Llevamos
un mes encerrados y parece que todavía nos queda un tiempo más. Hemos
pasado Semana Santa y la Pascua entre cuatro paredes, y Sant Jordi también la
pasaremos en casa. Al menos para mí, la diada es la fiesta más importante del
año, y no porque sea escritora y librera, sino porque siempre ha sido un día
especial que me ha emocionado desde niña. Adoro los libros, así que, ¿cómo no
iba a ser mi fecha preferida una dedicada a este objeto?
Si amáis
los libros, ahora es el momento de echar una mano a todas esas personas que los
hacen posibles, desde los libreros independientes, que se las ven y se las
desean para sobrevivir normalmente, así que imaginad en esta situación, a los
pequeños y medianos editores, que de pronto han visto nacer libros que no han
llegado a las librerías y no pueden venderlos porque estamos todos en casa…
Han
surgido muchas iniciativas, yo apoyo a la que pide tranquilidad y a no lanzar
miles de libros a la calle en estos días, junto con la movilización de personas
y envíos que esto significa. Pero eso no significa que nos quedemos sin Sant
Jordi, podemos pedir los libros (y comprarlos) por adelantado, ayudando así a
libreros-editores-escritores…, e ir a recogerlos a nuestra librería de
confianza una vez que podamos abrir puertas; ya son muchas las librerías que ofrecen
detalles para que podáis regalarlos ese día como anticipo.
No
olvidemos que también existen los e-books y el audio-libro, que también pueden
ser un buen regalo para lectores de libro electrónico y aquellos que escuchen
sus relatos favoritos.
Además,
el día del libro lo celebraremos cuando podamos salir y, en definitiva, la
celebración la hacemos entre todos los amantes de las historias. ¡¡La verdadera
fiesta es compartir lecturas!! Recordemos que lo más importante es compartir
esas aventuras que nos han conmovido, buscad vuestra propia forma de
celebrarlo.