Mañana es la noche de las brujas o Halloween,
previo al día de todos los santos. Son unas horas perfectas para ciertos
rituales, especialmente aquellos que tienen que ver con la comunicación con
nuestros seres queridos y antepasados.
Como muchos ya sabéis, no soy de las que
apoya la creencia de atraer o retener a aquellos que se han ido, pero sí de
ayudarles a continuar adelante en su recorrido, así como pedirles consejo.
En la noche de Halloween el velo que separa
lo visible de lo invisible es más fino, por lo que, para proteger nuestro hogar
de “intrusos” recomiendo colgar una rama de Hinojo de la puerta —dejarla hasta pasada
una semana.
Y para ayudar a los nuestros a encontrar el
camino hacia la luz, lo mejor es encender una vela blanca recitando: ‹‹Que esta
llama te guíe hacia la luz. No temas, deja atrás el laberinto de tinieblas. Ve
hacia la luz. Que así sea, así es, así será››. La vela ha de consumirse por
completo, sin apagarla. En caso de que ésta se apagara durante el conjuro, es necesario
utilizar otra vela y ésa guardarla en papel de plata, lejos de cualquier otra
vela, mineral, etc. durante tres días, tras los cuales nos desharemos de ella.
Si estáis pasando por un momento complicado
de vuestra vida y necesitáis consejo, podéis pedirlo a vuestros antepasados —a personas
traspasadas mínimo hace cinco años— con una vela blanca y una angelita —en caso
de no disponer de ella, colocaremos en su lugar un cristal de roca o un cuarzo
rosa; escribiréis en un papel vuestra duda y lo pondréis bajo el soporte de la
vela; al encender la vela recitaréis: ‹‹Maestros, hermanos y guías.
Aquellos
que fuisteis y sois. Pido consejo en este momento de mi vida. Que por los
sueños y señales me llegue la respuesta. Gracias, gracias, gracias. Que así
sea, así es, así será››. La vela también ha de consumirse por completo y,
durante la noche o la mañana siguiente, os llegará vuestro consejo.
¡Feliz Castaween a todos!