El ser más bueno y dulce que ha habido en mi vida llegó hace tres años tan pequeñita y cabezona que se ganó el mote de Gremlin sólo cruzar la puerta.
La primera vez que la vi ya quedé enamorada, diminuta e indefensa entre todos sus hermanos. Sólo había dos detalles que la diferenciaran a simple vista de los demás, las canitas que le cubrían el lomo y que cuando la tome en mis manos, en lugar de llorar, se me quedó mirando fijamente y maulló. Fue como si dijera: “Al fin llegas”.
Pasó por muchas etapas, desde en la que no podía dejar de seguirnos de un lado a otro y cruzarse entre nuestros pies, a la rebelde en que tomaba carrerilla y tiraba la tumbona sólo para demostrarme que ella era más chula que nadie.
Era especial, muy especial. Cuando llegaba a casa era la primera en venir a darme el parte con toda su charla a base de maullidos. Le encantaba estar junto a los libros y acompañarme mientras escribía o buscaba información por internet.
Siempre estaba ahí. Por las noches hacía de vigía, ya fuera a mis pies o en mi mesita de noche. Y cuando venía alguien a una sesión, trepaba a su lado y la husmeaba hasta encontrar el lugar idóneo donde colocarse y dar su calor.
Pero lo más importante es que era la mejor amiga y maestra que uno pueda desear, siempre atenta, siempre cariñosa y en todo momento con grandes enseñanzas de sencillez y amor. Ella sabía disfrutar de la noche en el alfeizar del salón, del sol en el balcón y de las cenas con amigos o familia, hecha una bolita bien cerca o en nuestros regazos.
Gracias por elegirnos Misina. Te queremos y siempre estarás en nuestros corazones. Hasta pronto.
Siento mucho que esta dulce gatita os haya dejado...
ResponderEliminarTiene que ser triste, pero seguro que con dosis de buenos recuerdos junto a ella vuestras sonrisas no merman!!
Te mando un abrazo gigante y muchos besos amiga!!
Rebeca.
Muchísimas gracias amiga. Tardaré un tiempo en poder pensar en ella sin sentir dolor, pero los buenos recuerdos ya están presentes como puedes leer. La verdad esk la vamos a añorar mucho, era la alegría de la casa. Khan ya está un poco tristón.
ResponderEliminarUn besazo