Buenos días a todos,
Hoy os invito a leer un relato corto que escribí a finales del año pasado, espero que os guste.
Hoy os invito a leer un relato corto que escribí a finales del año pasado, espero que os guste.
Noticias confusas
Una de las secretarias de la escuela llamó dos veces a la puerta y después, con precaución pero sin timidez, entró en el aula mirando al profesor que intentaba que los niños comprendieran las claves del solfeo.
—Perdone —dijo tratando de llamar la atención del profesor —, vengo a buscar a una alumna.
El profesor intentó calmar a la clase, que ya se había descontrolado hablando, mirando hacia la puerta y preguntándose quién sería la alumna y para qué la buscaban. Dándose por vencido, indicó con un gesto de cabeza a la joven secretaria que llamara a la niña en cuestión.
—Tena —entonó con cierto cantineo —, Patricia Tena.
Una de las niñas, sentada al lado de la ventana que daba al patio de recreo, dejó sorprendida la flauta y la partitura sobre el pupitre y, buscando la mirada de la secretaria, alzó la mano.
—Ven conmigo —dijo la mujer respondiendo al gesto de la niña —, tu madre está esperándote abajo.
La niña miró el reloj de pared, aún faltaba media hora para que terminaran las clases. Recogió sus cosas en la desgastada mochila que conservaba del año anterior, le había cogido cariño. Sus compañeros la observaban cuchicheando entre ellos, no era demasiado popular. Intentando no prestar atención a las cosas que decían de ella, ni a las crueles especulaciones que se extendían rápidamente por el aula, se dirigió a la puerta y salió hacia las escaleras que daban a la planta inferior del edificio junto a la joven secretaria.
Al llegar a la puerta principal la niña vio a su madre, esperándola, con aire de impaciencia, en la calle. Ni siquiera se había quedado a esperarla dentro del edificio.
Mientras daba las gracias a la mujer que le había dado el recado y se dirigía hacia la salida, la niña empezó a preguntarse qué hacía su madre allí. Desde que empezó 3º de EGB nunca la había ido a buscar, tan sólo una vez, el día en que fríamente y con tono despreocupado le dio la noticia de que su abuelo había fallecido, ya hacía tres años de aquello, pero viéndola allí, su pose, su nerviosismo, la bolsa de papel que contenía una pieza de bollería para amortiguar el golpe a la pequeña, todo se lo recordaba.
Patricia apretó los puños, miró de nuevo a las escaleras, aún estaba a tiempo de volver a clase o de ocultarse en los lavabos, su madre no la había visto.
—Vamos —dijo la secretaria empujando con firmeza la puerta —, tu madre te está esperando.
Ya era demasiado tarde, su madre se giró y miró con un rostro sin sentimiento a la pequeña que, sintiendo el frío del invierno en su pequeño cuerpecito, empezó a abrocharse el chaquetón.
—Adiós y hasta mañana —dijo educadamente a la mujer que aún, despidiéndose de la madre y la niña, aguantaba la puerta.
La madre, una mujer de unos treinta y tantos, con pelo largo y castaño, rellenita y vestida con una falda azul marino hasta los tobillos y una chaqueta color pardo, se agachó y besó en las mejillas a su hija.
—Vamos a casa —le dijo dulcemente mientras le ofrecía la bolsa de papel.
La niña miró la bolsa, quizá si no la abría no ocurriría nada, pensó, podía ser que la hubiera ido a buscar para visitar a sus primos o, quizá, porque iban a comprar ropa. Miró a su madre que impasiblemente caminaba mirando al frente, ausente. La niña comprendió, sí que había una noticia, sólo estaba esperando el momento oportuno y, a su madre, nunca se le habían dado bien ese tipo de elecciones.
Patricia abrió la bolsa y encontró en su interior un caliente y suculento croissant de chocolate, la noticia debía ser increíble para que su madre le dejara comer una pasta como aquella sin ser siquiera fin de semana. La agarró con sus pequeñas manos y le dio un gran bocado manchando de chocolate su boca, sus dedos y el pecho del chaquetón. Temiendo una reprimenda intentó limpiar con el dorso de la mano la mancha, pero entonces su madre la sorprendió.
—No importa cariño —dijo mirando la mancha, la niña sonrió relajándose un poco del estrés que estaba acumulando desde que había oído que su madre la había mandado llamar —. A tu padre se lo ha llevado una riada esta tarde —continuó como si estuviera hablando aún del chocolate del chaquetón.
El rostro de la pequeña palideció, sus manitas, inertes, dejaron caer al suelo lo que quedaba de su merienda, sus pupilas se dilataron y se quedó quieta, helada, en el sitio. Su madre continuó andando sin percibir la ausencia de Patricia a su lado, volvió la cabeza para continuar hablando y la vio. La mujer, al darse cuenta de la situación, corrió hasta la niña y la zarandeó.
—Patricia, cariño —dijo dulcemente besándole la frente —. Tranquila cielo, no pasa nada.
La carita antes sonrosada empezó a empaparse en lágrimas saladas y ésta empezó a sollozar desconsoladamente sin poder comprender qué había ocurrido ni cómo. La mujer la abrazó con fuerza.
—Qué bruta he sido —prosiguió —, mi amor, tranquilízate, por favor. A tu padre se lo ha llevado una riada esta tarde, pero está sano y salvo —informó apretando el montoncito de ropa y lágrimas que era ahora su hija pequeña —. Tu padre está bien, te llevo a casa para que podamos ir todos juntos a buscarle al hospital.
Los ojitos color madera de la pequeña se clavaron en los de su madre. Con la manga del chaquetón se frotó la nariz y sonrió mirando a la mujer que, preocupada, aún la tenía agarrada por los hombros.
—Me he quedado sin merienda —dio como única respuesta la niña.
—Pues no sé si comprarte otro después de cómo te has puesto de sucia —contestó la madre riendo mientras la llevaba de la mano hacia la pastelería más cercana.
Recordad que espero vuestras opiniones y críticas con ilusión, no sólo las buenas, pues también aquellas que a veces hieren nuestro ego pueden sernos de gran ayuda, incluso más que las adulaciones, especialmente si éstas últimas son sin fundamentos.
Besos a todos ^__^
Querida Isabel: Me ha gustado mucho tu cuento. Manejas muy bien el suspenso, durante mucho rato viví las mismas zozobras que la chica. La consideraba ya una huérfana.¿Cómo pensar de otro modo, si la otra vez que la madre la había sacado de en medio de la clase, había sido por la muerte del abuelo? Muy bueno. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarHola Luis,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, me ha hecho mucha ilusión. También gracias por la crítica, me alegra que te haya mantenido en suspense.
Muchos besos ^__^
Me gustó el cuento, la ternura de como está descripto el personaje de la niña es muy bueno, yo mismo me sensibilicé.
ResponderEliminarHubiera hecho un final mas importante dentro del cuento con mayor contundencia, o mayor impacto. El cuento tiene mucho suspenso y hace que es divertido imaginarse diferentes desenlaces y finales.
Gracias.
Muchas gracias por tus palabras Gullermo.
ResponderEliminarEs cierto que podría haber hecho un final mucho más elaborado, pero dentro del ejercicio que pretendía, que era el de dar una noticia que confundiera a la protagonista hasta el final, no se me ocurrió complicarlo más. Quien sabe, quizá un día retome la historia, o utilice este pequeño relato, esta idea, para algo más extenso.
Gracias por vuestros comentarios, y recordad que si encontráis algo en lo que pueda mejorar también os lo agradeceré.
Un abrazo a todos ^__^
Gran diseño de personaje, en estas escasas líneas haz logrado darle vida a una niñita entrañable y sensible.
ResponderEliminarMe recordó la fuerza de la emoción y la delicadeza del boceto que has tenido con ella, a la novelita: Nietoschka nezvanova, de Dostoyevsky, la protagonista es una huerfanita tan frágil y emocional como tu personaje.
Te felicito mucho.
Atte. Jesús Ademir Morales Rojas
Muchísimas gracias por tu comentario referente al personaje Jesús, estoy segura de que ella estaría encantada de poder leerte ^__^
ResponderEliminarNo creo que pueda compararme en absoluto con Dostoievski, pero prometo esforzarme en agradaros, estimularos, y sorprenderos.
Lo que más me gusta de ti es cómo tratas los sentimientos, ¿podrías recomendarme libros o blogs para leer? Escribiendo seguro que conoces muchos.
ResponderEliminarBueno Carla, veamos, te recomiendo que primero visites los blogs que tengo añadidos en "Aguas afines", ahí seguro que encontrarás lecturas entretenidas e interesantes; en "Las Estrellas de Tinta", que por lo que veo ya has visitado, también encontrarás cosas que te gustarán, te recomiendo a Margarita y a Mario, aunque el resto también están genial.
ResponderEliminarLibros, veamos, "Frankenstain" es mi preferido, pero si lo que te van son los sentimientos, la psicología, la psike humana, te recomiendo a Virginia Wolf, "Las olas" está realmente bien y te sorprenderá, pero es complicadillo de leer.
Un besazo y diviértete leyendo ^__^
A Las Estrellas de Tinta ya estoy enganchada, Frankenstain ya me lo he leído, me gusta mucho su autora, y se nota que ati también. A Virginia Wolf no la he leído nunca, aunque vi la película Las Horas.
ResponderEliminarQué bien que te guste lo que escribimos en "Las Estrellas de Tinta". Si quieres apúntate al foro y así podrás comentar allí mismo lo que piensas de los personajes, tus dudas, incluso si ves alguna errata.
ResponderEliminarSobre V. Wolf, yo también la película, pero está basada en ella, no es una historia suya. Te recomiendo que leas alguno de sus libros, te gustará.
Un beso ^__^
Bien narrado. Emotivo.
ResponderEliminarFelicitaciones.
¡Gracias Jorge!
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