@IsabelDlRio / @miransaya

martes, 28 de agosto de 2018

Carrie – Rojo sobre Negro


La joven que aparece en la portada de Rojo sobre Negro es su protagonista, Carrie, una chica amante de los libros y la fantasía en todos sus formatos, que no acaba de encajar en su entorno, con un don muy especial.
«Tengo dieseis años, soy pelirroja y mi nombre es Carrie.
Seguramente muchos ya habréis advertido el guiño. Mi padre es aficionado a las películas de terror y tomó la feliz decisión de llamarme como a la desdichada protagonista de su film preferido. Sí, esa chica que acaba bañada en sangre de cerdo y asesina a todos sus compañeros de clase con sus poderes telequinéticos. Dudo que en ese momento pensara en mi adolescencia, en cómo me iba a marcar mi nombre en el instituto, especialmente tras el remake de la maldita película, o llegara a imaginar que me iban a colgar la etiqueta de rarita de la clase.
No os confundáis, crecer en una casa donde las conversaciones giran alrededor de series de ficción, películas ochenteras o personajes literarios no me desagrada. Mis padres son muy divertidos y desde niña he disfrutado de sus juegos y lecturas, aunque eso no me ha ayudado mucho a encajar.Ser la chica que prefiere un libro a animar en un partido de fútbol no me ha hecho muy popular. Todavía menos el hecho de que no me interese por ese deporte ni conozca a la plantilla de turno.
Durante una temporada tuve suerte en el instituto, se puso de moda Juego de Tronos, todos olvidaron el tema de la pelirroja sangrienta y se acercaron a mí, pues era la única que se había leído los libros. Pronto se cansaron y pasaron a otra moda. Creí que por fin estaría tranquila, quizá las burlas terminarían y se dedicarían a otra cosa, pero la cagué.
Hoy en día, cuando quieren fastidiarte de verdad no necesitan complicarse mucho, sólo necesitan un móvil y conexión a internet.
Cuando decía que me consideran la rarita de la clase no es sólo por la ropa, las lecturas o mi forma de hablar. Puede parecer contradictorio, pero desde niña me enseñaron a no llamar la atención, cosa que dejé de hacer en el preciso instante en que me sentí aceptada. Grave error.»
Fragmento de Rojo sobre Negro, de Isabel del Río. Ilustrada por Jenni Conde Rojo y publicada por Apache Libros.