Despedimos
un año más y damos la bienvenida a un océano de posibilidades.
Además
de desearos un feliz 2018, quiero regalaros un ritual para que atraigáis
vuestros sueños y os hagáis un amuleto lleno de energía positiva que os
acompañe día a día durante este nuevo año.
Durante
la noche de fin de año, a finales de la luna creciente y casi llegando a la
luna llena, prepararemos una vela blanca, una verde y otra dorada o amarilla, y
formaremos un triángulo con el vértice superior apuntando al alba.
Dibujaremos
un círculo con hojas de laurel y pétalos blancos (de rosa o margarita)
alrededor de las velas. A un lado, quemaremos salvia y piedras de incienso. En
el centro del triángulo colocaremos un quemador. También podemos añadir un
cuarzo rutilado para potenciar la energía.
A lo
largo del día 31, en contacto con la piel, llevaremos un papel con aquello que deseamos
conseguir este nuevo año. También buscaremos una joya de oro, preferiblemente
sin dibujos, inscripciones ni incrustaciones; puede ser un anillo sencillo o
una cadena.
Abriremos
el ritual encendiendo el incienso y la salvia y ahumando la joya para limpiarla
de cualquier energía externa, y la colocaremos en el centro del triángulo,
junto al quemador. Alzaremos las palmas hacia el cielo y pediremos guía,
explicando cuáles son nuestros motivos para ese ritual; queremos llamar a las
energías benéficas, a los guías que nos muestren nuestra senda, atraer
oportunidades para hacer nuestros sueños realidad, que la prosperidad y la
abundancia colmen nuestro hogar… Entonces encenderemos las velas, empezando por
la blanca y terminando por la dorada, con la intención puesta en llamar a la
luz y la prosperidad.
Extraeremos
el papel con nuestros deseos y los leeremos en un susurro a la noche, para que
sólo lo escuchen los guías y espíritus benéficos que nos acompañan. Entonces lo
colocaremos en el quemador y le prenderemos fuego. Después, colocaremos la joya
sobre el humo de nuestros deseos, bajo la luz de la luna y los astros, y
pediremos que ésta se empape de la energía necesaria para atraer la buena
ventura a nuestras vidas durante el año que empieza.
Dejaremos
que las velas y el incienso se consuman y guardaremos los materiales por
separado, alejados de cualquier otro material, durante tres días.
La joya
se habrá convertido en un amuleto personal e intransferible que llevaremos
siempre encima.
¡FELIZ 2018!