Empar Fernández (Barcelona) alterna la docencia con la narrativa y con
las colaboraciones en prensa como columnista.
Con su primera novela Horacio en la memoria
obtuvo el XXV Premio Cáceres de
Novela Corta. Poco después el Premi Pere Quart de Humor i Sàtira
por Planeta ESO, escrito en coautoría con Judit Pujadó. En
2001 publicó Para que nunca amanezca
y en 2004 comenzó su colaboración literaria con Pablo Bonell Goytisolo; juntos han publicado la serie de novelas negras protagonizada por
el subinspector Santiago Escalona.
En 2007 resultó finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando
Quiñones con El
loco de las muñecas y en 2008 publicó Hijos de la derrota. Pocos meses después recibió
el Premio Rejadorada de Novela Breve
por La cicatriz y en 2010 apareció Mentiras
capitales.
Años más tarde fue finalista del Premio Internacional
Medellín Negro con Demonios personales
y del Premio Internacional Ciudad de Carmona de Novela Negra con El instante en que se encienden las farolas.
Recientemente ha publicado las novelas negras Sin causa aparente, La mujer que no bajó del avión, La
última llamada y Maldita verdad.
Los tres últimos títulos componen una trilogía que tiene como eje narrativo el
sentimiento de culpa.
ENTREVISTA
IDR. ¿Cuáles fueron tus inicios en el
mundo de la escritura?
EF. Comencé escribiendo relatos y
del relato pasé a la novela corta con Horacio
en la memoria. A partir de aquí escribí mi primera novela de mayor
extensión Para que nunca amanezca.
IDR. ¿Cómo compaginas tu vida con la
escritura de tus novelas?
EF. Hace años que trabajo como
profesora empleada a media jornada. La dedicación parcial me permite dedicar
tiempo a la escritura.
IDR. Como profesora, ¿tus alumnos
leen tus obras o se interesan por tu otro rostro?
EF. Generalmente no hablo de mi
dedicación a la ficción. Si llegan a enterarse sienten curiosidad y demuestran
extrañeza al saber que escribo novela negra.
IDR. ¿Cómo es imaginar la clase de
sucesos que aparecen en tus novelas? ¿Cómo te documentas para hacerlas creíbles
y coherentes?
EF. Acostumbro a partir de notas de
prensa o de sucesos ocurridos en la realidad. Si la obra transcurre en un plano
contemporáneo la documentación es breve. Si no es así la investigación puede
durar meses hasta estar muy segura de que no cometeré ningún error. Consulto la
hemeroteca, manuales de vida cotidiana y novelas contemporáneas de los hechos.
IDR. Cuando tienes una nueva idea, ¿qué
haces? ¿Cuál es tu modus operandi?
EF. La escribo en mi libreta de notas
para que no escape, la dejo madurar un tiempo y cuando he acabado lo que estoy
haciendo examino el contexto e intento edificar una historia. Acostumbro a
tener el principio y el final de la historia.
IDR. Dicen que eres la reina de la
novela negra catalana. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿Cambia algo en tu forma de
escribir o plantearte nuevos proyectos?
EF. Me halaga que mi nombre tenga
alguna visibilidad porque quizás estimule las ventas, y una escritora necesita
vender si quiere seguir publicando. No altera en nada mi forma de escribir ni
mis proyectos. Solo emprendo lo que tengo ganas de hacer, no examino qué es lo
que más me conviene.
IDR. En esta novela tratas la
adolescencia muy de cerca. ¿Te ha ayudado tu profesión en la documentación? ¿Cómo
es eso de ponerse al otro lado del espejo?
EF. Mi trabajo como profesora de
secundaria me permite conocer mejor los problemas de los adolescentes y su
forma de encararlos, estoy familiarizada con ellos, es una etapa de la vida
llena de contrariedades. En este caso ponerse al otro lado del espejo es un
ejercicio de retroceso, recordar cómo era yo misma a la edad de mis personajes
adolescentes y con qué intensidad experimentaba los cambios y las dificultades.
IDR. En tus historias aparecen
personajes de distintas edades y ambientes, ¿tratas de ofrecer una visión
plural en la que el lector pueda acceder a la visión y dolor de toda una
ciudad?
EF. Me interesa llevar la acción a
lugares que habitualmente no aparecen en las novelas que se desarrollan en
Barcelona (Poble Sec, Nou Barris…), lugares no emblemáticos que merecen ser
escenarios de novelas por derecho propio.
IDR. En esta novela su personaje
protagonista, Raúl, está arreglando un piso en Calle Escocia, en tu antiguo
barrio. ¿Cómo ha sido escribir sobre él?
EF. Un ejercicio de nostalgia.
Volver a la plaza Virrei Amat y sus proximidades ha sido regresar a mi propia
adolescencia.
IDR. Tus novelas suelen romper con
los estereotipos de la novela negra, pero en esta ocasión has recurrido a un
personaje negro por excelencia, un investigador privado, dándole un giro
interesante. ¿Has querido recuperarlo? ¿O más bien trabajar los inicios de un
personaje que ya suele aparecer curtido en las novelas?
EF. Me interesaba un investigador en
concordancia con la crisis, un investigador low
cost, alguien que todavía no es profesional pero que tiene buenas aptitudes
y resultara más barato que una agencia de detectives privados.
IDR. Causar dudas morales y éticas a
los personajes y al lector suelen ser una de las marcas de la casa. En este
caso, ¿qué tratabas de provocar?
EF. Un dilema. Si la verdad
acarreará inevitablemente dolor y remordimientos ¿es necesario conocerla? Por
ese motivo el título, Maldita verdad.
A menudo la verdad no es lo que más nos conviene. De hecho si conseguimos vivir
en comunidad es porque mentimos varias veces cada día.
IDR. En el último Club de Lectura en
el que nos visitaste para comentar La
última llamada, dijiste que ésta, Maldita
Verdad, sería la novela que cerraría la trilogía sobre las emociones. ¿Ha
sido así?
EF. Maldita verdad cierra la Trilogía de la culpa. Mis tres últimas
novelas tratan, desde diferentes perspectivas, el sentimiento de culpa.
IDR. ¿Puedes hablarnos de nuevos
proyectos? ¿Qué tienes entre manos?
EF. Dentro de unos meses aparecerá una
novela que explica la historia de un superviviente catalán de los campos de
concentración y de cómo se recompone e inicia una nueva vida. Tengo entre manos
una novela que aborda nuestra historia reciente, pero es demasiado pronto para
hablar de ella.
IDR. Como autora de novela negra y thriller
de suspense, ¿cuál crees que es el papel del autor en la sociedad actual?
EF. Creo que el autor debe retratar
tan certeramente como le sea posible la sociedad en la que vive. Prefiero el
retrato a la denuncia. Es mejor dejar que sea el lector el que interprete y
enjuicie.
IDR. ¿Qué estás leyendo ahora mismo?
EF. Una primavera de perros, de Antonio Manzini
IDR. ¿Nos recomiendas algún título?
EF. Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan.
Isabel del Río
Abril 2016