martes, 4 de febrero de 2014

Reseña de El Asesino entre los Escombros de Cay Rademacher

TÍTULO: El Asesino entre los Escombros
AUTOR: Cay Rademacher
EDITORIAL: Ediciones Maeva

Una novela que cabalga entre el género policíaco y el histórico, capaz de hacerte tiritar en pleno verano.
El asesino entre los escombros nació a partir de un encargo a su autor. Mientras éste se documentaba para escribir un artículo sobre la vida cotidiana después de la Segunda Guerra Mundial, ubicado en Hamburgo, no sólo descubrió que la mayoría de archivos policiales anteriores habían desaparecido, quemados por la Gestapo, sino que dio con un caso que jamás había sido resuelto y que, en su mente de escritor, despertó la llama de una nueva historia.
Así fue como nació esta novela de manos de Cay Rademacher. A partir de un caso extraño, en una época gris, emplazado en una ciudad acosada por un invierno mortal. Rademacher decidió crear un final que resolviera los crímenes sin resolver del “asesino entre los escombros”, con tal éxito, que pronto nos llegarán dos nuevos casos a manos del inspector jefe Frank Stave.
Como decía de buen principio, esta es una novela que te hace sentir frío, hambre y desolación. Cuando lees las condiciones en las que sobrevivían, cómo el inspector Stave sigue adelante a pesar de todo, te contagia una especia de congelación interna y miedo que te hace comprender por qué nadie quería hablar sobre aquellos cuerpos desnudos y asfixiados, encontrados entre los desolados escombros cubiertos de nieve.
No voy a dar grandes detalles sobre la novela, ya sabéis que no me gusta destriparla y, en todo caso, copiaré al pie la sinopsis, pero sí apuntaré que se trata de una novela bien narrada, con descripciones detallistas capaces de ponerte en la piel de sus personajes, una trama consistente, rodeada de subtramas que hacen de sus personajes y su historia algo más que un caso policíaco, y un final, que si bien es inventado por el autor, no habría sido nada extraño que hubiera sucedido así.
Además, un detalle que me enganchó, es el hecho de que en aquella época no existía un “CSI” para resolver todo con huellas o ADN, sino que la única manera de saber quiénes eran las víctimas, desnudas y sin pertenencias, era colgar fotografías de los muertos por las calles de una ciudad helada y extinta. Imaginar las paredes de edificios en ruinas forradas con esas fotografías, y la gente, buscando a sus propios desaparecidos, mirándolas con aflicción y pavor, es una de las sensaciones que más patentes quedan tras la lectura de esta novela; a parte del frío y del hambre.
Una novela que vale la pena tanto para aquellos que disfruten con las novelas negras como con las históricas, con un personaje principal que te lo pone muy fácil para conectar con él, y un ambiente sombrío y sobrecogedor que no olvidarás fácilmente.
Ésta fue la elegida para el tercer encuentro del Club de Lectura de La Font de Mimir, la cual ha sido recomendada por todos los miembros del mismo.

SINOPSIS
Hamburgo, 1947. En uno de los inviernos más fríos de la ciudad, Frank Stave, un policía atormentado por haber perdido a su mujer durante la guerra, acude al sórdido lugar de un crimen: entre las ruinas de unos edificios bombardeados ha aparecido el cadáver desnudo de una joven. Junto a sus compañeros de trabajo, Maschke, un joven policía un tanto bruto y encargado de delitos sexuales, y el oficial británico James MacDonald, empiezan a buscar indicios sin éxito.

Hace más de una semana que están a diez bajo cero y el cadáver ha podido conservarse mucho tiempo en buen estado. No obstante, muy pronto encuentran otro cadáver de una mujer en circunstancias similares, y empiezan a inquietarse: en una ciudad asolada por la guerra, donde todo el mundo sufre restricciones debido a la falta de leña y alimentos, en un invierno terriblemente frío, enfrentarse a un asesino en serie puede tener consecuencias devastadoras. Pero no tardan en aparecer las próximas víctimas, un hombre de edad avanzada y una niña. Pero ¿por qué cualquier intento de averiguar su identidad resulta en vano?

Mientras el alcalde de la ciudad y el jefe de Stave están cada vez más inquietos, el policía usa su escaso tiempo libre para conseguir alguna pista de su hijo Karl, un chico de diecisiete años también desaparecido durante la guerra, a quien busca desesperadamente. Stave empezará una carrera a contrarreloj para dar con el asesino en serie y para reencontrarse con su hijo, en la que, una vez más, pondrá en juego su propia vida.

Mis reseñas en Los Libros de mi Vida…


Isabel del Río

Enero 2014

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