lunes, 9 de mayo de 2016

Entrevista a Empar Fernández

Empar Fernández (Barcelona) alterna la docencia con la narrativa y con las colaboraciones en prensa como columnista.
Con su primera novela Horacio en la memoria obtuvo el XXV Premio Cáceres de Novela Corta. Poco después el Premi Pere Quart de Humor i Sàtira por Planeta ESO,  escrito en coautoría con Judit Pujadó. En 2001 publicó Para que nunca amanezca y en 2004 comenzó su colaboración literaria con Pablo Bonell Goytisolo; juntos han publicado la serie de novelas negras protagonizada por el subinspector Santiago Escalona.
En 2007 resultó finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con El loco de las muñecas  y en 2008 publicó Hijos de la derrota. Pocos meses después recibió el Premio Rejadorada de Novela Breve por La cicatriz  y en 2010 apareció Mentiras capitales.
Años más tarde fue finalista del Premio Internacional Medellín Negro con Demonios personales y del Premio Internacional Ciudad de Carmona de Novela Negra con El instante en que se encienden las farolas.
Recientemente ha publicado las novelas negras Sin causa aparente, La mujer que no bajó del avión, La última llamada y Maldita verdad. Los tres últimos títulos componen una trilogía que tiene como eje narrativo el sentimiento de culpa.

ENTREVISTA
IDR. ¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo de la escritura?
EF. Comencé escribiendo relatos y del relato pasé a la novela corta con Horacio en la memoria. A partir de aquí escribí mi primera novela de mayor extensión Para que nunca amanezca.
IDR. ¿Cómo compaginas tu vida con la escritura de tus novelas?
EF. Hace años que trabajo como profesora empleada a media jornada. La dedicación parcial me permite dedicar tiempo a la escritura.
IDR. Como profesora, ¿tus alumnos leen tus obras o se interesan por tu otro rostro?
EF. Generalmente no hablo de mi dedicación a la ficción. Si llegan a enterarse sienten curiosidad y demuestran extrañeza al saber que escribo novela negra.
IDR. ¿Cómo es imaginar la clase de sucesos que aparecen en tus novelas? ¿Cómo te documentas para hacerlas creíbles y coherentes?
EF. Acostumbro a partir de notas de prensa o de sucesos ocurridos en la realidad. Si la obra transcurre en un plano contemporáneo la documentación es breve. Si no es así la investigación puede durar meses hasta estar muy segura de que no cometeré ningún error. Consulto la hemeroteca, manuales de vida cotidiana y novelas contemporáneas de los hechos.
IDR. Cuando tienes una nueva idea, ¿qué haces? ¿Cuál es tu modus operandi
EF. La escribo en mi libreta de notas para que no escape, la dejo madurar un tiempo y cuando he acabado lo que estoy haciendo examino el contexto e intento edificar una historia. Acostumbro a tener el principio y el final de la historia.
IDR. Dicen que eres la reina de la novela negra catalana. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿Cambia algo en tu forma de escribir o plantearte nuevos proyectos?
EF. Me halaga que mi nombre tenga alguna visibilidad porque quizás estimule las ventas, y una escritora necesita vender si quiere seguir publicando. No altera en nada mi forma de escribir ni mis proyectos. Solo emprendo lo que tengo ganas de hacer, no examino qué es lo que más me conviene.
IDR. En esta novela tratas la adolescencia muy de cerca. ¿Te ha ayudado tu profesión en la documentación? ¿Cómo es eso de ponerse al otro lado del espejo?
EF. Mi trabajo como profesora de secundaria me permite conocer mejor los problemas de los adolescentes y su forma de encararlos, estoy familiarizada con ellos, es una etapa de la vida llena de contrariedades. En este caso ponerse al otro lado del espejo es un ejercicio de retroceso, recordar cómo era yo misma a la edad de mis personajes adolescentes y con qué intensidad experimentaba los cambios y las dificultades.
IDR. En tus historias aparecen personajes de distintas edades y ambientes, ¿tratas de ofrecer una visión plural en la que el lector pueda acceder a la visión y dolor de toda una ciudad?
EF. Me interesa llevar la acción a lugares que habitualmente no aparecen en las novelas que se desarrollan en Barcelona (Poble Sec, Nou Barris…), lugares no emblemáticos que merecen ser escenarios de novelas por derecho propio.
IDR. En esta novela su personaje protagonista, Raúl, está arreglando un piso en Calle Escocia, en tu antiguo barrio. ¿Cómo ha sido escribir sobre él?
EF. Un ejercicio de nostalgia. Volver a la plaza Virrei Amat y sus proximidades ha sido regresar a mi propia adolescencia.
IDR. Tus novelas suelen romper con los estereotipos de la novela negra, pero en esta ocasión has recurrido a un personaje negro por excelencia, un investigador privado, dándole un giro interesante. ¿Has querido recuperarlo? ¿O más bien trabajar los inicios de un personaje que ya suele aparecer curtido en las novelas?
EF. Me interesaba un investigador en concordancia con la crisis, un investigador low cost, alguien que todavía no es profesional pero que tiene buenas aptitudes y resultara más barato que una agencia de detectives privados.


IDR. Causar dudas morales y éticas a los personajes y al lector suelen ser una de las marcas de la casa. En este caso, ¿qué tratabas de provocar?
EF. Un dilema. Si la verdad acarreará inevitablemente dolor y remordimientos ¿es necesario conocerla? Por ese motivo el título, Maldita verdad. A menudo la verdad no es lo que más nos conviene. De hecho si conseguimos vivir en comunidad es porque mentimos varias veces cada día.
IDR. En el último Club de Lectura en el que nos visitaste para comentar La última llamada, dijiste que ésta, Maldita Verdad, sería la novela que cerraría la trilogía sobre las emociones. ¿Ha sido así?
EF. Maldita verdad cierra la Trilogía de la culpa. Mis tres últimas novelas tratan, desde diferentes perspectivas, el sentimiento de culpa.
IDR. ¿Puedes hablarnos de nuevos proyectos? ¿Qué tienes entre manos?
EF. Dentro de unos meses aparecerá una novela que explica la historia de un superviviente catalán de los campos de concentración y de cómo se recompone e inicia una nueva vida. Tengo entre manos una novela que aborda nuestra historia reciente, pero es demasiado pronto para hablar de ella.
IDR. Como autora de novela negra y thriller de suspense, ¿cuál crees que es el papel del autor en la sociedad actual?
EF. Creo que el autor debe retratar tan certeramente como le sea posible la sociedad en la que vive. Prefiero el retrato a la denuncia. Es mejor dejar que sea el lector el que interprete y enjuicie.
IDR. ¿Qué estás leyendo ahora mismo?
EF. Una primavera de perros, de Antonio Manzini
IDR. ¿Nos recomiendas algún título?
EF. Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan.

Isabel del Río

Abril 2016