BIOGRAFÍA
Nere Basabe nació
en Bilbao en 1978. Es profesora de Historia Contemporánea en la Universidad
Autónoma de Madrid y autora de las novelas Clara
Venus (Tropo editores, 2008) y El
límite inferior (Salto de Página, 2015).
¿Quiere leer la
reseña de El límite inferior?
ENTREVISTA
I. ¿Cómo te describirías: como lectora-escritora o como escritora-lectora?
NB. Como lectora-escritora,
por supuesto: sin la lectora primero lo demás no sería posible. Aunque es
cierto que cada vez resulta más difícil leer olvidándose de la escritora.
I. ¿Cuáles fueron tus
inicios en el mundo editorial? ¿Qué te llevó a escribir y a buscar editorial?
NB. Con dieciséis años
gané el premio Nuevos de Alfaguara, lo que me llevó a publicar en aquella
editorial. Fue algo inesperado, que me dio confianza para seguir intentándolo.
Luego todo se volvió mucho más difícil, pero en el camino aprendí a escribir
cada vez mejor. Y en eso estamos.
I. La Solana es un
pueblo que retrata la mayoría de lo que podemos encontrar hoy en día por
la costa, atestados de vida en verano y abandonados en invierno, ¿por qué
decidiste ambientar ahí la historia?
NB. La idea partió hace
muchos años de un paseo por Torremolinos un mes de octubre, en plena tormenta.
Antes de tener el argumento o los personajes, supe que quería ambientar una
historia en un lugar así. Ahora sigo pensando que esos pueblos fuera de
temporada se convierten en no-lugares
y en una metonimia perfecta de este país y de las sombras de su historia más
reciente.
I. ¿Cuánto de Nere hay
en tus personajes? Uno de ellos, por ejemplo, toca lugares cercanos a ti por tu
recorrido vital, ¿te sientes reflejada en ellos o has tomado prestados detalles
de la realidad para crear ficciones?
NB. Como escritora, me
gusta afrontar el reto de ponerme en la piel de personajes diametralmente
opuestos a mí, de tratar de entenderlos desde dentro. También así aprendo más
de mi misma. Y al mismo tiempo es inevitable que se cuelen cosas de mí en cada
uno de ellos, ya sean una costurera del siglo XIX o un constructor corrupto: en
la vida de todos ellos hay anécdotas que pertenecen a mi propia vida.
I. Esta no es tu primera
novela, ¿cómo sientes este nuevo título después de haber publicado otros que
han sido reconocidos y premiados? ¿Prevalece la ilusión de la primera vez?
NB. Cada libro se vive
como si fuera el primero, porque los retos que te has planteado en él son
siempre nuevos. Entre mi primera y mi segunda novela habían pasado además años
de sobra como para que la ilusión siguiera intacta.
I. Has publicado con
diferentes editoriales a lo largo de tu carrera, ¿con qué te quedas y qué te
gustaría borrar?
NB. Cada experiencia es
distinta: una editorial grande probablemente te asegure mayor difusión, pero el
proceso puede resultar más impersonal y se pierde el trabajo más estrecho y
también más fructífero con el editor.
I. ¿Qué le recomendarías
a un autor novel que esté buscando editorial?
NB. Paciencia,
perseverancia, y también saber claudicar pasado un tiempo razonable, para
intentarlo con un nuevo y mejor manuscrito: yo tengo los cajones llenos de
inéditos, y me alegro de que sea así.
I. La huida de la
realidad y de uno mismo parece el tema central de la novela, más allá de las
tramas que se desarrollan en paralelo y entrecruzándose a lo largo de sus
páginas, ¿qué intentabas transmitir en El
límite inferior?
NB.
La dificultad de escapar de uno mismo y de sus propios límites. La novela
clásica nos enseña que el protagonista evoluciona psicológicamente al
enfrentarse a los obstáculos que la trama narrativa le va poniendo delante,
pero en la vida real me temo que somos mucho más resistentes al cambio; es el
“gatopardismo” del todo tiene que cambiar para que siga igual.
I. No temes a jugar con
los tabús ni a descolocar al lector con giros y comportamientos inesperados.
¿Qué intentas provocar?
NB. La propia coherencia
narrativa te lleva a menudo a esos recovecos, aunque inicialmente no lo
tuvieras planificado. Cuando escribo soy honesta conmigo misma, no calculo
posibles reacciones en un lector futuro. Para mí no son giros inesperados, sino
naturales. Trataba en todo caso de llevar a los personajes al límite para ver
qué daban de sí: les acompañaba de la mano, pero sin forzar sus respuestas.
I. A la hora de
escribir, ¿cuánto afectan tus estudios y trabajo en tus personajes e historias?
NB. No suelo escribir
sobre mí misma, ni tampoco sobre mi entorno, al menos no de forma indirecta. La
obsesión por plasmar la realidad, que tan a menudo supera a la ficción, me
frustraría. En mi trabajo como historiadora tampoco investigo temas literarios,
suelo tener los dos ámbitos bien compartimentados. Existe eso sí una
preocupación común, que me afecta a mí como ciudadana más allá de mi trabajo o
mi vocación literaria, que es cierta sensibilidad ética y social hacia el
tiempo histórico que me ha tocado vivir.
I. ¿En qué te inspiras
para crear historias como El límite inferior?
NB. La inspiración puede
surgir de cualquier detalle, y a veces de los lugares más insospechados. A
menudo me ocurre que le cuento alguna anécdota que me ha sucedido a un amigo y
me dice “deberías escribir sobre eso”, pero a mí no me sale si yo no lo he
experimentado con esa forma particular que tiene la literatura. Otras veces, en
cambio, sientes esa punzada a través del suceso más anodino. “El límite
inferior”, por ejemplo, surgió cuando vi un flotador descolgarse del toldo de
una tienda del paseo marítimo por un golpe de viento; ahí hay una novela, me
dije.
I. ¿Cómo te organizas a
la hora de escribir?
NB. Necesito silencio, un
espacio propicio y mucho tiempo por delante, no sé aprovechar los “huecos”.
Aunque también puede suceder que se imponga como un imperativo inaplazable en
los momentos más inoportunos.
I. ¿Tienes algún método?
NB. También varía con el
tiempo: la primera novela la escribí siempre de noche, a golpes de inspiración;
esta última, por las mañanas y con dedicación diaria de oficinista.
I. ¿Algún nuevo proyecto del que nos puedas hablar?
NB. Ando con relatos últimamente, así que puede que eso sea
lo próximo que vea la luz. Son una especie de respiro entre novela y novela, no
adquieres un compromiso tan a largo plazo, pero te dan la ocasión para probar
nuevas fórmulas, nuevas voces, y son probablemente mis textos más personales.
I. ¿Cuál crees que es el papel del autor en la sociedad actual?
NB. Lamentablemente, cada vez menor. El escritor debería dar testimonio lúcido del espíritu de su tiempo y su sociedad, pero su capacidad de alcanzar alguna repercusión, en una cultura de la imagen, se halla cada vez más menoscabada.
I. ¿Hasta dónde crees
que llega la responsabilidad del editor dentro de la promoción de una obra? ¿Y
la del autor?
NB. Ambos deben
comprometerse al máximo con la promoción, es la maquinaria que necesita ser
engrasada. Y aun así, en muchas ocasiones los resultados escapan a su alcance.
I. ¿Crees que los
canales tradicionales aún funcionan a la hora de dar a conocer una nueva obra? ¿Cuál
crees que es el papel del librero? ¿Y el de las redes sociales? ¿Crees en el
boca-oreja?
NB. Los canales
tradicionales (suplementos culturales en papel, etc.) creo que siguen funcionando
y no pierden su aura de prestigio, aunque creo que cada vez juegan un papel
menor. Las redes sociales, los blogs, las publicaciones virtuales, que no son
tan efímeras como el papel diario y que además se comparten, les están comiendo
el terreno: es el boca a oreja multiplicado por mil, la red como un enorme
patio de vecinos donde, cada temporada, no se sabe bien por qué, se acaba
imponiendo algún título como imprescindible y todos nos lanzamos a leerlo; y no
siempre hay una operación de marketing detrás, he comprado muchos libros de los
que sólo había oído hablar entre mis amigos. En cuanto al librero de toda la
vida, personalmente cuando voy a comprar un libro suelo ir con las ideas muy
claras, pero supongo que habrá otros lectores que se dejen orientar. Y siempre
es un gustazo charlar y cambiar impresiones con alguien que aprecia y conoce
bien el género que vende.
I. ¿Qué es lo que te
llama la atención de un libro? ¿Y qué te tira para atrás?
NB. Me fijo en la primera
y en la última frase; en una edición cuidada; en cualquier cosa que sea capaz
de sorprenderme y emocionarme. Me repele lo excesivamente simple o farragoso,
redundante, sentimental, el escritor que está más pendiente del lector que de
ser honesto… No sé, cada vez más hay libros que se me caen de las manos y ya no
siento culpa por dejarlos a medias.
I. ¿Qué estás leyendo
actualmente?
NB. Acabo de terminar “El
Comensal” de Gabriela Ybarra, editado recientemente por Caballo de Troya. Una
joven autora que ha sabido dar con el tono adecuado para tratar el tema del
terrorismo vasco y contar una historia íntima y familiar.
I. ¿Nos recomiendas
algún título?
NB. Hay tantos… Éstas son
el tipo de preguntas que me abruman y me bloquean. Cualquier novela de Roman
Gary. Un ruso: “El maestro y margarita” de Bulgakov. De mi generación, y más
recientes, “Alabanza” de Alberto Olmos, “Cicatriz” de Sara Mesa o “Modelos
Animales” de Aixa de la Cruz.
Isabel del Río
Octubre 2015
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