura fantástica e infantil.

OPINIÓN
Existen temas socialmente repudiados, tabú en las casas y en la educación, palabras y conceptos a los que damos la espalda creyendo que, quizá así, ellos también acabarán por ignorarnos y pasarán de largo.
‹‹La pobreza no hace que una persona valga menos —puede que valga mucho más siendo pobre de lo que valió siendo rica—, pero la deshonestidad rápidamente hace que un hombre no valga nada (…)››.
Un tema especialmente duro es el de la muerte y, sobre todo, cuando debemos explicarlo a un niño. A mí nunca me endulzaron el zumo o la leche, y tampoco lo hicieron con el tema de la parca. Las plantas y los animales se iban, del mismo modo que nacían, con un ciclo natural, y del mismo modo sucedía con el universo humano, por mucho que la gente prefiriera no hablar de ello más que en susurros, como si estuviera prohibido.
‹‹No, no podría ser cruel aunque quisiera. No puedo hacer nada cruel, aunque muchas veces lo que hago parece cruel a aquellos que no saben de verdad lo que hago. La gente que dicen que ahogo, en realidad solo los llevo a… a… a… bueno, a más allá del viento del norte, así es como solían llamar a ese lugar hace mucho tiempo, aunque yo nunca he visto ese lugar››.
La magia y los espíritus, las leyendas y creencias de cada persona, según su religión o filosofía vital, también son materias complicadas cuando se trata de los más pequeños. Hablamos de Papá Noel, los Reyes, el Caga Tió y el Ratoncito Pérez, pero después nos da reparo hablar de qué sucede tras la muerte —o qué creemos que sucede—, rápidamente decimos “no existen los fantasmas” o “eso es sólo el viento”, para eliminar de la cabeza de los niños cualquier explicación feérica o espiritual de lo que les rodea. Hasta dónde llegan los límites, ¿dónde construimos las fronteras?
‹‹—No soy un hada —respondió la pequeña criatura.
—¿Cómo lo sabes?
—Sería más adecuado que me preguntases cómo lo puedes saber.
—Pero si me lo acabas de decir.
—Sí, pero ¿de qué sirve saber algo solo porque te lo han dicho?››.
George MacDonald es considerado el padre de la fantasía moderna. Fue mentor de Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas, y dicen que J.R.R. Tolkien, autor de El Señor de los Anillos y El Hobbit, lo consideraba un maestro. Ciertamente, encontramos en su obra alusiones a tierras mágicas que pueden recordarnos a Tolkien, y el sinsentido de los escritos de Carrol, también todos esos temas que normalmente se cogen con pinzas y se barren bajo la cama, pero tratados con un realismo mágico que hace más fácil encarar las dudas de los pequeños de la casa.
‹‹Le llamó niño pequeño, pero, en realidad, ella era apenas un mes mayor que él. Sucedía que había tenido que trabajar para ganarse el pan, y eso hace que te hagas mayor más rápido››.
En Más allá del viento del norte encontramos temas como la muerte, pero también la pobreza, el sufrimiento, el hambre, la bondad —y el egoísmo—, la soledad y la enfermedad. Conceptos reales como la vida misma que a veces se borran del “plan de estudios” para evitar sufrimientos, cuando en realidad, esa ignorancia los multiplica a la larga.
‹‹—Pero, ¿no se asustó la pequeña?
—No me vio. La mujer tampoco me habría visto, si no hubiera sido malvada.
—¡Oh! —dijo Diamante, dudando un poco.
—¿De qué te iba a servir ver cosas que no comprendes o con las que no sabes qué hacer?››.
Los niños son los protagonistas de la novela. Niños fuertes y acostumbrados al frío y al hambre, a los borrachos y a las broncas, a los ladrones y a las lágrimas, pero que estallan en risas cristalinas si se les da la oportunidad. No por ello menos niños, aunque quizá más rudos y con la cabeza más clara con las prioridades.
‹‹Siempre es algo horrible pensar que habrá alguien y no encontrar a nadie. Los niños, en particular, no están acostumbrados a ello; y lo habitual es que lloren si no encuentran a nadie, especialmente cuando se despiertan por la noche. (…) Pero a mí, personalmente, no me preocupa que alguien llore, sino por qué llora, y cómo llora››.
Eso no significa que no haya adultos. Son los adultos los que provocan el cambio en la vida de los niños, son los que les dan de comer, pero también los que les privan de pan con sus decisiones, los que les ponen situaciones delante que algunos creerían demasiado complejas, aunque al final ellos sepan desenvolverse; pues ser pequeño, no significa ser estúpido.
‹‹—Pero bueno, hijo mío, estás contando a todas las personas que conoces. Que las conozcas no hace que sean tus amigos.
—¿Ah, no? Yo pensaba que sí. Bueno, pero serán mis amigos. Yo haré que lo sean.
—¿Y cómo piensas hacerlo?
—No podrían evitarlo ni aunque desearan hacerlo. No tienen forma de evitar que yo decida ser su amigo, ¿sabes?››.
Diamante es el protagonista de esta historia dulce, melancólica y con un final que imaginamos a media novela, pero que no por ello nos choca menos cuando llega. Él es un niño pequeño, amoroso y risueño, que ha crecido rodeado de cariño y facilidades, hasta que su padre pierde el trabajo y ha de enfrentar una realidad más compleja en la ciudad.
‹‹(…) Ha habido que enseñarte lo que es el valor, puesto que no podías saber lo que era sin haberlo sentido; por lo tanto, se te mostró. Pero, ¿no sientes ganas de ser valiente por ti mismo la próxima vez?
—Sí, es verdad. Pero tener ganas no es mucho.
—Sí, sí lo es. Es muchísimo, pues es un principio. Y un principio es una de las cosas más fantásticas del mundo. Intentar ser valiente es ser valiente. El cobarde que intenta ser valiente es mejor que el hombre que es valiente por naturaleza, y nunca tuvo que intentarlo››.
La otra protagonista de la novela sería Viento del Norte, un ser feérico, espiritual y casi divino, encarnado en el viento que sopla del norte. Una dama de la que Diamante se enamora y en la que cree con devoción. Un espíritu justo, ni bueno ni malo, que hace aquello que debe, pues comprende las cosas a más gran escala que nosotros.
‹‹(…) Debes llamarme sencillamente por mi nombre, respetuosamente, ya sabes, solo Viento del Norte.
—Entonces, por favor, Viento del Norte, eres tan hermosa. Estoy listo para irme contigo.
—No debes apresurarte a seguir a todo lo que es bello, Diamante.
—Pero lo que es bello no puede ser malo. ¿Tú no eres mala, verdad, Viento del Norte?
—No, no soy mala. Pero en ocasiones las cosas bellas se vuelven mañas por sus malos actos, y hace falta cierto tiempo para que sus maldades estropeen su belleza››.
La historia tiene varios niveles de lectura. Está la vida de Diamante, su familia y amigos, y cómo esta se desarrolla, tanto en los momentos buenos y apacibles, como en los malos y crueles. Otra es la parte espiritual, que va unida a la vida de Diamante, y lógicamente la afecta, pero que parece correr entre líneas. Y la última sería la lectura filosófica y de valores, que recorren cada página.
En resumen, una lectura perfecta para niños +7 años, llena de fantasía e imaginación, con un lenguaje culto pero sencillo, con un protagonista sumamente dulce y amable, y una realidad dura pero fácil de digerir tal y como está contada. Un libro que nos ofrece un relato altamente educativo, no sólo en temas complicados, sino en valores que hoy en día parecen enterrados como un objeto de otro tiempo.
‹‹(…) cuando alguien quiere hacer lo correcto, todo a su alrededor intenta ayudarlo››.
Una noche Diamante escucha una voz que le llama en la oscuridad, es entonces cuando conoce a Viento del Norte y ésta le muestra el mundo que hay más allá de los muros y jardines que siempre ha conocido. Su amistad al principio es un juego inocente, hasta que un hombre habla a Diamante del país más allá del viento del norte, y el niño siente curiosidad por conocer ese lugar. Viento del Norte, que no puede negarle nada, pues vive para servir y además le adora, le llevará hasta allí. Diamante descubrirá un mundo perfecto y en harmonía, donde le río siempre canta una alegre melodía. Tras visitar ese mundo más allá de la vida, el niño regresará con sus padres, justo para descubrir que el mundo que conocía se ha desintegrado, e iniciar un descenso al frío, el hambre y la crudeza con un objetivo: borrar la tristeza de la vida de todos aquellos que le rodean.
‹‹Nunca olvidamos una estrella que se ha convertido en puerta››.
Recomendada a niños +7 años; a padres y madres con ganas de contar un cuento hermoso, fantástico y con mucho fondo; para educadores, cuentacuentos y psicólogos infantiles; para los amantes de la fantasía y los cuentos de hadas.

Isabel del Río
Enero 2017