AUTOR: B.S. Johnson
EDITORIAL: Rayo Verde
SINOPSIS
Un
reportero deportivo visita la ciudad de Nottingham para cubrir un partido de
fútbol, y es allí donde le abordan los recuerdos y los pensamientos sobre la
muerte de su mejor amigo, Terry Tillinghast.
La
estructura de esta novela es una metáfora del funcionamiento de nuestra mente,
la aleatoriedad de sus capítulos compite con el desorden de nuestras ideas.
La obra nos hace meditar, no sólo acerca de nuestra
muerte, sino también acerca de nuestra propia existencia.
Los
pliegos sueltos dentro de la caja son el reflejo mismo de la fragilidad de la
vida.
Lee un
fragmento:
OPINIÓN
La que
tengo entre manos hoy es una novela experimental y autobiográfica, como todas
las del autor, en mayor o menor medida. En ella encontramos dos temas
protagonistas: el caos y permeabilidad de la memoria, y lo inmutable y egoísta
de la muerte. Podemos encontrar muchos otros subtemas: la rutina, la
supervivencia, la amistad, el engaño, el cambio... Pero esos dos son para mí
los principales y los que tienen más peso en la obra.
Lo primero
que nos llama la atención es su edición: una caja en la que encontramos los
capítulos sueltos, sin coser, donde sólo son inamovibles el inicio y el final, el
resto depende del lector. Un juego que nos propuso en su día el propio autor,
quien quería imitar el ir y venir de la memoria, y que Rayo Verde ha
conservado, haciendo de la obra una verdadera joya y un auténtico acertijo
literario, un rompecabezas de vivencias y pensamientos que desnuda al autor en
un momento de debilidad.
¿Qué
necesitamos para que los recuerdos exploten y nos hagan viajar en el tiempo? En
el caso de Johnson, llegar a una ciudad que hacía años no pisaba. La excusa:
tener que preparar un artículo sobre un partido. A la llegada a la estación
todo vuelve a su memoria, pero regresa de esa forma fragmentaria, mezclada con
el presente, con el ahora, que tienen los recuerdos. Y con ellos, también vuelven
los interrogantes.
"¿Puede
tener sentido la muerte? ¿O ser absurda? ¿Es posible hablar de la muerte en
estos términos? No lo sé, sólo siento el dolor, el dolor".
Se
trata de una obra que te hace pensar y recordar al tiempo que lees. Digamos
que, en cierta manera, los capítulos inconexos acaban por mezclarse con los
propios recuerdos del lector. Cuando éste habla de la universidad y los
finales, de pronto te ves en tu época de estudiante, cuando habla de las
vacaciones y el amor, también rememoras tus propias fotografías mentales, y de
pronto sobreviene la enfermedad, entre cenas de fiesta, nacimientos, la compra
de la casa soñada o una tarde de verano, y esas imágenes de tu ser querido,
postrado, pálido, cambiado... Irreconocible.
Me ha
hecho llorar. No por lo que dice, sino por lo que transmite. Ese sentimiento de
injusticia y egoísmo que nos embarga con la muerte. Un estremecimiento, cuando
intentamos ser fuertes y gentiles, que nos obliga a pensar con el ombligo,
porque al final:
"Ni
cómo murió, ni de qué murió, ni mucho menos por qué murió, que está muerto, es
importante: la pérdida para mí, para nosotros".
Recomendable
para todos aquellos que disfruten de las letras reales, del sentimiento crudo
no-sentimentalista, de los experimentos que te llevan al interior, de los
relatos que van más allá de la historia.
Isabel del Río
Agosto 2015