Título: Ondina
Ilustraciones: Benjamin Lacombe
Editorial: Edelvives
Crecí
rodeada de cuentos, historias que me contaba mi abuelo, cuentos que me leía mi
madre, e incluso algunos que escuchaba noche tras noche en cintas de casete.
Pero recuerdo uno en concreto que siempre me hizo sentir algo especial. La
mayoría lo conoce como la sirenita, yo lo conocí como Ondina.
La
historia de Ondina siempre me resultó romántica, triste y, al mismo tiempo,
deseable. Un espíritu que anhela tener alma para ser humana, sentir y sufrir,
vivir y morir como cualquier mujer. Para ello ha de encontrar a quién la ame de
verdad y le sea fiel.
Recuerdo
que, cuando era muy pequeña, todos decían que era muy revoltosa. Una pequeña
paliducha y pelirroja que correteaba por todas partes y la armaba parda allí
donde iba. Por ello supongo que me hablaron de Ondina, una pequeña criaturilla
que unos pescadores encuentran a la orilla del río tras perder a su verdadera
hija, pues a Ondina también la retratan como una niña que es revoltosa,
caprichosa y muy curiosa.
La
historia de Ondina cambia cuando llega un príncipe al que sus padres dan cobijo
de la furia de una tormenta. El amor nace entre ellos dos, Ondina le ama hasta
tal punto que su forma de ser cambia y se vuelve un ser bondadoso, cariñoso y
humilde. El príncipe se enamora de la belleza de la muchacha y, tras casarse
con ella, la lleva a su palacio, sabiendo de labios de la propia joven que ella
no es una muchacha normal, sino un espíritu del agua, y si él deja de amarla
sólo por un segundo algo terrible podría ocurrir.
No voy
a desvelar más para aquellos que nunca hayan leído la historia, pero como ya
imaginaréis, teniendo en cuenta que no soy muy amante de los finales felices,
la historia no termina precisamente bien, aunque tampoco mal. El blanco y el
negro no existen más que en nuestra imaginación y la mayoría de finales reales
son grises. Cada cosa queda en su lugar, donde quizá debería haber permanecido
desde un principio, pero con un eco lejano del recuerdo de lo que pudo haber
sido.
Ondina
es una historia que me ha acompañado siempre y estas Navidades recibí un regalo
precioso, la increíble edición que ha hecho Edelvives de este cuento (no está
la historia completa, pero la edición vale muchísimo la pena). Las
ilustraciones son bellísimas y los juegos con transparencias en medio de la
historia hacen que te metas de lleno en ella.
Os lo
recomiendo encarecidamente, como amante de los cuentos, de los libros
ilustrados y de las leyendas.
Las
fotografías son de la edición de Edelvives y de una edición de la Biblioteca de
Cuentos Maravillosos de José J. de Olañeta Editor, con ilustraciones de Arthur
Rackham y traducción de Carmen Bravo-Villasante.
Nueva Reseña en Los Libros de mi Vida: http://loslibrosdemivida.blogspot.com.es/2013/01/recomendaciones-de-libros-isabel-del.html?spref=fb