“No, no y no”. Quién aprende los límites, ¿tú
o yo? Gracias por enseñarme tanto, Max. Para alguien a quien le cuesta horrores
decir que “No” por miedo a herir o molestar, descubrir que tampoco
pasa nada por recibir un “No” es una gran lección.
La locura os habla desde las letras, ¿escucháis al cuentista? La demencia pica a los pórticos de vuestra conciencia. Abridlos, no temáis. Os mostrará aquello que, invisible, os acuna, lo que sólo una pequeña lunática puede percibir.
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