El buen tiempo hace que ya parezca verano. Hoy mismo,
después de hacer algunos recados y papeleo en la Tesorería y la INSS, he
paseado sin chaqueta, alucinada con el buen tiempo.
Aprovechando el sol y que Ivan tenía fiesta el domingo, ayer
visitamos Badalona. Hacía mucho que no íbamos por allí, una zona que nos trae
muy buenos recuerdos, pues sus abuelos vivían en Pomar y dábamos largos paseos
hasta la playa.
Fue curioso que, sin planearlo, nos encontramos con un mar
radiante, una calçotada “contra el imperio de la hamburguesa” (según anunciaban
con una gran pancarta) y una feria de productos ecológicos, locales y
alternativos.
Vamos, un domingo que me dejó la piel roja, los pies
descansados por el paseo por la orilla, los bolsillos llenos de conchas y
piedrecitas de colores, arena que ahora aparece por todas partes y un montón de
risas.