TÍTULO: El
caracol dorado
AUTOR: Mario Reyes
EDITORIAL: Obelisco
SINOPSIS
Descubrirse
a uno mismo y a los demás es el mayor desafío que tenemos en la vida, pero el
buen viajero del alma encuentra siempre un camino hacia los otros y hacia sí
mismo. Esta fábula es la historia de una misteriosa búsqueda que contiene la
clave del amor y la felicidad, así como de la comunicación clara y limpia.
¿Estás preparado para el viaje? Emprender la búsqueda del caracol dorado, sin
planes ni mapas, es ciertamente una aventura, pero ¿qué sería de la vida sin
esa aventura? Un libro imprescindible para aprender a seguir la brújula del
corazón.
OPINIÓN
¿Alguna
vez te has sentido perdido? ¿Parece que los demás hablan un idioma distinto y
no logras comunicarte? ¿Te ves en una encrucijada vital y no sabes qué camino
tomar?
Como
terapeuta, acuden a mí muchas personas perdidas. No importa su edad, género o
condición, sólo ese sentimiento de tierras movedizas bajo sus pies. La Biblioterapia
es uno de los recursos que utilizo para que mis pacientes respondan a sus
incógnitas, y así puedan tomar las decisiones que les permitirán evolucionar y
seguir adelante con una sonrisa.
El caballero de la armadura oxidada, de
Robert Fisher, y El Alquimista, de
Paulo Coelho, son dos títulos de mi biblioteca que están muy desgastados. Ambos
nos ayudan a comprender el camino que hemos iniciado, así como la voz que nos
guía o desorienta, pues no sólo tenemos una voz interior.
Pero
trabajando con jóvenes me encontraba que existía un vacío, un espacio en mi
biblioteca al que le faltaba un lomo dorado, y precisamente lo encontré en la
fábula que Mario Reyes ha publicado recientemente con Obelisco.
El caracol dorado es una
suerte de El Alquimista que puede
resultar de ayuda para jóvenes y adultos, pero tiene una particularidad que
creo lo hace ideal como lectura juvenil, ya que su protagonista es un muchacho
desorientado a punto de internarse en la aventura de la universidad, y su tío
le ofrece un mapa de ruta en forma de reto.
Nicolás
anda perdido, no sólo en cuanto a su decisión sobre qué paso dar a
continuación, sino también sobre cómo relacionarse con su entorno. En ese
momento de bloqueo existencial, justo en su cumpleaños, aparece en su vida su
tío, un hombre dado a la aventura al que sólo había conocido por historias y
que por fin da la cara. Ambos conectan de inmediato y es entonces cuando el
joven perdido recibe un encargo: su tío tiene una enfermedad terminal y quiere
que él, su sobrino, termine un trabajo por él, ha de encontrar el caracol
dorado.
Ante un
verano largo y sin alicientes, y un futuro incierto, Nicolás decide cumplir con
las últimas voluntades de su tío, y con un único billete, y una mochila llena
de sobres de té, se embarca en una aventura mística y alegórica que le cambiará
como persona.
A lo
largo de su búsqueda, el joven irá conociendo a distintos personajes que le
marcarán de forma profunda, regalándole lecciones vitales que, de forma
silenciosa, irán colocando las piezas perdidas en su lugar.
No
quiero hacer spoiler, pero quien haya
leído los libros citados anteriormente sabrá qué sucede con los héroes en estos
libros, y más allá de la victoria personal del protagonista, lo más interesante
de estos títulos es que, a la vez que evoluciona el personaje, también lo
hacemos nosotros con la lectura.
Un
librito suave y sencillo de leer con mucho contenido vital.
Recomendado
a aquellos que andan perdidos, a los que su brújula ya no señala el norte, a
quien no sabe cómo situarse en el mapa de su existencia, a quienes busquen el
caracol dorado.
Isabel del Río
Abril 2017
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