jueves, 2 de febrero de 2012

Nieve



Todo empezó con la primera nevada.
Donde vivo el agua helada no es algo normal, en invierno puede hacer tanto calor como en otoño e incluso primavera, pero ese día nevó. Al salir de clase los niños estaban emocionados, se tiraban bolas de nieve sucia que recogían de los capós de los coches. Yo preferí dar un paseo con el frio abrazándome y los sentimientos de alegría y rabia de quienes se cruzaban conmigo. Para algunos el agua helada era como un regalo mágico caído del cielo, mientras que para otros no era más que un inconveniente, un problema que la naturaleza nos enviaba para complicarnos nuestras tareas diarias.
En aquel momento para mi nada tenía mucho sentido, había perdido el trabajo y mi mal humor y apatía habían ido en aumento hasta alejar a mis amigos. Ahora me sentía sola e inútil bajo la nieve. Giré por una de las calles laterales que hacían de aquella zona del barrio una especie de panal y choqué contra él. Sólo me disculpé y continué mi camino sin rumbo, ni siquiera me fijé en su rostro, quizá si lo hubiera hecho todo lo que vino después se podría haber evitado.

Isabel del Río
Febrero 2012

4 comentarios:

  1. ¿Qué es lo que vino después?

    :-)))

    Bss!

    F

    ResponderEliminar
  2. Dentro de poco más XD
    Un súoper abrazo

    ResponderEliminar
  3. Parece que a las dos nos ha inspirado hoy la nieve.

    Por aquí caen copitos pero no cuajan, pero para mí ha sido suficiente hoy para esa chispa de inspiración que me hacia falta para continuar con mi proyecto que tiene mucho que ver con la nieve...xD

    Esto que has escrito me ha encantado...algo nuevo??o simple inspiración...menuda intriga...a saber con quién se ha chocado...

    Besitos Isi!!

    ResponderEliminar
  4. Genial Rebeka, pues ya me contarás cómo va tu proyecto.
    Toda inspiración es el principio de algo nuevo ;D

    ResponderEliminar